Camino a Jolibud


Escribe Quintín Tarantoni, joven guionista y estudiante de cine que busca su oportunidad para revolucionar el séptimo arte.



Bueno, la cosa es así: Soy un amante del cine. La verdad que es algo que me apasiona con pasión, y sueño con poder, algún día, formar parte de esa gran industria, de ese mundo mágico y espectacular. Pero ojo, porque no quiero formar parte para ser simplemente uno mas del montón eh. Nonononono; yo quiero llegar y dar vuelta todo ¿Entendes? Quiero hacer un cine que le vuele la cabeza a los espectadores (figurativamente hablando, claro. No vayan a pensar que soy un loquito homicida jajajaje) y ofrecerle al mundo de la cinematografía una nueva perspectiva. Una visión original. Fresca. Personal ¿Viste? Eso es lo que quiero. Y a eso le estoy dedicando a full mi tiempo. Casi mi vida diría.
Por eso llevo ya varios años estudiando (serán mas o menos como diez u once ya. Es que algunos me costaron un poco, y otros directamente repetí) pero, además, y esto es lo mas importante, tengo un montón de guiones escritos y todavía muchos mas en elaboración, porque, te juro, mi cabeza no descansa nunca. De verdad. Yo te veo una situación así re normal ponele, y al toque ya la estoy convirtiendo en una película. En serio. Es como un don que tengo. No sé. Es algo como natural en mi. Debe ser que sin dudas nací para dedicarme al cine.
Pero bueno, lamentablemente, la industria cinematográfica es un mundo al que no es fácil acceder, y las puertas no se abren así nomás (de hecho hasta el momento todas se me han cerrado en la cara), y menos para alguien innovador.
Pero igual yo no me doy por vencido eh, nada que ver. Yo tengo bien claro adonde quiero llegar y donde quiero estar.
Yo quiero jugar en primera. Quiero llegar ahí donde pasa todo. Quiero llegar a Joilibud, ahí donde todo es grandes productoras y contratos millonarios. Ahí es donde quiero estar. Ese es mi objetivo.
Y ojo que no estoy diciendo que desprecio la producción nacional eh, nada que ver, pero yo acá ya hice mi experiencia ¿Viste? Tengo filmados como ocho cumpleaños de quince y tres casamientos (En los que me encargué personalmente de la dirección, el manejo de cámaras... bueno, la cámara, porque era una sola, y la postproducción), y además produje y filmé dos cortos independientes que participaron en importantes festivales nacionales (Lástima que me los descalificaron porque eran muy largos), y viste como es, que llega un momento que sentís que ya estás para otra cosa.
Pero es difícil ¿viste? Es difícil. Cuando sos así un innovador hay que remarla mucho. Yo hace años que voy recorriendo productoras ofreciendo mis guiones, para ver si alguno pega y se me da de dar el salto, pero hasta ahora no tuve mucha suerte. Por eso, creo que es hora de ampliar mi espectro de acción.
Sabiendo que con esto de internet se llega a todo el mundo y que las grandes compañías siempre tienen “cazadores de talentos” buscando material en la red (esto lo sabemos la gente del medio nomás), voy a empezar a dejar algunas de mis ideas plasmadas acá para ver si mejoro mis chances.
Sé que es un riesgo, porque hay mucho plagio dando vueltas y hay vivos que por ahí te roban el material y después lo ofrecen como propio (especialmente si es algo así muy original), pero bueno, supongo que tendré que jugármelá.

Bueno, esta es una historia que tengo escrita hace un tiempo ya, y está especialmente enfocada para el mercado internacional. Todavía no tiene título definido y por ahí no está bien bien pulida la trama, pero la cosa sería mas o menos así:

Resulta que hay un tipo ¿no? Un tipo que es un ex soldado de una guerra que ya pasó hace bastante, no se, una medio famosa tipo, que se yo, Afganistán ponele. Entonces como ya la guerra terminó, o mas o menos, al tipo lo mandan de nuevo para Estados Unidos (porque pasa en Estados Unidos. Ahí está el elemento de seducción para la industria americana).
Peeero la cuestión es que el flaco este no tiene casa, ni familia, ni nada, y lo único que hizo toda la vida fue ser soldado, así que en el mundo civil, digamos, anda medio perdido, vagando así sin rumbo fijo y desocupado porque mucho mas que eso de matar gente y hacer esplotar cosas no sabe hacer. Pero igual no es malo el tipo eh. Ojo, nada que ver. Está un poquito tocado por esto de que vivió una guerra nomás, pero todo bien (Ahí está el elemento dramático del argumento).
Bueno, entonces estaba un día así caminando este tipo, que se llama, uh, no se, pongámoslé… ufff… que se yo… así al vuelo se me ocurre que se podría llamar Sambo, John Sambo, ponele, y llega, decía, hasta un pueblito de esos chicos y aburridos, medio rurales, en los que los que viven ahí se conocen todos entre ellos y se saludan por el nombre y eso. El pueblito se llama, que se yo, Tranquitown y es re apacible y nunca pasa un pomo.
El tipo entonces está entrando al pueblo medio cagado de frío (porque pasa en invierno y hace frío. Eso le da mas carácter a las situaciones) pensando en tomarse un cafecito y comerse un pancho o algo, cuando de repente lo cruza el alguacil del pueblo en el patrullero.

-¿Adonde va muchacho?- le pregunta el cana medio de mala manera y mirándolo con mala cara.

-No se- responde Sambo encogiéndose de hombros –Estaba viendo si acá se podía picar algo porque ando con una lija que no veo.

-Nonononono – le dice el alguacil – Acá no alimentamos vagos, así que vení, subite a la patrulla que te llevo hasta los límites del pueblo y te dejo ahí para que sigas tu ruta.

Y ahí nomás lo carga en la patrulla y se lo lleva. Y mientras viajan le va diciendo que a la gente del pueblo no le gustan los extraños, y que a el tampoco, y que tiene olor a chivo, y que les gusta vivir así sin que pase nada y un montón de cosas mas, todas medio de mala onda.
Entonces llegan hasta un puente que es como el límite del pueblito, y ahí lo baja del auto, le dice que se las tome, pega la vuelta y se va.
Sambo se queda ahí parado unos segundos, mira para un lado, mira para el otro, pone cara de caprichoso, se da media vuelta y enfila de nuevo para el pueblo.
El alguacil, lo ve por el espejito retrovisor del auto y se agarra una calentura padre. Clava los frenos, pega la vuelta otra vez y lo encara de nuevo.

-¿Vos sos sordo o boludo pibe? ¿Qué te acabo de decir? ¡¡Tomatelás querido!!- le grita el representante de la ley medio sacado.

-Pero yo quiero ir para allá- dice Sambo casi sin inmutarse y señalando en dirección al pueblo.

-Ah ¿Sos pillo? Bueno, vení que te llevo al pueblo- gruñe el sheriff, y ahí nomás lo agarra del cogote, lo tira sobre el capot del auto y lo esposa.

-Estás arrestado por vagancia y por piola- le dice mientras lo carga en la patrulla.

Y ahí se lo lleva a la comisaría y lo encierra.
Una vez en la jefatura, hay como cuatro o cinco oficiales medio cuatro de copas que enseguida lo empiezan a bardear, a decirle cosas, a maltratarlo y pegarle patadas mientras se ríen.
Sambo se la banca un rato porque es re macho, pero la situación desencadena en su psiquis (ahí está el elemento psicológico de la trama) algunos flashbacks con recuerdos de la guerra que lo empiezan a poner medio nervioso.

-¡Basta!- dice Sambo ya empezando a enojarse y como conteniéndose -¡No me molesten mas. Me estoy enojando. Y no soy yo cuando me disgusto!.

-¡Uuhhhhh que mieeeeeeeedo!- le dicen los oficiales mientras le siguen dando golpes, mojándole la oreja y haciéndole burla -¡Aaaayy se está enojando el linyerita uuuhuhuh como tiemblo!

Entonces, ahí en medio de la situación, en medio de los maltratos, uno de los policías se va de mambo y le mete la cachiporra en el culo.

Y ahí se pudre todo.

A Sambo se le ponen los ojos verdes y empieza a gruñir y a dar golpes en el piso, al tiempo que empieza a aumentar de tamaño mientras la piel se le va poniendo de un color medio verdoso y las ropas se le desgarran hasta quedar hechas jirones (menos los pantalones que parece que se estiran), hasta que al final queda convertido en un furioso gigante verde hiper musculoso como de tres metros de altura (esto es porque en la guerra de Afganistán habían estado haciendo experimentos con radiación y genética para crear súper soldados y después de sufrir un accidente quedó así. Este es el elemento sorpresa del argumento).
Bueno, entonces, resulta que el gigante este empieza a repartir piñas por todos lados, revoleando a los policías como si fueran de trapo, y termina destruyendo toda la comisaría y escapándose hacia el bosque.
A partir de ahí el alguacil, que apenas sobrevive al ataque porque justo cayó debajo de un escritorio y quedó medio escondido, emprenderá una persecución encarnizada de la criatura, y para ello solicitará la ayuda de la guardia nacional, el ejército y la fuerza aérea.

Y bueno, ahí se arma el tole tole a full. Está la parte de la persecución en el bosque, la supremacía de Sambo en ese ambiente hostil, le obsesión del sheriff, la aparición de un Coronel que pretende proteger a Sambo, los flashbacks que explican lo del accidente radiactivo, y hay muchas explosiones y tiros y mucho efecto especial y por supuesto acción a roletes que llevará a un desenlace entre dramático e inesperado.

Y no cuento mas para no quemar todas las sorpresas y las vueltas de rosca que tiene el argumento, pero creo que la historia tiene todos los ingredientes para ser un verdadero tanque.

¿Qué tul? Yo creo que puede andar eh.

Para mi es un bombazo.

Así que bueno, ahora solo espero el llamado de algún productor que quiera asumir el riesgo y llevar esta historia a la pantalla grande (y llevarme a mi a Jolibud).

Cualquier cosita me dejan un mensaje y charlamos de los detalles.


Esto, como decimos en el medio “To be continued”…

Puntos de vista




Acápite: Una salida. Dos personas. Dos miradas. Una reflexión final.



Cuadro de situación en primera persona:

Tengo ochenta y dos años, pero parezco de setenta. No se puede negar que estoy hecho un pibe. Pilcha de primera, auto deportivo, piel tostada y curtida por el sol de la costanera sur, pelo discretamente teñido y mina al tono. Estoy a punto caramelo; en lo mejor de la vida.

Cada vez que irrumpo en algún sitio, la concurrencia me observa con una mezcla de envidia y admiración. Resulta obvio a los ojos de cualquiera que aún conservo intacto mi atractivo juvenil. Por ejemplo, en este restaurante los mozos se sacan chispas por gozar del privilegio de atender mi mesa, aunque, para ser franco, sospecho que solo desean admirar de cerca la belleza de la hembra que me acompaña. Y está bien que así lo hagan. Esta pobre gente no comprende la estirpe del auténtico ganador, y entonces, rozada por el resplandor se alborota, se emociona e incluso puede llegar a frustrarse. Algunos hallan consuelo para su espíritu envenenado pensando que ella viene corriendo detrás de la billetera. Allá ellos. A mí me resulta indiferente, porque a esta altura de la vida la seguridad y el aplomo no tienen lugar en la lista de mis carencias.

Noto que algunos jóvenes me observan en silencio, como paralizados por mi aura. Desean preguntarme –lo sé- cuál es el secreto de mi rotundo triunfo sobre el tiempo.

Muchachos, confórmense con admirar lo que yo les permito ver. El secreto es mucho sexo, una copita de vino por día, ejercicio por la mañana y algunas horas bien gastadas en el cuidado de la imagen. Pero ustedes, con toda la vida por delante y esa conciencia de eterna juventud no están maduros para asimilar el concepto, y mucho menos la enseñanza.

“¡Mozo, la cuenta!”

Conozco la miradita de mi mujer. Ella no tiene secretos para mí. Está impaciente, deseando llegar a casa para la batalla, y no la pienso hacer esperar. Una pastillita, y el gran acto final de la noche.


Cuadro de situación en tercera persona:

Viejo ridículo. Tiene ochenta y dos años y quiere parecer de cuarenta. Ni Travolta en pleno año setenta y siete se habría animado a ponerse ese traje. El auto se cae a pedazos, se pasó de revoluciones en la cama solar y encima la tintura barata que se tiró encima de los tres pelos mal distribuidos que tiene le quedó como la mona. Ahora que lo miro bien, creo que preferiría que empiece a usar de nuevo el bisoñé (Oh dios mío, ¿qué estoy diciendo?).

No sé qué estamos haciendo en este lugar. No tenemos nada que ver. Por lo menos yo llevo mis años con algo de dignidad.

En fin… igual está a punto caramelo. En cualquier momento lo agarra un viento fresco y me lo deja listo de papeles.

¡Qué vergüenza! Lo están mirando todos. Los mozos se pelean por atender a las pibas del fondo y se hacen los tontos cada vez que este desubicado chifla. Sé que me observan, no soy tan ilusa; pero al menos tengo un marido que va a pagar la cuenta. Podría ser mucho peor. O no. No sé.

Los jóvenes lo estudian con expresión de burla. Es obvio que el asuntito del pelo no pasó desapercibido (¿cómo podría?). Y eso que no lo conocen del todo. No saben que a la primera copita de vino empieza a decir incoherencias y le dan gases. Que cada mañana sale a caminar por el parque y al rato hay que ir a rescatarlo con los paramédicos. Y que esta facha la trae a propósito; no salió apurado de casa.

Sonamos, pidió la cuenta. Conozco perfectamente esa mirada libidinosa. Ahora seguro que se levanta, va al baño y se toma la pastillita que tiene escondida en el bolsillo trasero del pantalón.

Primero le voy a pedir al mozo otro café, y después lo voy a llevar al cine. Si encuentro algún bodrio romántico, a lo mejor tengo suerte, se duerme y lo puedo dejar ahí hasta mañana.


Punto final.

Lo curioso, lo interesante, lo verdaderamente novedoso es que a pesar de las miserias, a pesar de las distintas miradas, las propias y las ajenas, las detenidas y las desatentas, las piadosas y las crueles, toda pareja tiene su punto de equilibrio.

Y algunas incluso duran.



Tengan ustedes muy buenas noches.

Entre líneas


Respuesta del Director a la carta de Rigoberto. (Si no sabe de que se trata, por favor lea este artículo previamente)





Estimado Rigoberto:

Recibí ayer su carta, Rigoberto, y debo decirle que en una primera lectura,
me apenan mucho las tribulaciones que están atravesando
su mujer, usted y su querido hijo Romualdo. Son, ante todo,
personas que merecen el mayor de los respetos, y no ser tratados como
bestias a las que hay que llevar al matadero.
Puedo asegurarle que , profundizando en el asunto, yo no estoy de acuerdo ni
La Dirección comparte el criterio del profesor. No deberíamos permitirle
que tome una decisión tan importante sin una reunión previa. Sabemos, usted y yo,
que las -llamémoslas piadosamente así- desprolijidades que se han perpetrado
ya se han consumado pero no por ello dejaremos que
queden impunes. Pero lo cierto es que me hallo imposibilitado
de concertar la reunión que usted pide antes del próximo ciclo lectivo. No tengo la libertad
de hacer lo que en verdad quisiera porque lo castiga la ley.

Le ruego que aproveche esto para enseñar a Romualdo la virtud de la paciencia y que
aprenda a leer entre líneas, que este mundo está lleno de engaños e injusticias

Atentamente
El Director

Herrare su mano









Sr. Director: 
Con onda, y sin cera preocupación, recibí la noticia del reciente aplazo de mijo Romualdo en la última prueba de matemáticas, por lo cual no puede pasar a cesto grado. 
Mi mujer y yo estamos desbastados. La noticia nos arroyo, nos calló como una baldosa de agua fría.
Soy muy estricto con Romualdo, bale aclarar, y siempre le enseñe a respetar a sus maestros, haber la biga en el ojo propio...pero no puedo permanecer cayado han te la injusticia de la que mijo es víctima.
Es necesario que usted cepa que desde ase meces el criterio del profesor está segado. Como dicen los chicos, tiene "mala honda" con Romualdo. Lo prosigue, valla huno a saber porque...
Es algo penoso y grabe.
Ablando mal y pronto, ralla lo absurdo que el profesor califique tan severamente diciendo que baza la nota en que Romualdo acomete muchas faltas de ortografía. Se me revuelven las viseras.
Que lo remarque, valla y pace, yo entiendo que puede ser un educador de extirpe, de los que exigen lo máximo halla donde vallan.  ¿Pero cegar una carrera por esto? A mí no me sierra.
Romualdo es un muchacho respetuoso,  aplicado. Si pregunta, verá que no ay quien pueda quejarse de él. ¡Ni cuando lo aplazaron contexto de mala manera…!!
Por eso no entiendo la actitud el profesor. ¿No debería a vernos convocado a una sección de trabajo durante el año para no llegar a esto? ¿Por qué no lo a echo?
Finalizando, ¿importa la ortografía en estos días que con cualquier procesador de testo cualquier persona escribe como el mejor de los esperpentos? Si me pidieran concejo, yo botaría que no.

Si otro particular, espero halla una solución para que los estudios de Romualdo vuelvan a su cause

Atentamente
Rigoberto Sánchez

Uno como cualquiera

Roque Rezzonguetti, un tipo que vive haciéndose mala sangre por todo, pero medio de gusto.

(Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. Lo digo por alguno de ustedes, no por mi, que soy un amor de tipo y pura serenidad).


7:00 hs. Suena la alarma del despertador. Roque se despierta, abre lentamente un ojo y levanta un poco la cabeza. Tiene todos los pelos parados y un poco de baba en una de las comisuras de los labios. Mira la hora. Se levanta de un salto y se empieza a vestir a los tumbos.

(Con elevado tono de voz) ¡¡Nooooooooooo, mirá la hora que essssss, la re&@ madre que me parió!!! ¡¡Es tarrrrde la recon*a de la lora!! ¡¡¡Me re dormí, no puede serrr!!! ¡Ahora no voy a tener tiempo de desayunar, la p*ta que lo parió! Uhhh y encima no preparé la ropa. Y no se ni como está el tiempo afuera, la p#&a madre. ¡Y ahora encima seguro voy a llegar tarde al laburo! Uurrrghhh ¡Que día de mierda! ¡Ya de temprano empezamos para el o%#o! ¡¡Arrgghhhhh!! ¡Como me dormí pero que pedazo de pelot…

Ah, no… Cierto que anoche había adelantado el reloj media hora… (Sopla)… Bue…

8:05 hs.. Roque se encuentra aguardando el colectivo en la parada habitual. En ese momento llega una anciana. Roque la mira con los ojos medio entrecerrados y se pone de mal humor.

(Piensa) ¡Uhhh vieja del or#o! ¿Justo ahora viene a tomar el colectivo? ¿Qué ca&%jo tiene que hacer tan temprano? ¡Será de Dios y la rep*&ta que lo parió che! ¡Que mala suerte! Ahora seguro que me rompe las pelotas para que la ayude a subir. Y después seguro me toma de punto y me pide que le saque el boleto. Y seguro que contó mal las monedas y no le alcanza. Y encima seguro que tiene todas moneditas de 10 centavos, vieja hinchapelotas ¡Que ganas de romper los huevos! Y encima no hay nadie mas. No, seguro que me agarra de punto a mi. Seguro. Uuuhhh la p*#a que lo rep…

Ah, se subió a otro colectivo… Bue … Uffff... Menos mal...

8:12 hs. Viene el colectivo. Roque le hace la seña para que se detenga. El colectivo lo ignora y pasa de largo.

(Haciendo ademanes exagerados) ¡¡¡¡Nooooooooooo!!! ¡¡¡No me paró!!! Si le hice la seña ¡¡¿¿Por qué no me paró??!! ¡¡¡Pero la rep#$&ísima madre que te recontra mil parió colectivero de mie*da y la c&%@ha de tu hermana!!! ¡¡¡UUhhhh loco pero que línea de m*#rrrrda, si no iba tan tan lleno!!! ¡Que hijo de p*ta!.
¡Uuuhhh mirá la hora que es! ¡Voy a llegar tarde! Grrrffffffff ¡Con lo que me revienta llegar tarde la rep~%a madre que me parió!! ¡Aaaarrgghhhh ahora voy a tener que andar dándole explicaciones al fo#$o hijo de mil p%&as de mi jefe! Con lo que lo detesto. Y seguro que va a disfrutar que llegué tarde y pedirme explicaciones. Y seguro que encima se va a hacer el estricto y se va a regodear diciéndome que me va a tener que descontar el premio. ¡Uhhh la p##a que lo parió! ¡Que porquería loco! Será posible. Que mala leche. Todo mal. Que colectivo del o*to y la rep…

Uh... Ahí viene otro... Bue… Capaz que llego bien después de todo…

8:14 hs. Roque hace la seña. El colectivo comienza a disminuir su marcha con intenciones de detenerse.

(Pinesa) Ufa, este va a parar, pero seguro que viene lleno hasta el c*lo y la p#$a que lo parió… Siempre lleno, siempre lleno… Va a ser otro viaje de mi#rrrrda seguro… Uffffffffffffff que vida de porquería… Estoy harrrrrto… Todos los días lo mismo, todos los días lo mismo ¿Por que tengo que viajar como un animal? ¡La p$%a que lo parió!… Que fastidio loco… Que ganas de mandar todo a la mierd…

Ah, mira vos, no está muy lleno… Bue... Por fin algo a favor… (Resopla y sube al colectivo).

9:02 hs. Roque tiene la fortuna de conseguir un asiento.

(Piensa) ¡Uuuhhh la p$#a que lo parió! ¡¿Para que cuernos me senté?! Estoy demasiado adelante. Seguro que ahora sube una vieja o una embarazada y le tengo que dar el asiento, la rec*#cha de la lora. Seguro. ¿Para que m&%rda viajan a esta hora? No ven que es hora pico y que la gente va a trabajar ¡Que ganas de romper las bolas que tienen loco! Ufffaaaa, me tendría que haber sentado mas atrás. Del medio para atrás. Uhhh que garrón. Ahora no puedo viajar tranquilo ¡Que porquería!
Uh ahí para... Seguro que sube una vieja. Me juego cualquier cosa. Y una bien ch%ta de esas que enseguida te piden el asiento. Seguro. Ya me la veo venir. Arrgghhh ¿¡Para que mierrrda me senté la reconc…

Ah, no subió ninguna vieja… Bue… Zafamos…

Pero seguro que en la próxima sube alguna… Si seguro… Si yo tengo una suerte… Argghh… ¡Que m%$#da es viajar en colectivo!… (Resopla meneando la cabeza).

9:25 hs. Roque sigue sentado y ensimismado en sus pensamientos. El colectivo se detiene en una parada y asciende una anciana muy entrada en años que usa bastón. Roque la mira y se le transforma la cara.

(Piensa) ¡¡Noooooooooooo!! ¿No te dije? ¡¿No te dije!? Y si, era obvio ¡Que mala leche! ¡La re$*ta que lo parió vieja del orrr#o! ¿¿Justo ahora se tenia que subir?? Ahora le voy a tener que dar el asiento, la p#ta que la parió. ¡Argghhhh que ganas de joder loco! ¿Por qué no se queda en la casa en lugar de salir a romper las bolas? Uhhh seguro que encara derechito para acá. Seguro. Ya me fichó, vieja zorra. Y yo encima vengo pelotudeando y ahora no me puedo hacer el dormido porque se va a notar que es a propósito, la co#cha de la lora ¡Que pel%&#do!. La p%$a que lo parió. Todo mal loco. Todo en contra. Y encima nadie se para para darle el asiento ¡Que hijos de p%&a! P*ta madre, no hay caso. Le voy atener que dar el asiento yo. Que mierd…

Ah, ya llegué… Igual me tengo que bajar… Bue…

9:29 hs. Roque desciende del colectivo y camina apresuradamente hasta su trabajo.

(Piensa) ¡¡Uhhh mirá la hora que essss!! ¡Voy a llegar tarde! ¡¡Voy a llegar tarrrde la rrrrrep#&ta que lo parió!! Colectivo de mi*@da que viene como se le canta el c*lo. ¡Uffff que mi&%rrrda loco! ¡Como me revienta llegar tarde! Yo sabía. Ahora si voy a tener que ir a darle explicaciones al s#$&te del jefe. ¡Uuhhh, que porquería! Fo&&o hijo de p%ta. Claro, porque él viene en auto. Y no tiene ni idea de lo que es tener que usar el transporte público, pedazo de garca... ¡Ma si, yo no le explico un car#jo! ¡Que se vaya a c*g*r! ¡Que se meta el premio por puntualidad en el o#$o! Yo hago lo que puedo, que tanto ¡Y demasiado esfuerzo hago ca&%jo mi*%da! Que me importa. Por mi se pueden ir todos a la mi*&da…
¡Arrghhhh como odio tener que venir a trabajar! ¡No vale la pena el esfuerzo por este lugar mugriento… Y encima llegar tard…

Uh, mirá vos. Llegué justito al final… Ufffffffff… Menos mal...

11:05 hs. Roque está en su escritorio leyendo noticias por Internet.

(Piensa) Ufa loco, no tengo un pomo que hacer. Que al p*do que vengo a este lugar de mi&$rrda. Que ganas de perder el tiempo. Urrggghhh que trabajo horrible. Como detesto estar acá. Si no fuera porque en este mundo de porquería hay que tener plata para sobrevivir mas o menos dignamente me iría a la m#%rda ya mismo. ¡Que embole! Que ganas de irme. No doy mas. Me aburroooo… (Resopla).

11:06 hs. Un compañero le acerca una pila de papeles de trabajo a Roque.

(Piensa) ¡¡Uuuhhhh nooooooo pero que hijo de puuu%a, mirá todo el laburo que me trae este fo##o!! ¡Que garrón, la p#&a que lo reparió! ¿Que soy la mucama yo? Seguro que todo esto es lo que no quiere hacer él, pedazo de inútil. ¡¡Arrghhhh que mi$%da!! ¡¡Que laburo de porquería!! ¡Grrrrrr todo a mi, todo a mi! ¡Como me iría al car%&o!... Esto es un garrón. Arrggghhrrrrrrr ¿Por que no se lo dan a otro? ¿¡Todo yo tengo que hacer!?… Que hijo de p&%a, no se si voy s llegar a hacer todo, mmmññggrrrrmmbsbsbssrrr … (Resopla y se pone a trabajar murmurando cosas entre dientes)
¡No puede ser! ¡¡Que hijo de p*%a todo lo que me traj…

Ah, pará… a ver… Esta pila de acá no es para mi… ¡Uh lo mío es re poquito!… Esto en quince minutos lo saco… Ufffff, bue… menos mal...

18:40 hs. Roque ha finalizado su jornada laboral. Se dispone a emprender el regreso y aguarda el colectivo en una parada bastante concurrida.

(Piensa) ¡Uuuuuuuuuuuuuuuuhhhh que garrón! ¡Mirá la gente que hay, la p*&a que lo reparióoooo! Seguro que no están parando los colectivos ¡Que m#$rrda! Siempre pasa algo loco ¡Que garc*a! ¡Ahora seguro que me tengo que quedar clavado acá hasta las nueve de la noche, la rec#%$ha de la lora! ¡Que país de mie*&a! ¡Siempre lo mismo! Seguro hay un corte en algún lado ¡Arrgggggghhhh, con las ganas que tengo de salir de acá che, y la rep*&a que lo p…

Uy ahí viene un colectivo…

¡¡¡Uuuuhhhhuuuhhhuhuuuhhhh no es el mío!!! ¡¡Que raro!! Ya me parecía demasiado bueno… Uuuuuhhfffff… Bueno, por lo menos se lleva bastante gente…
Claro, yo tengo que seguir esperando. Seguro que el mío no va a parar porque viene lleno hasta las pelotas, colectivo del orrr&o.
Ufa, ¡Que embole estar acá! Como odio tener que esperar. Y encima por un servicio de cuarta… Ufff… Que mi%$da loco… Andá a saber a que hora pasa este colectivo hijo de mil put…

Uh, ahí viene… Bue… Menos mal….

00:30 hs. Agotado, luego de un día arduo y difícil, Roque se acuesta y se dispone a dormir.

(Piensa) Uuuuuhhhffff que día de mierda loco. Una verdadera ga*cha el día. Estoy reventado. Que porquería tener que trabajar para vivir. ¿Por que no soy millonario? Que ganas de mandar todo a la co#&a de la lora. Ojalá me pudiera ir a vivir a una isla. Solo.
¡Y lo peor de todo es que encima mañana empieza todo otra vez! Uuuuhhhhhh ¡Que mi&%rrrda! Otra vez a viajar, otra vez a pasar hora tras hora en ese laburo del o**to. ¡Arrgghhhhhhh que porquería!… Es para matarse. Ya de solo pensar que mañana tengo que volver se me revuelve el estómago. ¡Como odio tener que ir a trabajar! Siempre lo mismo, siempre lo mis…

Ah, no pará... Cierto que mañana es sábado... Bue… Que suerte… (Suspira).

Bueno, igual seguro que llueve…

La mmmp*ta que lo mmmparió tiempo de mierzzzzzzzzzzZZZZzzzzZZZzzzzz…

Circula un billete



Acápite: Un billete de cien pesos. Distintos portadores. Hechos nuevos y distintos. Portador final.



Circula un billete. Es un billete de cien pesos. Está algo gastado, con evidentes signos de maltrato y para colmo roto en un vértice, aunque el número no se encuentra afectado.

Es, en consecuencia, un billete válido, y se puede comprar con él las mismas porquerías que se comprarían con otro billete de la misma denominación, aunque en perfecto estado de salud.

Sin embargo nuestro ejemplar posee una característica especial. Aun más que las que acabo de enumerar. Algo que lo distingue y lo convierte en un objeto controversial, pasible de rechazos más o menos justificados. En el espacio vacío que se encuentra justo delante del rostro adusto de Julio Argentino Roca puede verse una leyenda escrita en tinta negra y letra imprenta mayúscula:

“ESTE BILLETE TRAE MALA SUERTE”

Convengamos que más allá de las inclinaciones esotéricas que se puedan albergar en lo profundo del espíritu, eso no es precisamente lo que uno desea leer en un billete cuya tenencia ostenta en forma transitoria. Mucho mejor sería el teléfono de alguna señorita de vida licenciosa, o una frase cómica del tenor de ‘P*to el que lee’.

Pero bueno… toca lo que toca. No hay nada que hacer.

Ahora a lo nuestro.

En este preciso instante el billete viaja seguro en el bolsillo de un automovilista. Al señor le pesa mucho el pie derecho, y en la primera de cambio (en rigor de verdad, en quinta) es obligado a detener la marcha por un sargento primero de la policía bonaerense. Venga registro y cédula verde, que no los tengo acá, que yo qué hice, que venía a ciento cuarenta kilómetros por hora, que cómo se podría arreglar, que déjeme unos pesos para el café y me olvido del asunto…

Y ahí se va el billete. Dobladito. De incógnito. Como quien no quiere la cosa.

Es ahora nuestro sargento primero quien circula con los bolsillos algo más pesados. Y se dirige muy contento a la pizzería del barrio. Su deseo no se agota en lo gastronómico (eso piensa procurárselo en forma gratuita); también pretende cobrar la semana de protección. Un viejo arreglo que contribuye con las finanzas de la comisaría. Simple rutina.

Sin embargo tiene lugar un hecho nuevo y distinto. Opera el cosmos, el destino o la casualidad, lo mismo da.

Una cámara oculta del canal 144. Sus mofletes redondos en primer plano, un cacho de muzzarella chorreando por la comisura de los labios y un susurro apenas audible, con subtítulos en amarillo para que todos los ciudadanos comprendan sus intenciones: ‘La platita, la platita’.

El horror. Por la noche es puesto cara a cara con el comisario, que está que se lo llevan los vientos. Que cómo se me dejó filmar, que usted es un inútil, que no me di cuenta, que lo voy a suspender, que ese cacho de muzzarella quedó de lo más ordinario, que me rinde inmediatamente la recaudación del día.

Y ahí se va el billete. Entre gallos y medianoches. Como quien no quiere la cosa.

Ahora es el comisario quien llega a su casa con algo para repartir.

Sin embargo tiene lugar un hecho nuevo y distinto. Opera el cosmos, el destino o la casualidad, lo mismo da.

Catorce presos de alta peligrosidad se fugan de la comisaría. Por la noche. Hicieron un túnel con una cuchara sopera. Un túnel con todo y vigas. Y rieles como los del ferrocarril. Y luces de bajo consumo. Una obra de ingeniería digna de ser enseñada en los más prestigiosos claustros universitarios.

El horror. Al otro día es puesto cara a cara con el ministro de seguridad, que está que se lo llevan los vientos. Qué cómo no se dio cuenta, que usted es un inútil, que ya recapturamos a uno, que me importa un rábano, que lo voy a pasar a disponibilidad, que va a terminar su carrera como guardia de cruce de escolares en la localidad de Roque Pérez.

Nuestro comisario queda hecho una piltrafa, y por la noche recurre a una señorita del bajo mundo para descargar las tensiones acumuladas.

Y ahí se va el billete. Entre otros tantos. Como quien no quiere la cosa.

Ahora es la señorita, muy bonita ella, quien consigue algo de aire para aliviar sus urgencias económicas.

Sin embargo tiene lugar un hecho nuevo y distinto. Opera el cosmos, el destino o la casualidad, lo mismo da.

Una terrible comezón en la zona baja. Unas ronchas de aspecto putrefacto. Pasarán meses antes de que pueda volver a ejercer su oficio.

El horror. Al otro día suena el timbre y se encuentra cara a cara con su protector, que está que se lo llevan los vientos. Que cómo te pudo pasar eso, que ahora no me vas a poder pagar el alquiler, que la que está en el horno soy yo, que si a vos te va mal a mí también, que dame la recaudación de ayer y andá al médico.

Y ahí se va el billete. Hecho un bollo pequeñito. Como quien no quiere la cosa.

Ahora es el proxeneta quien gana la calle con margen suficiente para maniobrar.

Sin embargo tiene lugar un hecho nuevo y distinto. Opera el cosmos, el destino o la casualidad, lo mismo da.

Dobla la esquina y se encuentra de frente con los hermanos Kristov, a cuyo jefe le debe una carrada de dinero. No reacciona a tiempo para escapar.

El horror. De inmediato es puesto cara a cara con el jefe de los hermanos, que está que se lo llevan los vientos. Que dónde está mi guita, que ya te esperé mucho tiempo, que tendrías que haber venido hace quince días, que te estabas escondiendo, que no, que sí, que dame una semana más, que ni loco. Que mostrame lo que tenés en los bolsillos.

Y ahí se va el billete. Manchado con minúsculas gotitas de sangre provenientes de la nariz del cafisho. Como quien no quiere la cosa.

Y así transcurre sus días. Al billete me refiero. Pasando de mano en mano, sembrando horribles desgracias entre sus incautos portadores.

Ahora soy yo quien ostenta el billete. Cayó en mi poder una tarde como cualquier otra.

Sin embargo tiene lugar un hecho nuevo y distinto. Distinto de los que vienen ocurriendo hasta el momento. Opera el cosmos, el destino o la casualidad, lo mismo da.

Mi miserable existencia no se ha modificado un ápice. Me ocurren las mismas calamidades que me ocurrían hasta el día de ayer. El negocio no se mueve, estoy a dieta, el caño del inodoro sigue tapado y no me funciona el aire acondicionado del auto. Hay poco sitio para una nueva catástrofe, y el cosmos, el destino o la casualidad parecen apiadarse.

De cualquier modo tomo mis precauciones e intento deshacerme del billete al pagar el almuerzo. Que este billete está roto, que el número está entero, que el dueño no lo quiere, que no me importa, que no tengo otro, que si no lo agarrás no te pago.

Finalmente coloco el billete sin haber sufrido daño alguno en el transcurso de las pocas horas que duró mi tenencia. Así soy yo, las leyes del Universo no se me aplican. A veces pienso que soy una de esas aristas espaciotemporales que subvierten las reglas que nos gobiernan. Y está bien. Con un poco de suerte habré logrado cambiar las propiedades de ese controvertido papelito, y los que me sigan en la fila gozarán de fama y riqueza.

Llegando a la puerta me topo con cuatro señores bastante maleducados, que prácticamente me expulsan del local entre gritos y empujones.

No vale la pena pelear. Son más que yo, y encima vengo sumido en mis pensamientos. Gente rara. Mire que usar pasamontañas en pleno verano…

Perdón, ahora tengo que retirarme. Como quien no quiere la cosa. El Amado Líder desea verme en su oficina con carácter urgente. Espero que se trate de ese aumento que le pedí la semana pasada. Estoy harto de la sopapa y de viajar con las ventanillas abiertas.


Tengan ustedes muy buenas noches.


PS: Leer este artículo trae mala suerte. Comentarlo la invierte.

Matemática mente


I never did very well in math - I could never seem to persuade the teacher that I hadn't meant my answers literally(*).  
~Calvin Trillin. Humorista norteamericano



Recibí su carta ,Octavia, y  tras leerla con suma atención debo decir que su último enunciado es, cuanto menos, injusto

No puedo negar que soy un matemático, que me apasiona todo lo referente al álgebra, la geometría y las estadísticas, pero derivar que eso sea mi único interés, mi único tema de conversación, es simplificar demasiado. Soy un tipo algo más complejo que eso.

Si bien es natural que surjan estos temas cuando me encuentro entre pares como ser mi primo, el Mayor Quinto Perales, ese recto varón que además de la carrera militar es aficionado a las matemáticas como uno....perdone el desvío, quiero ir al punto central... decía que a pesar de su negativo prejuicio también es totalmente cierto que podemos desenvolvernos en los planos de la expresión como del contenido para entablar relaciones como cualquier otra persona.

Por ejemplo, podría hablarle de mi infancia, de cómo ante la falta de amigos reales, creé un mundo de amigos imaginarios.  De las horas que pasaba en mi cuarto, de cómo me acosumbré a mantenerlo en absoluto orden. Siempre he creído que tal vez esa sea la raíz de mi actual timidez, esa dificultad que tengo para aproximarme a la gente.

O podría hablarle de mis años de estudiante, cuando integré -como miembro- un conjunto de rock. Yo tocaba la armónica. Éramos un grupo verdaderamente singular. "Parábolas tristes" nos llamábamos. Hacíamos un rock bastante cuadrado, siempre sobre las mismas bases. Salvo nuestro cantante, Justo, que era un fuera de serie, debo reconocer que el resto eramos discretos. El que era realmente malo era el encargado de la sección de cuerdas. "Cuarto Polvo" le decíamos porque "todo el mundo hablaba de él, pero nadie lo echaba". Pero a pesar de lo limitados que éramos, la unión nos potenciaba. Como ocurre con frecuencia,  nos dividimos, producto de una  sucesión de desencuentros y malos entendidos.

Pero me estoy yendo por la tangente. Lo que quiero pedirle es que revea su decisión. No sea irracional, le ruego.

Usted debería saber, a estas alturas, cuanto la estimo.

Afectuosamente, Máximo.














(*) Es un poco complicada de traducir la frase. Yo la interpreto así:


"Nunca me fue muy bien en matemáticas - Jamás logré persuadir al maestro que mis respuestas no eran lo que quise decir literalmente."

Juegos de verano


No sé por qué será. Es decir, bien que en el año uno también podría hacerlo. Están los fines de semana. Pero no. Resulta que existen juegos que parecen reservados para la temporada estival: una carioca, una generala o incluso una simple Casita Robada parecen incompatibles con nuestra vida desde marzo hasta diciembre, pero pasan a ser constitutivas de un verano que se precie de tal. Como si estar en otro lugar nos recordara que no es necesario "llenar" nuestro tiempo con cosas sino que se puede disfrutar de una sereno paréntesis mientras se decide si se le anotan 2 al 1 o se tacha la doble. La magia de esos momentos consiste en descubrir -más no sea por un breve y fugaz momento- que uno recarga las pilas justamente cuando se aleja de todo aparato que se enchufe. Y entonces decide que durante el año se juntará alguna vez a jugar al Carrera de mente (Edición aniversario) con amigos. "Este año sí" se dice. Y después, bueno, este año tampoco. Pero no importa, de hecho nada más importa mientras ahora decida de una buena vez qué va a hacer, si anotarse 2 al 1 o tacharse la doble, que estamos esperando.

La cosa es que, aprovechando este reverdecer del instinto lúdico, diarios, revistas y pasquines sacan suplementos con juegos de todo tipo ideales para resolver en una reposera con el ceño fruncido mientras se intenta no perder la vista por el flamígero reflejo del sol en la blanca hoja; proliferan en esta época las pelotas infladas, ya sea porque fueron un regalo de Navidad; ya porque venían con un diario, revista o pasquín; ya porque estaban en una baulera desde que fueron regaladas la Navidad pasada (o el verano pasado por un diario, revista o pasquín) o quizás porque es el tercer pelotazo que le pegan mientras se encuentra tendido tratando de tomar sol.

Pero todos estos juegos de verano fallan en una cosa: no tienen en cuenta que usted no está de vacaciones.

No, no. Usted lee estas líneas desde una oficina alfombrada con vista al edificio de enfrente. Y se siente excluído, dejado de lado, un poco envidioso y ligeramente molesto. Promete venganza aunque sea lo último que haga ("lo último que haga" repite, agitando el puño como Gargamel) Pero no se preocupe. Aflójese el nudo de la corbata. Y ya que estamos desate el otro extremo de la corbata del ventilador de techo. Ahora bájese del banquito y escúcheme. MiB, siempre atento a las demandas de los trabajadores (o "gente con capacidades de esparcimiento diferenciadas"), saca la primera edición de los


"JUEGOS DE VERANO PARA GENTE QUE NO SE FUE DE VACACIONES"


No, de nada. De nada.


1) EL PRODE TARIO: Sobre una lista de frases que se repiten recurrentemente, marque cada día las 3 que considera que más escuchará ese día. Pongase un premio por acertar, como ser un kilo de helado o un gin tonic con picada. Sí, el premio lo deberá comprar usted, pero aun así le pone pimienta al asunto.

Adjuntamos una grilla con frases de muestra:

- ¡Qué calor que hace!

- Así no se puede estar.

- ¿Qué hiciste para las fiestas?

- No somos nada.

- Esto sólo pasa en Argentina.

- ¿Sabés como es la cosa?


2) CARRERAS URBANAS: un clásico. Alejandro Dolina ha confesado ser un fanático de ellas, aunque no nos consta que todas las realice en verano (en realidad ni siquiera nos consta que realice alguna en verano, pero no me escupa el asado)

Mientras camina por la calle, identifique alguna persona que camine relativamente cerca suyo. Luego tome un punto de referencia (una esquina, un cambio de baldoza, un kiosko de diarios) y propóngase pasar a la persona antes de llegar a ese punto. Usted puede acelerar el paso, pero no se le permite correr.


3) LA RULETA RUSA: posicionese en el outlook. ¿Ya está? Bien, ahora ponga la dirección de su jefe en el destinatario y escriba el siguiente mail:


Estimado jefe,

sus dotes de conducción son las de un organismo unicelular y dudaría de su sexualidad si no fuese porque la cara de imbécil que tiene no me deja pensar en el tema.

Saludos cordiales,



Su nombre (no, no ponga "su nombre" sino su nombre)


Ahora tome el mouse pad y arroje el mouse para arriba. Cliquée donde cayó. Y espere que no haya sido sobre el botón "enviar". El vértigo total. El bungee jumping oficinístico. También el motivo de un posible despido con causa.


4) DAR DOS: ideal para grandes empresas. Para dos o más jugadores. Por turnos, los jugadores deberán enviar un mail sin contenido específico (Puede ser simplemente un "¿vos estás siguiendo tal tema?" o "¿a quién hay que consultar para X cosa?". Solamente recomendamos que tal tema y X cosa estén muy lejos del área de influencia de la persona a quién se le manda el mail) a destinatarios elegidos. Gana el que recolecta la mayor cantidad de avisos de "Fuera de oficina".

El juego recibe su nombre de las explicaciones que se deben dar: una al destinatario del mail sin sentido y otra al de Recursos Humanos, por su extraño comportamiento de mandar tantos mails sin sentido.


5) SURVIVOR: salga de su casa con un presupuesto ínfimo. Digamos, $3,50. Ingeniselas para arreglarse con ese presupuesto para todo su día. Llegué al trabajo gratis tomando colectivos que lo acercan y preguntando si van a otra parte o haga dedo en plena Avenida Rivadavia; vaya a un restaurant y consulte el menú mientras vacía los panes y grisines de la panera para hacer como que cambia de opinión y gestar su salida. Sobreviva un día en la famosa 'jungla de cemento'. Y además recupérese económicamente del premio del Prode tario.



Bien, hasta aquí llega la primera entrega. Seguiremos con más cuando...un momento...¿Hola? ¿como andás? ¿se confirmaron los pasajes? Listo, listo. Buenísimo. Chau.


Me voy de vacaciones, cúrtanse.