Puntos de vista




Acápite: Una salida. Dos personas. Dos miradas. Una reflexión final.



Cuadro de situación en primera persona:

Tengo ochenta y dos años, pero parezco de setenta. No se puede negar que estoy hecho un pibe. Pilcha de primera, auto deportivo, piel tostada y curtida por el sol de la costanera sur, pelo discretamente teñido y mina al tono. Estoy a punto caramelo; en lo mejor de la vida.

Cada vez que irrumpo en algún sitio, la concurrencia me observa con una mezcla de envidia y admiración. Resulta obvio a los ojos de cualquiera que aún conservo intacto mi atractivo juvenil. Por ejemplo, en este restaurante los mozos se sacan chispas por gozar del privilegio de atender mi mesa, aunque, para ser franco, sospecho que solo desean admirar de cerca la belleza de la hembra que me acompaña. Y está bien que así lo hagan. Esta pobre gente no comprende la estirpe del auténtico ganador, y entonces, rozada por el resplandor se alborota, se emociona e incluso puede llegar a frustrarse. Algunos hallan consuelo para su espíritu envenenado pensando que ella viene corriendo detrás de la billetera. Allá ellos. A mí me resulta indiferente, porque a esta altura de la vida la seguridad y el aplomo no tienen lugar en la lista de mis carencias.

Noto que algunos jóvenes me observan en silencio, como paralizados por mi aura. Desean preguntarme –lo sé- cuál es el secreto de mi rotundo triunfo sobre el tiempo.

Muchachos, confórmense con admirar lo que yo les permito ver. El secreto es mucho sexo, una copita de vino por día, ejercicio por la mañana y algunas horas bien gastadas en el cuidado de la imagen. Pero ustedes, con toda la vida por delante y esa conciencia de eterna juventud no están maduros para asimilar el concepto, y mucho menos la enseñanza.

“¡Mozo, la cuenta!”

Conozco la miradita de mi mujer. Ella no tiene secretos para mí. Está impaciente, deseando llegar a casa para la batalla, y no la pienso hacer esperar. Una pastillita, y el gran acto final de la noche.


Cuadro de situación en tercera persona:

Viejo ridículo. Tiene ochenta y dos años y quiere parecer de cuarenta. Ni Travolta en pleno año setenta y siete se habría animado a ponerse ese traje. El auto se cae a pedazos, se pasó de revoluciones en la cama solar y encima la tintura barata que se tiró encima de los tres pelos mal distribuidos que tiene le quedó como la mona. Ahora que lo miro bien, creo que preferiría que empiece a usar de nuevo el bisoñé (Oh dios mío, ¿qué estoy diciendo?).

No sé qué estamos haciendo en este lugar. No tenemos nada que ver. Por lo menos yo llevo mis años con algo de dignidad.

En fin… igual está a punto caramelo. En cualquier momento lo agarra un viento fresco y me lo deja listo de papeles.

¡Qué vergüenza! Lo están mirando todos. Los mozos se pelean por atender a las pibas del fondo y se hacen los tontos cada vez que este desubicado chifla. Sé que me observan, no soy tan ilusa; pero al menos tengo un marido que va a pagar la cuenta. Podría ser mucho peor. O no. No sé.

Los jóvenes lo estudian con expresión de burla. Es obvio que el asuntito del pelo no pasó desapercibido (¿cómo podría?). Y eso que no lo conocen del todo. No saben que a la primera copita de vino empieza a decir incoherencias y le dan gases. Que cada mañana sale a caminar por el parque y al rato hay que ir a rescatarlo con los paramédicos. Y que esta facha la trae a propósito; no salió apurado de casa.

Sonamos, pidió la cuenta. Conozco perfectamente esa mirada libidinosa. Ahora seguro que se levanta, va al baño y se toma la pastillita que tiene escondida en el bolsillo trasero del pantalón.

Primero le voy a pedir al mozo otro café, y después lo voy a llevar al cine. Si encuentro algún bodrio romántico, a lo mejor tengo suerte, se duerme y lo puedo dejar ahí hasta mañana.


Punto final.

Lo curioso, lo interesante, lo verdaderamente novedoso es que a pesar de las miserias, a pesar de las distintas miradas, las propias y las ajenas, las detenidas y las desatentas, las piadosas y las crueles, toda pareja tiene su punto de equilibrio.

Y algunas incluso duran.



Tengan ustedes muy buenas noches.

23 comentarios:

Sandra Montelpare dijo...

Buenas noches! No hay nada como los monólogos interiores!! Buen recurso!!! El tema es que más de uno se los cree y se acostumbra a esa vida a medias... El del viejo se descose ! Me ha sacado una sonrisa Yoni!

Sir Lothar Mambetta dijo...

Como siempre: un impecable análisis de las miserias humanas. Güenísimo.

Ahora sí: ¡pobre viejo! Me da pena su autocompasión. En cambio, yo, con esta calvicie que denota un claro paso evolutivo en la aerodinamia de la estirpe humana y con un dolor de espalda que exige que el cerebro domine zonas desconocidas por los mortales, estoy hecho un pibe.

Un abrazo, campeón.

La Novia dijo...

Es autéticamente maravillosa el autoestima del caballero relator...

Y la admiración que siente por su mujer...

La mina... Una turra, vea

Besote

Renegado dijo...

¡Creo que a ese señor lo conozco! Es el number one de la Institución en la cual trabajo.
Lo ha radiografiado a la perfección (salvo por el tema de "la copita de vino". Ahí se quedó corto por varios litros).

Viejex dijo...

Un gran relato Yoni.
Si alguna vez se me ocurre teñirme el pelo, mátenme.

Yoni Bigud dijo...

Sandra: Cuando uno afirma para adentro, siempre se trata de algo en lo que cree. Uno puede distorsionar su propia imagen hasta un punto inimaginable.

Sir Lothar: Ese es el espíritu. Incluso sabiendo que aun con esas desventajas, usté recién está arrancando. Hablamos en cuarenta años.
Muchas gracias a usté.

La Novia: Coincido con usté. La mujer no es un personaje querible.

Señor Renegado: No me gustaría trabajar donde usté lo hace. Definitivamente.

Señor Viejex: Sé que usted no haría semejante cosa. Su cabellera es el secreto de su éxito. Es una suerte de Sanson moderno.
Muchas gracias a usté.


Un saludo.

Mecha dijo...

El problema sería, Sr. Yoni, encontrar ese punto de equilibrio.

Claro que, hacerlo durar con esa disparidad de opinión entre uno y otro, no suena como la situación más "felíz".

Usted dice que soy una romántica???
Y capaz que lo sea... y quizás por eso, no he encontrado mi equilibrio.

Lo felicito por la forma en que ha sacado a relucir esas miserias internas, y coincido con La Novia, en que la mina es una turra...
(me atrevo a decir que no es casual... ???)

Tatuagem dijo...

Que agradable el punto de vista del viejito...está pareja durará..

Saludos

A.R.N. dijo...

es verdá sir yoni. justamente en eso estaba pensando en estos dias, siempre hay un roto para un descosido.
besos

Yoni Bigud dijo...

Mecha: Tiene razón. Sin embargo, el equilibrio es eso nomás. Equilibrio. Ni bueno ni malo. Solo una fórmula para mantener la vertical.
Y la mina, no muy querible.
Muchas gracias a usté.

Tatuagem: Gran pálpito.

A.R.N: Ciertamente, siempre lo hay.


Un saludo.

Mariela Torres dijo...

Me parece que el señor mayor hace bien, él no sólo no sufre sino que disfruta.
La mujer, muy odiosa. Igual, les veo futuro.

Saludos.

Jorge dijo...

Impecable!
Duran o perduran?
El señor desea lo que es, la señora solo se vendió y le da vergüenza admitirlo...
Confiemos en un buen cardiólogo para él, (la pastillita azul tiene sus cosas), y para ella un Personal Trainer maybe?
Atte/

LadyMarian dijo...

jajajaja!!! Aplausos de pie!! Entre el último post de su blog y éste me he divertido mucho.

Mire, a esta altura es imposible prever qué pareja durará mucho o se separará. En definitiva es una sociedad y las cosas funcionarán mientras los dos mantengan los objetivos personales que los unieron (o al menos similares a los originales).

Si esta chica le sigue permitiendo superar la crisis de la edad, él estará contento.
Y, mientras él siga cubriendo todos los gastos, ella también estará conforme.

Los problemas pueden aparecer, por ejemplo, cuando ella descubre que no sólo quiere plata o cuando él nota que el paso del tiempo es invencible o que lo puede superar sólo con otro modelo más joven.

Nuevamente: FELICITACIONES!! Y gracias por hacerme reír! (y gratis!) ;)

Besos

Elvis dijo...

Bueno, cada uno mantiene sus ilusiones mientras puede, aunque sea a base de pastillas y tinte para el pelo... pero despertarse sólo en el cine es un precio demasiado alto por mucho que se tengan 82 años.
¿Equilibrio en la pareja? Como se suele decir: algunos matrimonios acaban bien, otros... duran toda la vida.
Un abrazo.

Yoni Bigud dijo...

Mariela: Sí, lo que se dice una pareja con proyección.

Jorge: Sí, sí, esa clase de personajes secundarios van apareciendo a medida que se los necesita.
Muchas gracias a usté.

LadyMarian: Muchas gracias a usté por sus palabras. Lo único que me queda retumbando en la cabeza, es que crea que el asunto es gratis.

Elvis: Sí, es un plan demasiado cruel el de la señora. Todo tiene sus límites, y alguna gente los desconoce por completo.


Un saludo.

LadyMarian dijo...

Yoni, yo no vi ningún precio y ya leí el post. Si no era gratis, le aviso que ya es tarde! jaja
Además le dejé una propina no solicitada con mi aplauso. Y no, no cobro los aplausos como la mujer del viejo. Quédese tranquilo! jajaja!

Olivia dijo...

JAJAJA, la verdad muy bueno. Es la verdad. Los hombres cada vez más viejos, piensan que son más irresistibles. Pero es divertido!
Yo tengo que lidiar con mi viejo :P

Pablo dijo...

Cuadro de situación en segunda persona: la verdad es que usted ya nos está malcriando, Bigud. Otro gran texto y van.

Por lo demás, al viejo tan mal no le va. Me dijeron que coquetea con la Parca y todo.

Etienne dijo...

Arrancando con la actitud insufrible del señor de edad, con la mirada ambigua de los mozos y con la autocompasión de la dama, podemos decir que está claro quién es el centro de la reunión.
Los adjetivos corren a cuenta de quien quiera.
Excelente pintura cotidiana Mr. Yoni, excelente!
Abrazos!

Yoni Bigud dijo...

LadyMarian: Está bien, sufro a diario maniobras como la suya. Deje, deje...

Olivia: No hable así de su padre, irrespetuosa.

Señor Pablo: Deberemos cuidarnos entonces. Las mujeres suelen irse con uno distinto del que les coquetea.
Muchas gracias a usté.

Etienne: Muchas gracias a usté.


Un saludo.

Canoso dijo...

Su escrito es tan shockeante que hizo que desistiera de la carmela que me iba a hacer.
Eso sí, la pastillita azul no la dejo ni en pedo...

Yoni Bigud dijo...

Señor Carugo: Bien por usté. Hay que saber diferenciar entre las nimiedades y los artículos de primera necesidad.

Un saludo.


PS: HASTA AQUÍ, SEÑORES. NOS ESTAMOS LEYENDO POR ÁI. EN UNOS DÍAS.

Marina Judith Landau dijo...

Una joyita esta historia desde las dos miradas!!
Un verdadero misterio el de muchas parejas que duran en el tiempo, tal vez tenga que ver con que desconocen el monólogo interior de quien tienen enfrente.
Muy buen post. Muy cómico. Muy triste. Muy cómico. Muy triste.
Felices vacaciones, pásela lindo!!