El miserable en tiempos de crisis



Acápite: Revisión de posturas. El miserable en tiempos de crisis. Consejos útiles.




Durante la última semana me entregué a la revisión minuciosa de algunas posturas (demasiado radicales a la luz de las nuevas evidencias) que cometí el error de publicar sin otorgarme el debido tiempo para la reflexión sesuda. Entre otras cosas, estuve meditando sobre la posibilidad de continuar con el desarrollo del tema “los miserables” a lo largo de esta segunda temporada, y luego de maldecirme un poco por haber anunciado con bombos y platillos la inminencia del final, llegué a la conclusión de que esa continuación es la alternativa más sensata.

¿Cómo dice?

No, no se me había ocurrido nada nuevo, pero estoy seguro de que se me iba a ocurrir. Usted no se meta, que al fin y al cabo el que pone la cara soy yo.

Ahora a lo nuestro:

El miserable en tiempos de crisis

No es un secreto que el país atraviesa épocas difíciles, y en ese marco tan hostil, el ingenio de cada individuo para optimizar el rendimiento del dinero es puesto a prueba con una frecuencia diaria. La recientemente bautizada “tensión en los precios” promueve severas crisis de ansiedad en la inmensa mayoría de la población, y es entonces cuando aparecen las ideas más osadas en orden al cumplimiento del objetivo primario, que no es otro que llegar a fin de mes con un mínimo de dignidad.

Ahora bien, la selección natural lo ha colocado a usted, que es un miserable de ley, a la vanguardia en todo lo referido a la creación e implementación de las mentadas tácticas de supervivencia en tiempos de crisis. Es usted el que debe tomar la antorcha y señalar el camino para que ese rebaño de individuos de mente estéril comprenda que siempre existen alternativas frente a los problemas cotidianos. Es hora de que comprenda que tiene una gran responsabilidad que no sería sensato eludir.

Espere, no se me asuste. Aquí estoy yo para darle algunos consejos de procedimiento que usted podrá presentar como propios frente a las masas. Lo único que le pido es que abra bien las orejas, ya que no me gusta andar repitiendo las cosas como si fuera un niño de seis años.

Por hoy, y solamente por hoy, vamos a concentrarnos en lo referido al ámbito laboral; y si aprende bien las tácticas, en futuras ediciones abordaremos ámbitos tanto o más hostiles que este. La idea es que usted produzca un ahorro diario medianamente significativo sin verse obligado a sacrificar su nivel de vida.

Comencemos.

Usted debe trabajar, y eso no tiene remedio. Pero allí mismo aparece el primer problema de todos. Hay que ir. Y eso cuesta dinero, ya que el transporte público no es gratuito.

Escuche bien lo que va a hacer:

Cada mañana saldrá de su casa munido de tres sobres de papel madera, y en el dorso de cada uno escribirá una dirección.

¿Cómo para qué? Espere, no sea impaciente.

Tiene que tomar un taxi y decirle al conductor que en el camino deberán realizar tres paradas para que usted entregue unos sobres. Sí, adivinó, los sobres de papel madera. ¿Vio que eran necesarios?

Entonces le exhibirá el primero de los sobres, que dicho sea de paso será el único que contenga información de relevancia. El hombre observará la dirección escrita al dorso (pongamos por caso, Fragata Piperine al seiscientos) y se dirigirá hacia allí sin saber que el inmueble en cuestión está ubicado a poquísimas cuadras de su destino final, y, lo más importante, posee dos entradas. Una por cada calle paralela.

Usted descenderá del vehículo con aire desorientado, le dejará los otros dos sobres al conductor y luego de dar algunos rodeos escapará por la calle paralela sin haber abonado el importe del viaje, y sin que su calidad de vida haya descendido un ápice. De hecho habrá subido, porque del taxi al subterráneo hay un abismo. No me diga que no.

Una vez en la oficina aparece otro de los grandes problemas de todo trabajador. El almuerzo.

Como buen miserable, usted sabe que comprar el saguchito en el boliche la esquina es tan contraproducente como llevarse la vianda desde su casa. Todo implica dinero, y eso es precisamente lo que intenta eliminar de la ecuación.

Le propongo lo siguiente:

Levántese de su escritorio cada media hora y concurra presuroso a la heladerita donde todos sus compañeros guardan las viandas. Una vez allí, picotee de uno y otro recipiente, cuidándose siempre de elegir alimentos tales como arroz o ensaladas, y de no producir una merma significativa en su volumen. Tenga en cuenta que si le pega un tarascón a un sánchigüe de milanesa, lo más probable es que lo descubran más temprano que tarde. Con la comida no se embroma.

Bueno… ahí tiene su ahorro en alimentos, y a la vez su dieta variada. Calidad de vida intacta.

Ahora nos situamos frente al problema de regresar al hogar con la billetera invicta. Es cierto que siempre está la posibilidad de recurrir a la misma táctica de la mañana…

¿Cómo cuál?

¡La del taxi! Haga el favor de prestar atención.

Decía que siempre está la posibilidad de repetir el procedimiento de la mañana, pero lo que buscamos en este pequeño taller (¿está bien que lo llamemos así?) es aguzar el ingenio para que el día de mañana no nos quedemos sin opciones.

Sugiero esto:

Ofrézcase para realizar todos los trámites que se le ocurran al paparulo de su jefe, cobre los dos o tres pesitos de viáticos y luego vaya a todos lados caminando. Todo ello sin abandonar la sana costumbre de buscar monedas en el piso del baño, frente a los inodoros (tengamos en cuenta que cuando la gente se baja los pantalones, siempre se cae alguna).

Es todo por hoy.

Siguiendo estos consejos al pie de la letra, usted se dará cuenta, al final del día, que ha producido un ahorro que podría rondar los veinticuatro o veinticinco pesos. Ciento veinticinco al final de la semana, y quinientos al final del mes. La cuenta es sencilla e inatacable.

Lo felicito de todo corazón.

Ahora cuénteme… ¿qué va a hacer con los cuatrocientos manguitos?

Porque cien son para mí, lo sabe ¿no?



Tengan ustedes muy buenas noches.

35 comentarios:

wendy balsam dijo...

sigamos, sumando a la lista de miserias necesarias,
1- llevar una botellita de agua mineral de 500, vacía. Entonces, la va recargando si tiene dispenser en la oficina, en el dispenser del pago fácil, incluso,con un poco de pericia, en los bebederos de las plazas.
2- Si lo que que quiere es evitarse pagar el subte, se pone cerquita de alguna señora mayor que no entiende la dirección en la que debe pasar la tarjeta, usted amablemente le dice: pase. Usted se pega a ella y pasan dos al precio de uno. Si la señora tiene tarjeta magnética, la pasa dos veces, y en ese caso su boleto corre por cuenta de la señora.

Viejex dijo...

Yoni, cada vez dudo más de su alegada profesión: usted da primero el consejo y ¿después pretende cobrar?

Anita la bibliotecaria dijo...

si hay miseria q no se noooooote,che!!!

Despues de 2 o 3 dias, los tacheros ya lo van a tener fichado y va a tener q ir a pata.

Mona Loca dijo...

jejejeje!!
yo hago esos periplos en taxi, a veces.
Supongase: paso a buscar a la nena a Voley y de ahí al monito chico a un cumple. Y de ahí de vuelta a casa.
Mientras busco al monito, bajo con la nena, pero dejo la mochi en el taxi.

Fantaseo con la angustia que le provoca al taxista el no saber claramente si volveré o no...

Pero vuelvo, y le pago la pequeña fortuna de hacer ese periplo en auto de alquiler.


Porque no soy miserable, sólo un poco sádica.

Jazmin dijo...

1) Yo tomo bondi para ir al trabajo. Camino 6 cuadras hasta la parada, lo tomo, me bajo, camino 4 hasta el laburo. Son 10 cuadras. Más 10 de vuelta, 20. Por $2.40 al día, me ahorro el gimnasio.

2) En mi trabajo hay comedor. Aprovecho las medialunas que sobraron del desayuno que trajo el jefe, o las empanadas que alguien trajo por su cumple, y ya comida paso por el comedor, retiro el plato del día + entrada + postre todo envuelto en papel adherente, y me lo llevo para comer en casa a la noche.

La $ que me ahorro me la gasto después en uno de los dos zapatos que conforman el par que, al comprarlos, me sacarán el mal humor de no comer bien.

Briks dijo...

mmmseee

en una ciudadcomo la mía, el truquito del taxi es poco recomendable

a la semana, su rostro será copnocido por todos los tacheros de la city (y lo van a buscar)

(Y A ENCONTRAR) (eso es lo malo)

para cerrar, ud me ve comiendo arroz o lechuga???

deje, voy a esperar próximos consejos, deberé ahorrar dinero en otros ámbitos

Any dijo...

Bueno vea ese truquete para viajar gratis funcionará en Baires donde hay 15 millones de taxis. Aca se complica un poco.
Y los sobres de donde los saco? Me los afano del laburo? De a 3 todos los días se van a avivar enseguida ... Como que los compre? Ah no! si voy a ser miserable por la mitad no tiene gracia che.
=S

Winter dijo...

Yoni, lo invito a mi oficina: Vienen miserables de todos los colores y formas. Es la época perfecta del año.
Hace un rato, un miserable de ley, me explicó que ya no toma Alamos y que volvió al Valmont, como cuando era pobre (chan!). Parece que eso califica como para no pagar Ganancias según su retorcida billetera mental.

Me alegra el regreso de la saga!

Rebeca dijo...

Si se aplica ese método lo mas probable es que el tachero se "raje" con los otros dos sobres pensando que quizá hay plata (no olvidemos que algunos tacheros son peores que Ud. Sr. Yoni)

Por otro lado conocemos como es el gremio tachero y lo mas probable es que lo vayan a buscar a su casa (ya que Ud. partió de su domicilio) y le apliquen sus métodos de "pagame porque te rompo todo".

Yo no lo intentaría, porque lo que quizá ahorre lo termine pagando en días de internación.

Au revoir!

Ochurus dijo...

justo anoche vi el capítulo del sandwich de Ross...







eso, quería decírselo nomás.


un saludo

Marina Judith Landau dijo...

No se imagina la alegría que me produce el que no haya abandonado el tema de los miserables!! Chas Gracias!!
Muy buenos sus miserables consejos. Quiero decir, sus consejos de cómo conducirse miserablemente.
Hace muchos años tuve un compañero de trabajo que nunca llevaba vianda y cuando llegaba la hora de comer nos miraba el tapper relamiéndose (quién le iba a negar el convite?) Así probaba de la comida de todos, y creo que terminaba comiendo más que cualquiera de nosotros.
Era el mismo que se llevaba la lamparita del baño para reemplazar la que se le había quemado en su departamento, y tantas cosas más por el estilo.
Me sorprendió el comentario de Mona. A mí me daría temor que el taxista se fuera con mi mochila!!
Abrazos.

Yoni Bigud dijo...

Wendy balsam: No me cierra eso de apoyar a una señora mayor. No sé...

Viejex: La profesión es la profesión, pero le advierto que en mis ratos libres me dedico a romper pulgares. Como Rocky. Así que no se haga el vivo.

Anita: Buenos Aires es grande.

Mona: El sadismo es una cualidad interesante. Pero yo no afirmaría tan suelto de cuerpo que no soy un miserable. No sé. Ya la voy a agarrar en algo.

Jazmin: Miserable al fin. Le falta optimizar el rendimiento de sus acciones.

Señor Briks: Ya vamos a buscarle la forma, quédese tranquilo. No por vivir en una ciudad más chica se quedará afuera del mundo del miserable.

Any: Bueno... si no quiere usar los sobres de la indicación en forma verbal. Pero le advierto que ahí hay que ser más convincente. Mejor actor. Allá usted.

Winter: Ese no es un miserable. Es un idiota. Son cosas distintas.

Rebeca: Ocurre que no hay que tomarse el taxi en la puerta de casa. El miserable debe ser -también- astuto.

Ouchurus: Muchas gracias. Veo que usté toma lecciones por otro lado.

Un saludo.

Yoni Bigud dijo...

Marina: Lo de la lamparita deja en evidencia a un miserable de alto rango. Un profesional.
Muchas gracias a usté.

Un saludo.

Yoni Bigud dijo...

Y... 14.

Anavril dijo...

Yo ya se en que me voy a gastar los $400 !!!
En Nervocalm(grageas)

Ud sabe el estres que me genera tener que inventar todo eso ???

Yoni Bigud dijo...

Changos... qué mal que anda esto del número de comentarios. Dice 15 y hay...

Y... 14. Ahora sí.

Yoni Bigud dijo...

Bien. Desaparecieron mis respuestas y mis otros mensajes.

Oh.

Fabiana dijo...

Y 18!!

en serio, ya se pasade castaño oscuro, eh..

Fabiana dijo...

Don Yoni:

Mire,no sé si desaparecen o no, el temaes que mecayó a mí salvarle el pellejo del..
bueh, usté ya sabe..

Mire, creo que puede agregar a su lista de miserables al finado(un miserable importante si los hay, un miserable VIP,diría yo..)

Era del tipo de persona que se alzaba con las propinas de las mesas vecinas cuando salía de un restorante.. :S

Any tiene razón, si hay que invertir en sobres, la ganacia se va por el caño..

Juro que no tengo pasta de miserable!!

eso creo..

Bugman dijo...

Mire, yo trabajo a unos 30 km de mi casa. Un taxista no me dejaría bajar del auto sin pagarle antes a menos que le presentara a mi amigo "seis luces". Y ya lo estoy meditando.

Mariela Torres dijo...

Nada mejor que los tiempos de crisis para aguzar el ingenio.

El miserable no debe ser tímido, porque sino estas cosas no salen bien. No se puede ser tímido y miserable, o una o la otra cosa.

Saludos.

LadyMarian dijo...

Otra posibilidad es compensar algún gasto que ocasione el trabajo (por ejemplo, el transporte)con otra cosa. Podríamos llevarnos para casa el papel higiénico del baño, o papel, o azúcar, o saquitos de té. Hay cosas que no conviene agarrar, como por ejemplo una perforadora, porque queda muy evidente. Es cuestión de ingeniárselas.

Besos

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Yo tengo un compañero de trabajo que fuma mis puchos. Y hasta se da el tupé de cuando me quedan pocos, tratarme de rata. Y si fumo mentolados, soy un maricón porque a él no le gustan.

El turro ahora se fue de vacaciones y yo siento que es gracias a mis cigarrillos.

Laucha asquerosa.

Cuello de Pavo dijo...

100 pesos esa consulta?, ESO es ser un miserable

Cuello de Pavo dijo...

a propósito, me preocupa que Obama y Mark Hamill sigan figurando como autores del blog

Julieta dijo...

Nooo ,eso es muy de rata!! ..Aparte en poco tiempo tu foto aparecerá pegada en los árboles y en los envases de leche porque no creas que los tacheros se van a quedar tranquilos..
Total por 500 pesos ,qué son hoy ? una visita al súper...
Saludos

Pablo dijo...

¿Sabe a lo que están los sobres de papel madera? ¿no se le spodrá pone un hilito y recuperarlos de alguna forma?

Como dijo Cuello, hay algunas presencias entre los perpetradores que me inquietan.

No, a la suya ya casi me acostumbro.

wendy balsam dijo...

Yoni, ¿no le cierra? imagino que pretenderá otros apoyos, pero al menos este viene sin posibilidad de golpes....
otra de miserable, es la de esos tipos que van al kiosco con un billete de cien, que no tengo cambio ... y esas falacias esgrimen, hasta que el acompañante de turno termina pagando...

Mona Loca dijo...

Donde: La mochi que dejo en el taxi es la de la nena...
A la mía me la tienen que operar, ahí adentro está mi compu, que es como si fuera un brazo, una pierna, algo así.

Canoso dijo...

Excelentes consejos que pondremos rápidamente en práctica.
Queda un detalle no menor:
El taxi deberemos tomarlo cada día en diferentes lugares para que los taxistas no se aviven en dónde vivimos.
Esto implica....

un gasto desmedido de la suela de los zapatos.
vaya pensando cómo solucionar este asunto.
Un saludo (uno solo porque se gasta...)

Yoni Bigud dijo...

Anavril: Sea fuerte.

Fabiana: Muchas gracias.

Fabiana: Los sobres los sustrae de la oficina, o en su defecto los suprime. No son indispensables.

Señor Bugman: Usted tiene un punto. Vamos a tener que pensar en otra cosa.

Mariela: Buen planteo. El miserable debe ser un tipo osado. Un tipo que vaya al frente sin medias tintas.

LadyMarian: Hay que ser muy profesional para manejar la compensación de gastos. No creo que estén preparados todavía.

Relato: Tengo un problema con la máxima 'un cigarrillo no se le niega a nadie'.
Por suerte dejé de fumar, pero antes no largaba un pucho ni que me mataran.

Cuello de pavo: Es ser profesional.

Cuello de pavo: Hable con el Señor Bugman.

Julieta: Quinientos mangos son quinientos mangos. No me desprecie el dinero delante de tantos miserables.

Señor Pablo: Los sobres no son imprescindibles. Y por desgracia para mí, yo tampoco.
¿Vio la manera injusta en la que me han atacado hoy por vía privada?
Ah... ¿cómo? ¿usté también se sumó?

Wendy balsam: En alguna oportunidad, en un antiguo artículo de esta sección hemos aconsejado a los miserables que nos siguen el truco ese del billete de cien. No falla.
En este taller se aprende todo.

Mona: ...

Carugo: Usted está en todo. Un auténtico monstruo.
De hecho, estoy a punto de ascenderlo de categoría (voy a otorgarle un título honorífico que solo ostentan tres individuos), pero eso corresponde hacerlo en mi propio espacio.
Estuve a punto de concretar hoy, pero no me gustó que no apoyara el PG, así que lo dejé para la próxima.

Un saludo.

Elvis dijo...

Si la única posibilidad de ahorro en lo que se refiere a la manutención de mi estómago, pasa por comer lechuga, le anticipo que fracasaré estrepitosamente...

Pero lo del taxi es buena idea, intentaré ponerlo en práctica hoy mismo..., y si funciona es posible que parte de mi ahorro se constituya en una pequeña bonificación a su causa..., ya le contaré.

Saludos cordiales.

Pablo dijo...

Por lo de las críticas: hoy por tí, mañana por mí.

Literalmente. Me toca mañana.

La Ruiva dijo...

Del taxi al subte mas que un abismo, hay un agujero. Pero no viene al caso.

Otra: Si usted se toma el tren (todos sabemos que el tren aumentó), consiga un folletito con los hoarios y llegue siempre a la estacion 2 segundos antes de que el tren comience su movimiento para irse (aunque tenga que quedarse en la esquina media hora esperando, escondido, que no lo vea el guardia). Corra el tren con aires de preocupacion, pase de largo por al guardia, al grito de "si pierdo este no llego!". Siempre funciona, el guardia ni se atreve a pedirle el boleto.

Y de paso hace ejercicio, corrida matutina y se ahorra el gimnasio.

Yoni Bigud dijo...

Elvis: Lo comprendo perfectamente. Ni siquiera para ahorrar comería verduras. Me conformo con que me participe lo del taxi.

Señor Pablo: Prepárese entonces.

Ex Rubia: Esa es la actitud. Ningún miserable es digno de elogio si no toma riesgos.

Un saludo.