Escribe el Maestro Lusamor Sol - Gurú espiritual del nuevo siglo, mensajero de paz, avatar cósmico y un verdadero hijo de una Gran Luz.-
Amados hermanos y hermanas hijos de remil luces, os doy la
bienvenida y os abrazo sobre mi corazón de infinita Luz en el regocijo
permanente del amor que se os manifiesta como presente del Todo Universal del
cual semos parte. El Todo que es Uno. Y el Uno que está en todos y cada uno.
Que sois también Todo. Aunque seais uno.
Sé, amadísimos hermanos y hermanas, porque pocas cosas
escapan a mi humilde pero casi infinito conocimiento, que ha pasado un largo
tiempo desde mi último mensaje y os estareís preguntando “¿Por qué, eh Master?
¿Por qué?”.
Pues dejadme ante todo deciros, curiosos hermanos y hermanas metidos
hijos de mil luces, que de ninguna manera esto se haya debido a que estuviera o estuviese huyendo, como han dicho algunas malas voces celosas de mi luminositud.
En todo caso estaba realizando un viaje de Luz porque así me lo dictó el Universo en su perfecta sabiduría.
Además, debeis saber, reverendos hijos de Luz, que para mi, que existo en el presente eterno, en el aquí y
ahora, en el ya, en essssta… en esta imperederecederera manifestación del
instante de ahora, el tiempo no es mas que una borrosa ilusión de la mente, por
lo cual, para mi, no pasó naranja.
Son ustedes, queridos míos, que viven en
el tiempo, dentro del tiempo, con el tiempo metido en el ojal, pendientes del
tiempo, los que se hallan continuamente sometidos a sus vaivenes y a sus caprichos, como esclavas
sexuales indefensas, y vestiditas con polleritas escocesas tableadas y zoquetes
blancos que repiten con voz finita "Ay no me haga nada señor tiempo ayayay".
Son sus mentes, sus pobres y cachivachescas mentecitas las
que, como una hoja reseca y pusilánime a merced del viento sobre las olas del océano indómito,
van y vienen del pasado al futuro, para acá y para allá, para allá y para acá, ida
y vuelta, sin escalas, constantemente.
Tanto van y vienen, que si les dieran millas de viajero cada
vez que vuestras mentes van al pasado o al futuro, las podrían canjear para
viajar gratis hasta Saturno de vacaciones todos los veranos. O a Plutón, que
dicen que está mas fresquito.
Y así andan por la vida, rebaño de hijos de Luz, como sandía
en carro, acongojados por lo que ya pasó, y consternados por lo que puede
venir, mientras que Yo, desde mi elevada vibración de Luz, solo los observo y les
digo, señalándolos con el dedo ¡Oh pobres de ustedes que existen rodeados de la
fantasmagórica ilusión del tiempo! ¡Que pavotones que son! ¡Ayayayayayay! Me
darían risa si no fuera porque casi me dan un poquito de pena. Jajajajaja. Paaaaabres…
Jajajajajajaja.
Pero en mi inconstrimpable compasión y mi amor amoroso, inevitablemente, los
abrazo (cuando se me pase la risa) y les brindo incondicionalmente mi modesta pero fundamencional
enseñanza, amados hermanos y hermanas hijos de una gran Luz, para ayudaros a terminar con este interminable viaje que desgasta
vuestras agotadas mentes, que ya de por si son bastante limitaditas, por no
decir que están hechos pelota.
Y así os digo: Estean acá. Vivid en la fugacidad del momento presente. ¡Hacedlo ahora!
¡Ya!… No… Tarde… Ya pasó. Es pasado. ¡Ya!... No, tarde otra vez… ¿Ven lo que
les digo?... Otra vez… ¡Ahora! …. No… Llegaron tarde de nuevo… A ver… Vamos de
nuevo… ¡¡Ya!!… No… Nononono… Son un adoquín loco… ¿Dije que era fugaz el
momento presente o hablo en turco?... ¡¡Ya!!… Bue… No hay caso… No les da…
Sigamois...
Queridos hermanos y hermanas y la gran Luz que los parió, no
ha escapado a mi humildísimo pero inabarcable conocimiento tampoco, que otra de
las preguntas que os estáis formulando en este instante con vuestras inquietas y
curiosas mentes es “¿Y que onda con esto de que os cambiasteis vuestro nombre
Master of the Universe? ¿Eh? ¿What pass?”.
A lo que yo, con magnánima humildad y cegadora luminiscencia
respondería “Como estáis eh… ¿Qué sois? ¿Policías?”.
Pero bueno, no, no será esa mi repuesta para vosotrois, sino
que, en toda mi luminosa garandiositud y modestia os respondo, desde los mas
profundo de mi corazón de pura Luz infinita “¿Qué son los nombres?”.
Si. Yo respondo con otra pregunta. Yo puedo, porque para eso
soy un Maestro. Ustedes no.
Y os respondo, o me respondo, ya no se, estoy un poco
mareado, que los nombres no son mas que palabras que identifican cosas, en este
caso a Mi, creadas por la mente. Y por ello no son mas reales que un sueño. O que
el tiempo. O que los esquimales. Y Yo Soy mucho mas que un nombre. Lo que Yo
Soy está mas allá de las palabras. Es inabarcable. Es inconmengsurable. Es
eterno. Es impermeable. Simplemente Es lo que Es. Y por lo tanto es ingcognogscibleg.
E innombrable. Igual que ustedes, que son verdaderos hijos de una gran Luz. Aunque
un poco menos, claro. O bastante. Porque les falta tomar mucha sopa todavía. Pero
igual son bastante innombrables. Y, para ser honesto, medios impresentables,
pero bueno... ese es otro tema.
Por ello, decía, no hay palabras que puedan nombrar lo
innombrable. Si las hubiera no sería innombrable. Por lo tanto eso que ustedes
llaman nombre, no tiene la menor importancia para Mi. Así que bueno… nada… eso.
Ahora este será mi nuevo nombre para ustedes y para todo el que pregunte por Mí.
Aunque esto parezca contradecir todo lo que acabo de expresar. Pero no. Para nada.
Si no lo entendéis es porque vuestras estrechas mentes no están aún en
condiciones de captar la esencia de Luz del conocimiento que os estoy
impartiendo. Aunque es bastante sencillo de entender, pero bueno, no se le
pueden pedir peras al mono. Igualmente no os deberos preocuparois ni sentirosois
mal por ser tan penosamente ignorantes, amadísimos hijos de la gran Luz; solo
aceptad que yo siempre tengo razón y listo.
Y ya que estoy os aclaro, arrojando otro poco de mi
impertítora Luz sobre las sombras de su ignorancia, que esto nada, pero nada,
tiene que ver con ciertos problemas legales en los que alguna alma oscura,
sucia y traidora a la Luz quiso involucrarme, y menos aún con el haberme
enterado por los medios de comunicación (yo no miro televisión, pero me
contaron) que hay otro grandísimo hijo de Luz que lleva un nombre medio
parecido al mi… al que yo llevaba, que parece que es medio delincuente y por ello lo estuvieron escrachando por todos lados, y bueno, no quisiera generar confusiones. A
ver si todavía caigo yo en la volteada, que no tengo NADA que ver con el gordito
ese. Lo único que me falta.
Bien... dicho esto, y habiendo arrojado mi clarificante Luz sobre
vuestras grises almas, y cumpliendo así con la recomendación de mi abogado de
Luz que me dijo que me cubra por las dudas, os dejo, amados hermanos y hermanas
hijos de un conteiner demorado en la aduana cargado de Luz importada, no sin
antes regalaroles un mensaje final empapado con la Luz de la amorositud que me
anima:
“Recordad siempre que aunque el viento sople sobre la calma quietud
del lago y el sol ilumina el brote bajo la piedra en la montaña, un solo grano de arena no hace una playa ”.
Reflexionadlo en meditación. Y en la Luz.
Bendiciones de Luz para ustedes.