I.A.M



Acápite: Consultorio jurídico. IAM. Explicación del impuesto. Modo de pago. Recomendación final.




Impuesto al Miserable

Todo Estado sabe, conoce, está al tanto de que entre la población activa en condiciones de aportar al tesoro existe un buen número de individuos que, por decirlo de una forma amistosa o cortés, olvida el carácter obligatorio de dicha actividad y procede de acuerdo a su propia convicción y/o necesidad.

Dentro de este simpático grupo existen —de más está decirlo— varias categorías que según la profundidad del olvido merecen un distinto alcance en la severidad del reproche estatal. Están los denominados ‘ladrones de gallinas’, que pueden ser llamados al orden mediante una simple misiva firmada por algún funcionario competente de la Administración Federal de Ingresos Públicos; los evasores amateurs, cuya estrategia reposa generalmente sobre la espalda de mediocres contadores que presentan estrambóticos balances que a la postre promueven inspecciones con final incierto; los evasores consuetudinarios, que proceden de la misma forma que la categoría anterior pero con mejores contadores, y son más difíciles de acorralar; y los grandes evasores, que suelen montar complejas tramas que involucran contadores, profesionales del derecho e incluso economistas que les proveen las más variadas herramientas jurídicas y contables, entre las que se destacan la constitución de sociedades en el exterior, fundaciones de objeto dudoso y pequeñas empresas dedicadas a la facturación fraudulenta. Esta categoría posee, además, una enorme capacidad de diálogo con los organismos de control del Estado, hecho que garantiza por un lado una gran cuota de impunidad, y por el otro la aparición de funcionarios más prósperos y saludables.

Ahora bien, las modernas teorías que se han abierto camino en el campo del derecho impositivo y tributario señalan —no sin razón— que el Estado destina demasiados recursos en la identificación, seguimiento y castigo de ese olvidadizo sector de la población, y no obtiene ni por asomo el éxito deseado. La amenaza punitiva no es suficiente para encausar a los más díscolos, e incluso muchas veces no hace más que lograr el efecto contrario al deseado, generando el perfeccionamiento de las estrategias de evasión o la desaparición de elementos que, más allá de su falta de apego a las reglas impositivas, son importantes para la economía.

Por ello estas modernas teorías buscan alentar el espíritu contributivo de aquellos grupos mediante la creación de una serie de herramientas clandestinas que garantizan, no la impunidad, sino la ausencia de persecución estatal en caso de que el o los involucrados se avengan al régimen propuesto y lo cumplan sin excepción. Y en ese marco cada país es libre de implementar la o las que crea más adecuadas de acuerdo a su legislación vigente y a la idiosincrasia de sus contribuyentes actuales y potenciales.

En nuestro país esa herramienta clandestina es, sin duda alguna, el ‘Impuesto al Miserable’ (IAM), en plena vigencia desde el primer día del año en curso y gozando de un éxito clamoroso.

La idea del IAM es reemplazar la totalidad de los impuestos nacionales, provinciales o municipales de la persona física o jurídica por una única contribución que se abona en forma trimestral, y cuyo monto surge de un complejo cálculo que realiza la AFIP sin intervención del interesado, y que involucra un sinfín de variables tales como profesión, estimación del monto evadido con anterioridad a la inscripción en el IAM, estimación de bienes inmuebles no declarados, estimación de ingresos no declarados, cantidad de hijos o demás personas a cargo, estimación de gasto fijo mensual, etcétera.

No, el Monotributo es otra cosa. No se me apure.

Lo importante es que entienda que una vez cargados los datos y realizado el bendito cálculo, el desembolso anual del contribuyente miserable jamás supera el 30% de lo que sería si permaneciera en el sistema tradicional. Y se libra por completo de la persecución estatal presente y futura, ya que el monto, como acabamos de señalar, lo determina la AFIP sin intervención del interesado. Vale decir, sin declaraciones juradas, balances y otras yerbas, por lo que el número final se apoya exclusivamente en estimaciones estatales que no admiten prueba en contrario.

¿Cómo dice?

Sí, se libra de todo. Hasta del ABL. El Estado no lo perseguirá más. O sí. En realidad vale aclarar que en la República Argentina lo que se elimina a través del IAM es la consecuencia de la persecución estatal, no la persecución en sí. Usted continuará recibiendo toda clase de reclamos y citaciones por Ganancias, Bienes Personales, Ingresos Brutos, etc; pero jamás habrá una acción judicial ni nada que le traiga inconvenientes en su vida cotidiana, fuera de esa molesta insistencia epistolar.

El único inconveniente es que al ser esta una herramienta clandestina por definición, que técnicamente constituye un fraude de proporciones colosales, no existe una repartición oficial que pueda encargarse de la recaudación. Es una dependencia especial de la AFIP la que se pone en contacto (trimestralmente) en forma epistolar con el contribuyente a fin de indicar el modo y el lugar de pago. La carta posee el logo IAM sin otra especificación, y consta de un breve texto muy similar a los modelos que se detallan a continuación:

‘El día 21 de marzo usted comprará un helado de agua en el monumento a Simón Bolívar’.

‘El día 21 de junio usted comprará un pancho San Martín y Paraguay’.

‘El día 21 de septiembre usted se lustrará los zapatos en Cabildo y José Hernández’.

‘El día 21 de diciembre usted comerá un choripán frente al aeroparque’.

De más está decir que el agente de la AFIP será, según el caso, el heladero, el panchero, el lustrador o el puestero, y que el contribuyente podrá deducir del impuesto el valor de su compra.

Finalmente es menester señalar que existe un modo alternativo de pago. Cuando el Estado presume en el empleador condiciones morales similares a las del contribuyente inscripto, puede autorizar que aquel retenga el monto del impuesto directamente en el recibo de sueldo. Sin embargo yo no lo aconsejo. En MIB ya nos anotamos, y mejor no le cuento la experiencia…

Maldito calvo miserable.

Espero haber sido de alguna utilidad. Quedo a su entera disposición para evacuar las dudas que puedan tener sobre el particular.


Tengan ustedes muy buenas noches.

10 comentarios:

Nefertiti dijo...

señor señor!! Y puedo comprar dólares aunque se suponga de acuerdo a lo declarado que no tengo suficiente ni para comer?

Viejex dijo...

Usted sí que es un profesional de estirpe. Un verdadero hijo de una profesional.

Dany dijo...

Mire...ud poniendo este texto y yo como un pelotudo haciendo ddjj de los contribuyentes que me mienten hasta a mi.
Y no me gusta que me llamen mediocre.....con pelotudo alcanza..che.

Buena entrada, YB!

Pelado miserable!!

Any dijo...

Si voy a pagar eso y nada mas que eso, anotemé. Me ahorro incluso las colas infames una vez por semana. Me ahorro el pensar cuando lo pago? me tiro al último vencimiento?. Me ahorro que me afanen camino del banco (que me pasó).
Es buenísimo! Ud no pensó en presentar currículum en AFIP??? yo calculo que lo elevarían a la categoría de prócer ...
abrazo

Etienne dijo...

Si me mandan el formulario con el código para pagarlo por interné, no tengo problemas, pero si vivo a 1100 km del panchero del aeropuerto ¿me hacen descuento de lo gastado por pasaje?

Para todo lo demás, tiene mi voto.

Abrazos!!

Briks dijo...

me resulta inquietante que ud conozca tanto sobre el tema

quiere apelar a la D4?

Anónimo dijo...

Que graciosos todos...¿se olvidan que un miembro de MIB es un empleado de AFIP?

Mecha dijo...

Anóteme... con que no me descuenten más cosas del sueldo, ya me conformo...

Renegado dijo...

Yo me anotaría pero como tengo la ligera tendencia a perderme con las dircciones en capital, es probable que nunca llegue a destino.

¿Se puede descontar ser así medio despistado? ¿Vale el intento aunque sea?

Yoni Bigud dijo...

Nefertiti: Los beneficios son innumerables.

Señor Viejex: No haré ninguna declaración delante de usted.

Señor Dany: No todos pueden acceder al IAM. Seguirá teniendo trabajo.

Any: Si me llego a presentar en AFIP creo que mi vida cambiaría, para mal.

Etienne: Hay sucursales en todas las provincias.

Señor Briks: Apelo sin más.

Anónimo: Tenemos fotos que lo comprometen.

Mecha: La anoto.

Señor Renegado: Diríjase a la sucursal Quilmes, no se me ahogue en un vaso de agua.


Un saludo.