Sultana

"A man must do what he must do."
Charles Heston la película "Three Violent People"  (1956)





Hace ya algún tiempo dije y sostengo que llevo una vida como cualquier otra y me preguntaba qué les puedo decir, que no haya sido dicho. Nada, de seguro, pero ya que están acá queriendo escuchar una historia, les contaré lo más cercano a algo digno de mención entre las cosas que me sucedieron en estos últimos días.

Pero para contarles lo que sucedió, es menester que les diga previamente que hace unos meses empecé  una relación con una persona que, por resguardar su identidad, llamaremos de aquí en adelante X. También es preciso que sepan que X. amablemente se ofreció a quedarse en mi casa durante algunas semanas para cuidar a Sultana, mi perra, ya que yo debí ausentarme por un viaje, y que tras el viaje planeamos empezar a vivir aquí, juntos. De esta forma, pensamos, X. tendría un tiempo para acostumbrarse a mi departamento antes de convivir conmigo, lo cual creímos que era una idea muy conveniente y razonable.

Sultana es un vigoroso ejemplar de raza y edad inespecífica, que podríamos aproximar por una mezcla de cuatro o cinco razas de perros muy grandes, y de unos dos a cuatro años. Una alegre cachorra de mastodonte, por decirlo de alguna manera.

X, por el contrario, es una mujer pequeña, diminuta, de esas que lo más salvaje que han vivido en su vida es ver como las hormigas acababan con la vianda del picnic un día de la primavera.

Decía entonces que X se ofreció a cuidar a Sultana, pero lo cierto es que lo más justo sería decir que fue Sultana quien se quedó a cuidarla a ella.

El viaje transcurrió sin contratiempos ni eventos merecedores de ser detallados. Antes de que pudiera darme cuenta casi, ya estaba emprendiendo el regreso con enorme placer y expectativa.Nunca me había pasado como esta vez, nunca antes estuve tan ansioso por regresar a casa después de ir a algún sitio. Estaba verdaderamente contento de volver, había extrañado mucho no estar con "mis chicas", como yo había empezado a llamarlas cuando pensaba en ellas.

-¡Hola, mi amor!!! -exclamé exultante al atravesar la puerta- ¿Como está Sultana? me extrañó?

La respuesta de X. me tomó desprevenido.

-¿Solo eso se te ocurre preguntarme después de veinte días, hijo de puta? ¿Veinte días de recoger la mierda de esa cría del averno, sin que se te ocurra llamarme para preguntar como estoy? Veinte días de bajar a esa perra de mierda para que me lleve como un barrilete de acá para allá por todo el parque? Veinte días de soportar que esa burda bruta me destroce zapatos, ropa y carteras?  Escuchame bien lo que te voy a decir, y no quiero excusas: esa maldita perra tiene que desaparecer, yo con ese engendro del demonio no voy a vivir un minuto más!

Estaba claro que los tres no podíamos vivir juntos, la incompatibilidad de X. y Sultana era indiscutible, evidente, palmaria.

Con dolor y sin demora, acepté mi deber. Un hombre debe hacer lo que un hombre debe hacer, decía Charles Heston, hace mucho tiempo.

Hay momentos en la vida en que uno dar un paso que sabe de antemano que será difícil, y nada se puede hacer para evitarlo. Pero pasado el tiempo, cuando uno mira en perspectiva hay un sentimiento reconfortante cuando se descubre que hizo lo correcto, por arduo que haya sido.
No podía, bajo ningún concepto, tirar por la borda la relación más enriquecedora que había tenido en años por mantener a la que ya había sido condenada. Como dije, la decisión fue inmediata. Tenía que deshacerme de la bestia. Era lo correcto.

En fin, hoy vamos a pasear a algún lugar lindo...no, mejor nos quedamos en casa  y le voy a cocinar algo rico, para ver si se nos quita un poco la amargura. Aunque parezca mentira, yo sé que a pesar de todo la va a extrañar. Es más, yo juraría que ya hoy la extraña y no quiere que se vaya. En su infinita nobleza no hay lugar para el rencor. Pero no puedo dar marcha atrás. Ni Sultana ni yo nos merecíamos vivir bajo un mismo techo con alguien tan insensible.

12 comentarios:

La Novia dijo...

Bueno, para que vamos a mentir...

TIENE RAZÓN!!! (y mire que a mí no me gustan demasiado los perros, eh)

Saludetes

Viejex dijo...

Gracias, doña Novia. Me emociona. Nunca una novia me había dado la razón.

Bugman dijo...

Interesante elección, Señor Viejex. Justamente estaba pensando en incorporar una mascota a la redacción.

Renegado dijo...

Ah ¿Los cocodrilos del foso no son mascotas? Con razón son medio ariscos.

Viejex dijo...

Su Alopecía, usted cree que X se sentirá a gusto con nosotros?

Renegado..ahhh, ahora entiendo a que se refería si calva ilustrísima...

Jesslo dijo...

Hola señor Viejex, hay personas con suerte y ud., jaja. En todo caso, el resultado era predecible, las historias de tres suelen ser pasajeras, ¡qué falta de sensibilidad! ¿eh? ;)) Saluditos.

Briks dijo...

una mujer que no ama a mi perro no me ama a mi

Yoni Bigud dijo...

Era un movimiento obligado. No había equivalencia entre las opciones. Hizo lo correcto, lo obvio.

Un saludo.

Mecha dijo...

GRANDE VIEJEX!!!!!

Por un momento, debo decirle, Usted me asustó. Estaba pensando cómo hacer para conseguir su teléfono y obligarlo a recapacitar.

Imagínese que cuando me separé, él se quedó con el auto y la tele, y yo con la perra!!!!!
Y no hubiera permitido que fuera de otra manera..

Las mujeres (hombres) van y vienen, pero la familia siempre está...

Viejex dijo...

Jesslo: Muchas gracias. La insensibilidad es el signo de los tiempos que corren, me parece.

Briks: Por suerte su afirmación solamente incumbe a las mujeres, y no formuló la reciproca (i.e. que quienes aman a su perro lo aman necesariamente a usted). Y por si estas dos salvedades no alcanzaran, no guardo ningún sentimiento por su perro. Y después algunas dicen que no tengo suerte...

Bigud: Hice lo correcto. Me quedo con eso. Muchas gracias a usté.

Mecha: Qué curioso son el lenguaje y sus vericuetos! Usted dice que la que se separó fue usted y uno podría pensar que sería más apropiado haber dicho "cuando nos separamos".
Pero usted eligió, en forma deliberada o no, resaltar el hecho de su propia separación, diciéndonos que la que se separó fuu usted misma. Y al punto, fíjese que notable, nos revela que fue él quien en los hechos se separó de la perra...Muy curioso, ¿no?

Mecha dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mecha dijo...

Viejex, esto no tiene nada que ver con vericuetos del lenguaje, es simplemente una cuestión de practicidad... hace tanto que no hablo de un "nosotros", que ni para separarme necesito el plural.
Si prefiere, le mando un "cuando nos dejó", y ahí estamos incluidos los tres....
=P

Y sí, fíjese, fue él el que se separó de la perra, pero no se separó del auto...

Cada uno puede darle la interpretación que prefiera, y sin embargo al final de cuentas, doso se reduce a una cuestión de prioridades y elecciones.
;¬)