Sarcasmos


Marriage is a wonderful institution...but who wants to live in an institution?
(El matrimonio es una gran institución...pero ¿quién quiere vivir en una institución?)
— Groucho Marx




Él:-...Lo que digo es que odiás trabajar
Ella:-Bueno, ¿quien no? a nadie le gusta...
Él:-Si, pero vos exagerás. Por poco le haces un escándalo al obstetra cuando te dijo que ibas a tener que hacer un trabajo de parto...
Ella:-Que ingrato, no me gustará, pero no podés negar que trabajo más que vos....A ver, ¿qué cosa crees que da más trabajo: hacer una cocina o cocinar todos los días para la familia?
Él:-Esa es una pregunta tramposa, mujer, ¿cual de las dos cosas crees haber hecho alguna vez?
Ella:-Algo de razón tenés...cocinar para animales no es lo mismo que cocinar para una familia.
Él:-¿Animales? ¿vino a visitarnos tu mamá?
Ella:-No el olor a podrido es porque vino el roñoso de tu viejo. Decime la verdad, Alberto, tu viejo nunca se recibió de arquitecto, ¿no?
Él:-Si que se recibió!
Ella:-No lo creo. Seguro que le falta una materia
Él:-¿Ah si? ¿Cual?
Ella:-No sé como se llama. Sé que es capaz de construir una cocina, un dormitorio, una sala. lo que se te ocurra, pero es evidente que no sabe lo que es un baño...
Él:-Ah, buehhh...¿Y a qué vino mi viejo?
Ella:-¿Y a qué te parece que pudo venir? A pedirnos plata, por supuesto
Él:-Plata que no tenemos porque se la prestamos a tu hermanito, el músico, te recuerdo...
Ella:-¿Y que tenés que decir de mi hermano?!
El:-Nada, que voy a decir. Si es notorio que es un virtuoso con la guitarra. Nadie la rasca como él...
Ella:-Vos no lo entendés porque crees que el arte es cagarse de frío y nada más...

Irrumpe el hijo

Hijo-¿Será posible??? ¿No pueden dejar de gritar un poco?? Tengo un final mañana, necesito tranquilidad para estudiar! ¿Lo entienden o necesitan un gráfico para entenderlo, manga de imbéciles!?

Portazo. Un cuadro hecho con viejas fotografías de bebé debajo de un vidrio que las protege del polvo-seguramente fotografías del hijo devenido en golpeador de puertas sin culpa- tiembla en la pared. Un segundo portazo, mas apagado porque fue dado a otra puerta -esta vez seguramente la de la habitación del muchacho- da el golpe de gracia al precario equilibrio del cuadro que se desprende de un ínfimo clavo, su único sostén, para estrellarse en el piso.

Ella se inclina para recoger el malogrado cuadro. Afortunadamente el collage de fotos en sí no sufrió mayores daños, pero el vidrio estalló en innumerables partes.

Ella:-¡Que desastre!¡Ay, viejo!  ¿Como llegamos a esto? ¿Que hicimos mal? ¿De dónde sacó Ricardito semejantes modales? Mirálo, ¿no era un ángel? ¡Y mirá en lo que se convirtió! Ya no sé que hacer con él, ¿de donde habrá sacado semejante carácter?
Él:-No sé, vieja. No sé...Pero no te olvides que la arpía de tu vieja...

En pareja


Programa de cable sobre sexología y terapia de parejas conducido por los licenciados Etelvina L’Acciotta y Carlos Ever Gatiessa, un matrimonio de profesionales con amplia trayectoria y renombrada experiencia en el tratamiento de problemas conyugales.


(Suena una música suave de fondo. El estudio está ambientado como si fuera una mezcla de living y consultorio, con helechos y algunos cuadros.
Ambos profesionales se encuentran muy sonrientes, sentados sobriamente cada uno en un confortable sillón, medio sin moverse, mirando fijamente a cámara. Se quedan así como por veinte segundos hasta que se escucha que alguien grita “¡Aireee!” medio nervioso).

Lic. L’Acciotta (arrancando de golpe y hablando con tonito de maestra): ¡Hola! ¿Qué tal? Bienvenidos y muchas gracias por acompañarnos en este, nuestro primer programa de “En pareja”.
Mi nombre es Etelvina L’Acciotta, soy sexóloga y terapeuta de parejas, y me acompaña aquí mi colega, y además esposo de muchos años (lo mira y le sonríe), el Licenciado Carlos Gatiessa.
Para aquellos que nos sintonizan por primera vez, les comento que en este ciclo nos dedicaremos íntegramente, programa tras programa, a tratar todos aquellos temas referidos a los conflictos de la vida de pareja en general y, particularmente, a ese temita tan pero tan importante y que tanto afecta nuestras vidas, como es, por supuesto, la sexualidad ¿No Carlos? Hola Carlos…

Lic. Gatiessa (un poco serio): Así es, Etelvina. Hola. Que tal…. Eeehhh, antes de proseguir con la temática del día, si me lo permitís, quisiera realizar una pequeña observación.

Lic. L’Acciotta (sonriendo): Si Carlos por supuesto, como no… Te escuchamos…

Lic. Gatiessa: Como bien mencionaste, este es nuestro primer programa, por lo cual creo que es mas que obvio que habrá quienes (hace el gestito de comillas en el aire) “nos sintonizan por primera vez”. Para ser mas preciso, hasta me atrevería a asegurar que absolutamente todos los que nos están viendo en este momento nos están (repite el gestito) “sintonizando por primera vez”.
Ergo, me parece que el mencionarlo es una redundancia.

Lic. L’Acciotta (se le borra la sonrisa de inmediato. Mira de reojo a la cámara medio nerviosa, y después lo mira fijo): Ay bueno Carlos, si, puede ser, pero comprendé que fue un desliz producto de los nervios del debut jeje…
(Hace una pausa, vuelve a sonreír y mira a cámara; toma un poquito de aire como amagando para seguir pero enseguida lo vuelve a mirar poniéndose muy seria, haciéndose evidente que no se podía aguantar responderle)
Además, y si no te molesta, me permito observar, por mi parte, que tu observación no tiene nada que ver con los temas específicos que se tratan en el programa y que, quizás, si en lugar de sacarla a relucir te hubieras quedado calladito, hubiera pasado inadvertida, pero bueno… es tu costumbre remarcar las equivocaciones ajenas… (Se queda mirándolo de reojo unos segundos con cara de enojada. Luego mira nuevamente a cámara y sonríe) Ahora ¿Qué te parece si vamos ya mismo al primer tema del día? ¿Si? Así no perdemos mas el tiempo…

Lic. Gatiessa (haciendo un leve encogimiento de hombros): Si, por supuesto, adelante… (Murmura) Pero igual se notó… Y quedó mal…

(Ella le clava la mirada en silencio durante algunos segundos apretando un poco los dientes con cara de fastidio. Luego da un profundo suspiro, recupera la sonrisa, mira otra vez a cámara y prosigue).

Lic. L’Acciotta: Bien… Hoy vamos a hablar sobre un tema que durante los últimos… años podríamos decir, se ha convertido en uno de los motivos de consulta mas frecuente en nuestros consultorios y que preocupa a parejas de todas las edades, sin distinciones de ningún tipo, ya que puede afectar tanto una parejita joven y recién conformada, como una pareja de adultos mayores que ya tienen sus buenos años de matrimonio ¿si?
Me estoy refiriendo, claro, a la tan temida rutina.
Un problema que aunque en primeras instancias no parece ser tan grave, con el correr del tiempo termina influyendo, generalmente en forma muy negativa, en el normal y feliz desarrollo de una pareja y muy especialmente, por supuesto, en el ámbito de su vida sexual. ¿Esto es así Carlos?

Lic. Gatiessa (entrelazando las manos frente al mentón y poniendo cara de que la tiene re clara): Efectivamente es así, Etelvina. Sin lugar a dudas la rutina es, hoy por hoy, una de las causas mas frecuentes de conflictos en la pareja y, como bien acabás de mencionar, es un problema que nace, podríamos decir, en el transcurso del tiempo de vida de una pareja y que se va agravando de manera silenciosa pero inexorable si no se hace nada para evitarlo.
Como sabemos, para nutrir a la pareja hace falta tiempo y dedicación, sin embargo estos son factores que en la gran mayoría de los casos hoy en día son difíciles de lograr merced al frenético ritmo de vida que hay que llevar debido, en parte, al modelo excesivamente competitivo en el cual uno se encuentra inmerso como parte de la sociedad.
Lo que esto ocasiona, inevitablemente, es que el tiempo que se le pueda dedicar a cultivar la vida en pareja sea cada vez menor y, en consecuencia, los actos compartidos por esta pareja suelen quedar reducidos a pobres expresiones y desarrollos cuasi mecánicos absolutamente monótonos y predecibles.

Lic. L’Acciotta (mirando a cámara): Indudablemente… Sin embargo, no hay que olvidar que si bien la influencia del mundo exterior es decisiva para una pareja, en definitiva la búsqueda de la sol…

Lic. Gatiessa (interrumpe medio murmurando y como mirando para el costado): Además “algunas” no le ponen onda…

Lic. L’Acciotta (clavándole la mirada de nuevo): Perdón ¿Cómo decís Carlos?

Lic. Gatiessa: No, nada, simplemente intentaba redondear mi concepto…

Lic. L’Acciotta (un poco molesta): Bueno, perfecto, redondealo, pero en voz alta. Me pareció como que sugeriste que la responsabilidad de que la pareja se vuelva rutinaria recae en la parte femenina ¿Puede ser?

Lic. Gatiessa (cruzándose de brazos, arqueando las cejas y revoleando los ojos): Yyyyy… A la que le quepa el poncho que se lo ponga.

Lic. L’Acciotta (mirándolo muy seria y sintiéndose tocada): Bueno, me permito entonces disentir con tu opinión Carlos, porque si vamos a evaluar responsabilidades, creo que la cosa es exactamente al revés, dado que en la gran mayoría de los casos, y especialmente en “algunos” (hace un movimiento con la cabeza como apuntándole con la pera) muy puntuales, el desempeño de la parte masculina, no solo en cuanto a la vida conyugal sino muy muuuuy especialmente en el desempeño sexual, podría calificarse como rayano con lo lamentable.

Lic. Gatiessa (mirándola fijo muy serio y dándose por aludido): Bueno, lo que sucede, Etelvina, es que muchas veces, por mas que la parte masculina le ponga la mejor voluntad, el “estímulo” (le devuelve el movimiento de cabeza) que tiene enfrente no resulta del todo satisfactorio y/o efectivo.
Si se me permite la analogía, una película es entretenida hasta que uno la ve ochenta veces. Después como que ya no tiene mucha gracia. Y menos si la “película” medio que se deja estar.

Lic. L’Acciotta (inclinándose hacia adelante y elevando el tono de voz): Disculpame Carlos pero si vamos a hablar de “estímulos”, convengamos en que “la parte femenina” tampoco se la lleva de arriba eh ¿O acaso un tipo en slip, con una panza que asoma por debajo de la camiseta musculosa y que ni siquiera tiene la delicadeza o el buen gusto de sacarse las medias tres cuartos en el momento del acto amoroso se puede considerar como algo estimulante? ¡Por favor! (Se calma un poco y hace un instante de silencio pero después sigue) Y aparte hay “algunos” (lo mira de reojo) que para saber de estímulos o de cómo estimular a una mujer tendrían que hacer un curso o buscar alguna guía en Internet, porque no tienen ni la mas pálida idea.

Lic. Gatiessa (acomodándose bruscamente en el sillón algo molesto): ¡Bueno, la verdad que si lo que el pobre tipo tiene enfrente es una mujer con la cara toda encremada y que usa un camisón horrible del año del pedo, quizás le parezca que ni vale la pena el esfuerzo de sacarse las medias!

Lic. L’Acciotta (levantando la voz): ¡¡Bueno, por ahi la “parte femenina” justamente también piensa lo mismo y no le ve el sentido a ponerse algo sugerente o arreglarse demasiado, sabiendo que todos sus esfuerzos van a ser en vano ya que el mamerto de su pareja ni siquiera lo va a notar!!
Además, y me permito tomar prestada la analogía que expresaste anteriormente sobre las películas, para que preocuparse por verse sensual si de todas formas, al final, con muuuucha suerte, lo único que va a conseguir es ver la misma “película” de siempre. Bah, película… mejor dicho, el mismo “cortometraje” de siempre.

Lic. Gatiessa (ofuscado): ¡Y si! ¡Ahí está! ¡Que raro! Cada vez que te qued… ejem… que una mujer se empieza a quedar corta de argumentos en este tema, sale el golpe bajo del “largo de la película”.
¿Por que en lugar de caer en el viejo y burdo método de atacarme… digo… de atacar con falacias a la “parte masculina” no te hacés cargo y reconocés la responsabilidad que le cabe a la “parte femenina”? ¿Eh? (Hace un instante de silencio y se cruza de brazos con cara de culo mirando para otro lado) Además mucho cortometraje, mucho cortometraje, pero bien que “algunas” (le lanza una mirada de reojo) se la pasan rompiendo las guindas para “ir al cine” cada dos por tres.

Lic. L’Acciotta (echándose para atrás en el sillón y haciendo ademanes): Uuuuyyy siiii, porque las “funciones” son taaaaaaaaan espectaculares que es inevitable sucumbir ante el irrefrenable deseo de repetir la experiencia ¡Pero haceme el favor! Si no fuera porque es gratis terminaría pidiendo a los gritos que me devuelvan la plata de la entrada.
Y además ¿Dos por tres? ¡JA! Lo dudo ya que hay “cines” (le manda una mirada fugaz y burlona a la entrepierna del Licenciado) que de pedo abren un par de veces al mes y, encima, para pasar la misma “peliculita” aburrida de siempre.

Lic. Gatiessa (poniéndose colorado de bronca): ¡Bueno, será que el “dueño del cine” está medio podrido de tener siempre la misma “audiencia” (movimiento de cabeza apuntándola con la pera)! ¿No? Capaz que si se consigue un “público” mas joven, el “cine” se mandaría varias funciones por semana. Y capaz que algún que otro estreno.

Lic. L’Acciotta (en tono notoriamente burlón): Pfffffffff ¡Por favor Carlos! Creer que ese “cine” es capaz de brindar mas de una triste función por semana es directamente ciencia ficción. No hablés boludeces.

Lic. Gatiessa (gritando, caliente como una pipa): ¡¿Ah no?! ¡¡Preguntale a tu hermana!!

(De inmediato se hace un silencio absoluto en todo el estudio. Nadie se mueve. El aire podría cortarse con un cuchillo).

Lic. L’Acciotta (con tono grave, mirándolo fijamente con los ojos inyectados en sangre y apretando mucho los dientes): ¿Qué dijiste?

(El Lic. Gatiessa se pone pálido de golpe. Traga saliva. Abre la boca como para decir algo pero no le sale la voz.
La Lic. L’Acciotta se queda en silencio mirándolo fijamente entrecerrando los ojos.
La escena queda como congelada en el tiempo por unos segundos.
En ese momento alguien avisa, tímidamente, desde detrás de cámaras que hay que ir cerrando el programa).

Lic. L’acciotta (lentamente se reacomoda en el sillón sin dejar de mirar con odio a su marido. Finalmente se corre el pelo de la cara, sonríe y vuelve a mirar a la cámara y hablar con tonito docente): Bueno, bueno, parece que se nos acabó el tiempo, así que nos tenemos que ir despidiendo.
Les recuerdo que nos pueden enviar sus consultas o contarnos sus problemas de pareja vía mail a la dirección del canal, aclarando en el “Asunto” que es para el programa “En pareja” ¿Si? Nosotros intentaremos responder a todas sus preguntas y además los casos mas interesantes los trataremos como tema principal aquí mismo, en los futuros programas.
Muchas gracias por habernos acompañado y los esperamos entonces, aquí, en una próxima emisión de “En pareja”.
¡Chau! (hace “chau” con la mano muy sonriente).

(Las luces empiezan a bajar y suena nuevamente la música de fondo.
El estudio queda en semi penumbras mientras pasan los títulos y se ve la silueta de la Lic. L’Acciotta abalanzarse sobre el Lic Gatiessa y dos o tres técnicos intentando separarlos).

Urbanidad y Cortesía


Suelo almorzar en la redacción, en la soledad de mi frugal despacho. Allí tomo una comida no menos frugal, matizada usualmente por algo de música suave, que contribuye a crear un clima propicio para una ingesta ordenada y sin prisas. 



Este pequeño y necesario ritual viene siendo interrumpido sistemáticamente por los gritos y risotadas que provienen de la sala grande, donde están los gandules. Ayer salí intempestivamente de mi modesto despacho y si no fuera por mis impecables reflejos hubiera sido impactado por una hogaza de pan que se desplazaba a gran velocidad, arrojada por una mano anónima. Toda la maniobra fue saludada por una salva de eructos que hicieron vibrar los vidrios de las ventanas, y desprendieron un poquito de pintura del techo. No, no voy a hacer nombres, es irrelevante la identidad de quien profería una carcajada estentórea con la boca abierta de par en par, brindando al mismo tiempo el dudoso privilegio de observar un bolo alimenticio en formación.
Resulta igualmente indiferente conocer quién era el que hacía gárgaras con un líquido oscuro que imagino que era gaseosa, porque no está permitido beber alcohol en estas instalaciones donde la mesura y la consagración al deber es norma. Debería ser norma. Normalmente es ignorada. Es más, sospecho que al menos seis de los gandules no saben qué significa "mesura".
Nada agregaría a esta crónica el saber cuál de los inciviles era el que se había quitado el cinturón y había desabrochado y procedido a bajar la bragueta de su pantalón mientras se repantigaba en la silla y palmeaba su abdomen profiriendo extraños sonidos guturales. Carece de importancia la filiación de quien ingería puñados de arroz tomándolos con sus manos desnudas, prescindiendo no sólo de los tradicionales palillos, sino de toda cuchara, tenedor o utensilio.

Una mezcla de horror, asco, fascinación, repugnancia, indignación, curiosidad, asombro, coraje, malestar, hastío, rigidez de columna, astigmatismo y tránsito lento me golpeó como...como...como algo realmente mezclado.

Tomé una copa, y mediante el proceso de golpearla delicadamente con una cuchara (a la que previamente debí quitarle un poco de prehistórico puré, para poder exponer la parte metálica) intenté llamar la atención de los gandules. Fue algo contraproducente, porque imbuidos de un espíritu imitativo propio de simios, comenzaron a golpear a su vez sus propias copas, vasos, cuencos o lo que fueran esos recipientes pringosos, y como no estuvieron satisfechos con la potencia del ruido, siguieron golpeando todo los que tenían a mano, incluyendo, aunque parezca mentira, y por lo menos en una ocasión, la cabeza del compañero que tenían al lado.

Como el nivel sonoro hacía completamente imposible la comunicación, desenfunde mi Smith & Wesson 38 Especial e hice tres disparos hacia el techo. El súbito silencio que se hizo duró, y yo permití que durara, hasta que se disipó la nubecilla de mampostería que había descendido desde el cielorraso.

-Señores-comencé- en primer lugar quiero que sepan que el costo de la reparación del cielorraso será solventado mediante un descuento en sus salarios. Y no me importa que no tengan salarios, ya está decidido.-hice un pausa, porque realmente me estaban escuchando y quería disfrutar de esa rara situación-y segundo, es realmente vergonzoso su comportamiento a la mesa, o mejor dicho cerca de la mesa, sobre la mesa, y debajo de ella. -Algunos gandules tuvieron la decencia de fingir que estaban avergonzados.
Por lo tanto-continué-me veo en la obligación de impartirles aunque más no sea las nociones básicas de la urbanidad y la cortesía, artes antiguas y nobles que definen a un caballero y lo separan de...de...de eso-señalé a uno de los gandules que se frotaba los dientes con un corcho.

Comenzaron a murmurar, y uno de ellos empezó a abrir la boca para decir algo, pero se dio cuenta de que la tenía llena de alguna clase de alimento y la cerró inmediatamente, y se la tapó con la mano.

Antes de que se repusieran de la sorpresa, levanté un poco el tono de mi voz y exclamé -Y las clases se impartirán fuera del horario de trabajo, y la asistencia será obligatoria y habrá exámenes y el que no los apruebe deberá repetir el curso. Y el curso tendrá cargo, que saldrá de sus salarios. -Ahora sí, sin reparar en nada, todos abrieron las bocas para protestar, supongo, pero terminé con el conato de rebeldía mediante otro balazo en el techo. -Este va por mi cuenta-dije, me sacudí un poco el yeso de los hombros, y volví a mi despacho con la intención de disfrutar en paz lo que quedaba de mi humilde plato de vegetales.

Los voy a sacar buenos. Cuando termine con ellos van a pasar desapercibidos en cualquier reunión de Embajada. O van a llamar la atención en cualquier hospital. 

Inciviles.

Buenas noches


Precisión


"La ocasión es como el fierro, se ha de machacar caliente"
El gaucho Martín Fierro 
Miguel Hernández

El tipo luce un soberbio traje recto negro hecho a medida. Engalana su bolsillo superior izquierdo un fino pañuelo de seda bordado a mano, y su cabeza un magnífico fedora claro que contrasta la oscuridad del traje.


La verdad, Rosalinda, es que hubiese querido decirlo antes, pero nunca encontré la oportunidad. O sí y no supe reconocerla.¿Quién puede decir que nunca se le pasó por alto el momento preciso, ¿no le parece?
Como sea, por momentos creo que quizás lo mejor sería esperar el momento apropiado... pero al mismo tiempo me pregunto si llegará alguna vez, ¿no? Por eso hablo ahora, porque si sigo esperando ese momento quizás no llegue más y esto es importante... O al menos para nosotros es importante. Bueno, mi parecer es que es importante...quizás después de oírlo usted no lo crea tan importante. O sí. No sé. Que sé yo....Yo creo que hay una alta probabilidad de que a usted le parezca importante también... Bueno, "alta"....para mí es alta, en otras circunstancias esta misma probabilidad sería "considerable"...eso...digamos que hay una probabilidad considerable de que a a usted le parezca importante. Aunque no puedo ser taxativo en eso porque, claro, no estoy en su cabeza. Quiero decir de manera figurada, se entiende, ¿no? lo que digo es que no tengo manera de saber que es lo que piensa porque lo que cada uno piensa lo sabe solamente uno mismo y a veces ni siquiera. ¿Cuantas veces uno mismo no se da cuenta que está ocupado en algo y a la vez pensando en lo que no quiere pensar? Mire que interesante, quizás nadie sepa que es lo que pensamos, ¡ni siquiera nosotros mismos! Es decir, a mí me resulta interesante. ¿Curioso, mejor? Si, ahora que lo digo creo que "curioso" es más apropiado....más cercano de lo que yo quiero significar. Porque para mí es crucial que lo que digo refleje lo que yo quiero expresar, con todos sus matices. Y en este punto me veo obligado...compelid...no, tampoco...forzado, eso! forzado a desviarme un poco para aclarar algo que a mi parecer no se le da la trascendencia que tiene: los sinónimos no existen. A ver si me explico mejor, porque así dicho suena raro. O Extraño. Chocante. Eso, suena chocante. Yo sostengo que no hay dos palabras que signifiquen exactamente lo mismo. Por parecidas que sean, si se usan las dos es porque tienen un matiz, una connotación diferente. Por ejemplo "prisión" y  "cárcel" si bien en muchos casos son usados indistintamente para nombrar el mismo lugar, son palabras que tienen distintas connotaciones. Cárcel es propiamente el lugar donde se recluyen los que son castigados por una falta a las leyes. El significado de prisión en cambio es la acción poner a uno preso. Uno puede poner en prisión a uno sin ponerlo en la cárcel, ¿se entiende? con tenerlo atrapado alcanza. Por eso aquella vieja pregunta  "¿por qué si cárcel y prisión significan lo mismo, prisionero y carcelero son dos cosas distintas", que algunos consideran ocurrente, yo sostengo que es una falacia. O mejor dicho una pregunta falaz. En consecuencia, decía que quiero elegir con cuidado las palabras porque a mi me importa decir exactamente lo que quiero decir y no que se interprete otra cosa.

Entonces, retomando....lo que yo quiero decir hoy es que me enteré que están dando una romántica y me parece que es una gran ocasión para invitarla al biógrafo(*).

Le ruego una respuesta certera.

Es que usted siempre da muchas vueltas, Rosalinda.




(*) "Ir al biógrafo" es una forma muy antigua de decir "Ir al cine"

1270 horas



Acápite: Una carta desde las profundidades.




Santificada, Cesárea, Católica Majestad, el Señor Bugman, nuestro Amado Líder:

Desde este oscuro y húmedo sótano en lo profundo de sus extensos dominios, donde Vuestra Calvísima Majestad nos abandonara en inmerecido reposo por el pobre servicio prestado, a los siete días del tercer mes, en el año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo, de dos mil y once, os saludo.

Muy Invencible y Graciosa Majestad: Con el infinito respeto que vuestra real persona nos merece, nos, vuestros devotos vasallos cumplimos con el deber de comunicar que nuestra demanda de vacaciones ha sido satisfecha con creces. No queremos más vacaciones.

Confío en que Vuestra Cesárea Majestad, quien por mandato de la Divina Providencia debe ser obedecida por todos, encontrará útil saber que estos siete humildes siervos han agotado sus provisiones hace ya varios días.

Ahora que el pozo se ha secado y la roca de sal ha dado todo de sí, en la completa oscuridad de este sótano, las disputas entre nos son mucho más frecuentes que antes. Ni siquiera cuando al término de la primera semana el Señor Briks gritó ¡VIERNES! y procedió como procedió, vivimos instancias tan dramáticas. Y aquella, Su Calvísima Majestad, fue una jornada aciaga. Fue necesario el esfuerzo combinado de vuestros seis restantes y muy leales siervos para someterlo.

Muy lejos de mi intención está confundir el Real Intelecto de Vuestra Majestad. Nos, leales y dóciles siervos consagrados a la obediencia, hemos disfrutado y aún disfrutamos las vacaciones otorgadas por vuestra tolerante indulgencia, aunque ya ha sido más que suficiente. Es nuestro deseo continuar viviendo de acuerdo a las enseñanzas impartidas con infinita paciencia por Vuestra Majestad, pero queremos hacerlo en la superficie y con luz natural. Más bien, con luz de alguna naturaleza.

Si por ventura Vuestra Misericordiosa Majestad decidiera extender nuestro período de sano reposo, muy conveniente sería que repusiera la roca de sal y habilitara la llave de paso del agua (la que dice ‘canilla sótano’), tanto como para que algunos de nosotros logren conservar la sana costumbre de respirar. Un mes atrás, algunos de sus leales siervos aún albergaban la esperanza de que Vuestra Graciosa Majestad nos hiciera llegar una serie de artículos considerados de primera necesidad (una caja de fósforos, leña, un libro de Schopenhauer, tres enanas, un pony, aceite vegetal, etc), pero hoy en día la opinión general es que con la roca y el agua potable será suficiente. Eso, por supuesto, si Su Calvísima Majestad no llegara a la conclusión de que es hora de abrir el cerrojo, o al menos de pasarnos la llave por debajo de la puerta.

A la espera de que Vuestra Infalible Majestad decida sobre nuestro caso continuamos con las rutinas establecidas. Tomamos turnos para lamer los restos de la roca, escarbamos en el barro en busca de agua potable y cada nuevo viernes maniatamos –no sin dificultad- al Señor Briks. Hasta que se agotó la batería de la PS portátil del Señor Mariano organizábamos interminables torneos de Winning Eleven, pero ahora simplemente nos sentamos en ronda y el Señor Benegas nos explica la diferencia entre el Ser y el Ente. Aunque no es lo mismo. Quiero decir, el asunto continúa siendo igualmente interminable, pero no es tan divertido como antes. Alguno, incluso, ya propuso una moción para maniatarlo cada viernes, espalda con espalda con el Señor Briks. Tenemos que votarla el próximo jueves.

Rezo por que esta rata que hemos adiestrado con tanto esfuerzo y paciencia logre llevar esta nota, o al menos un fragmento de ella, en presencia de su real persona, y que su decisión final resulte favorable a nuestros intereses.

Que Nuestro Señor Jesucristo guarde y preserve la reluciente calva y muy real persona y muy católico estado de Vuestra Majestad por los siglos de los siglos.

De Santificada, Cesárea, Católica Majestad, por siempre fiel vasallo,

Yoni Bigud
Morador del sótano
Peticionante sorteado
Subcampeón de Winning Eleven