BITACORA







1.- El Sr Bigud en el Aeropuerto Internacional de Johannesburgo



Instantes después sabría de su situación económica y más tarde conocería a Buana.
Esta es la parte buena del viaje.

2.- No hay noticias del Sr Renegado


Pierde la reserva del hotel. Tomo su desayuno

3.- En una casa de deportes conozco a Natalia


NOTA MENTAL: tachar de la lista “probador”

4.- La primer noche del Sr Bigud en estas tierras es…


Inquietante.
Afortunadamente, con el dinero del cajero se había comprado una vuvuzela


Eso le salva la vida


(y arruina la de sus compañeros)

5.- a propósito de las vuvuzelas…


Su origen es de lo más curioso


Aquí hay para todos los gustos


Cansan

6.- Asisto al partido entre nuestro seleccionado


y el de Mexico


Un gol polémico abre el marcador.
Este documento gráfico demuestra que no había posición adelantada:


Gritamos dos pepas más



Esa noche me ahorro la cena

7.- Alemania vence a Inglaterra


Me preparo para ese encuentro



“Welkom Blonde”
“uw pad is mijn pad”

8.- El Sr Renegado sigue sin aparecer


9.- No todo es fútbol.
Visito el “Pretoria Art Museum” y me maravillo con sus esculturas



Conozco a Brunella


Somos detenidos por los guardias del Museo.
De nada sirve arriesgar una excusa señalando las obras en exposición. Nos llevan a la dirección.
Sobre el escritorio del director hay una foto con una imagen familiar


Trato de imaginarlo con la ceja izquierda levantada.
Me interrumpen haciéndome prometer mi partida inmediata de la ciudad a cambio de mi libertad

10.- Influenciado, quizá, por la publicidad de una reconocida bebida gaseosa, me inclino por visitar...


LESHOTO

11.- Rumbo a nuestro nuevo destino, nos encontramos con “firulo”,


así bautizamos a nuestro nuevo amigo.

Miguel se entretiene haciéndolo desear con una barrita de cereal. Se la acerca, se la aleja, se la acerca, se la aleja.
Firulo, molesto, le muerde un dedo a Miguel, que reacciona mal y lo patea.

Firulo no está sólo


Superados en número nos vemos obligados a huir abandonando nuestras vituallas.
Miguel maldice y jura vengarse

12.- Llegamos a Thaba- Bosiu. Somos recibidos de la mejor manera. Se organiza una fiesta electrónica en nuestro honor


Gente muy hospitalaria.
He decidido aguardar el partido con Alemania entre esta gente.
Quiero interactuar un poco más con esta interesante cultura


















Renegado (caminando - sólo - por el desierto de Kenia):    “hola? hola ! HOOLAAAA !!!! AAAALLLGUIEEEEENNNN !!!!!”

Miserias mundiales



Acápite: Arribo a Sudáfrica. Pequeños contratiempos. Buana. Hotel de lujo. Felicidad más allá de todo.



Ni bien el avión toca tierra en el Aeropuerto Internacional de Johannesburgo me vuelve el alma al cuerpo. Fueron horas difíciles. No disfruto mucho cuando vuelo, pero no todos los días tiene uno la oportunidad de viajar a costa del Amado Líder. Ni ebrio ni dormido habría sido capaz de declinar semejante oferta.

Luego de explicar durante más de dos horas que, a pesar de mi aspecto entreverado, no tengo pasta de barrabrava, soy dejado en libertad por los oficiales de migraciones. Son complicados estos morochos a la hora de las revisaciones; uno no lo imagina hasta que los ve con esos físicos imponentes, esos uniformes tan grises y sus guantes de látex preparados para la acción.

En fin… mejor olvidar. Ahora mi misión consiste en hacer contacto con los otros dos elementos de la redacción que han sido enviados a cubrir el campeonato mundial, el Señor Briks y el Señor Renegado. Me pregunto cómo será el hotel que reservó el Amado Líder, y si habrá respetado las múltiples condiciones que impusimos antes de aceptar su propuesta. La Selección Nacional cumplió con su parte accediendo a los octavos de final, así que lo mínimo que espero es poder decir lo mismo de mi empleador.

Primero lo primero.

Inserto mi tarjeta MIB en un cajero automático y presiono el botón “Consulta de saldo”. Veintitrés dólares con cuarenta y siete centavos. Eso es todo lo que hay.

Maldición. Ni siquiera aplicando todas y cada una de las enseñanzas de la Guía Mundial 2010 para el Miserable de Ley que traje para iniciar la tarea de adoctrinamiento internacional podría subsistir más de diez minutos en estas tierras salvajes.

Existen dos posibilidades: O el Amado Líder me ha jugado una mala pasada –una vez más-, o el Señor Briks ya se patinó la partida presupuestaria completa en una o varias de sus extravagancias. En cualquier caso la situación adquiere un dramatismo que solo pensaba experimentar en los cuatro estadios que visitaré durante mi estadía. Porque vamos a llegar a la final, no sé si se los dije.

Repaso con la mirada los carteles exhibidos por las decenas de individuos que aguardan a los pasajeros que les fueron asignados para ser conducidos hasta sus respectivos hoteles. Esa fue la primera de mis exigencias, así que descuento que veré mi nombre impreso en alguna de las pancartas.

“MR. BIGUD”, leo finalmente. Esto comienza a tomar color.

Mi contacto es un moreno bastante fornido, ataviado únicamente con un taparrabos muy similar a aquella sunga propiedad del Señor Briks que, para ser franco, hubiera preferido no tener que recordar. Y el vehículo es una suerte de carretilla al estilo de esos transportes a tracción humana que suelen utilizarse en algunas ciudades de China.

Me siento en la carretilla con mi valija detrás de la espalda, pero Buana (ese es su nombre, según me hizo saber en un inglés más que precario) me mira mal. De inmediato comprendo que espera que sea yo quien desempeñe el papel del equino, y entonces escapo de un salto para refugiarme de nuevo en el interior del aeropuerto.

Introduzco mi propia tarjeta de crédito en el cajero automático y me hago de algunos dólares para contratar un taxi (sí, tengo mis recursos). No me resulta difícil convencer a Buana sobre las bondades del cambio de vehículo; de todos modos él pensaba viajar sentado.

“Bien, ¿adónde vamos Buana? ¿Al Hilton? ¿Al Sheraton? ¿Al Intercontinental?”. Todo eso se lo pregunto con la mirada mientras el chofer aguarda las indicaciones.

Cumplida la segunda hora de viaje a través de los caminos más inhóspitos comienzo a desear que la puerta de entrada de mi futuro alojamiento luzca, aunque más no sea, una sola estrella.

El hotel está ubicado en el Parque Nacional Kruger. No, al borde no. Adentro. Bien al norte. Cerca de la frontera con Zimbaue. Y no tiene nada que se parezca a una puerta. Ni a un hotel. De hecho es más bien una choza con paredes de adobe y techo de paja.

Buana recibe con extrañeza mi expresión de desilusión, pero aún no se anima a interrumpir mis cavilaciones.

En el suelo, sobre la tierra apisonada, hay tres colchones alineados. Ninguno parece haber sido utilizado recientemente.

La conclusión es obvia: El Señor Renegado jamás llegó a destino. Algo le ocurrió por el camino. Era de esperar. En cuanto al Señor Briks… está claro que se dio cuenta a tiempo e hizo lo que cualquier miserable de ley habría hecho en su lugar. Echó mano a la partida presupuestaria y huyó rumbo a un establecimiento decente. No puedo culparlo; yo no me habría comportado de un modo muy diferente.

Mientras medito mis próximos pasos con la vista clavada en un hueco rectangular ubicado justo en el centro de la pared de adobe (donde debería haber un vidrio, o al menos alguna clase de enrejado), Buana me ofrece un palo de escoba.

“If Lion, léons, leo…”, explica mientras señala el rectángulo y completa la frase realizando un ademán muy similar al que –imagino- harían los soldados ingleses del siglo XVIII para ensartar con sus bayonetas a los primeros defensores del que pronto se convertiría en el imperio más poderoso de la tierra.

Tomo el palo y amenazo con romperle la crisma, pero el morocho retrocede dando pequeños saltitos al grito de “¡Not my idea, beloved leader, beloved leader!”

Comienzo a sospechar que no fue una buena idea aceptar el viaje a cambio de desistir de la demanda laboral que estábamos preparando con el Señor Briks.

Muchachos, cómo quisiera tener noticias de ustedes…

Suena el teléfono. Un cobro revertido desde Kenia. Ni loco lo acepto. Estos africanos deben pensar que uno nació en Dinamarca.

Me aferro al palo de escoba y me dispongo a pasar la noche en vela. Pero con una sonrisa de oreja a oreja. Más allá del frío, la soledad y los leones, para mí acaba de comenzar el campeonato mundial, mal que le pese al Beloved Leader.


Tengan ustedes muy buenas noches.

Uso corporativo del correo electrónico


Miércoles, 14:23 hs Oficinas Centrales de Kag & Onos.


Loiácono se dirige al escritorio de Maldini con un papel en mano. Camina con paso enérgico y semblante iracundo.




Loiácono:  ¿Vos te volviste loco, sos estúpido o te pegaban mucho de chico? ¿Cómo me vas a decir una cosa así por mail. mamerto? Encima mentís. ¡El sábado estuvimos cenando con mi mujer en lo de Ramírez! ¿Vos querés que te rompa todos los huesos acá mismo, enfermo?

Maldini: Pe... pe...pero...¡si yo no te envié nada!

Loiácono: ¿Ah, no? ¿Y ésto que es?

Loiácono arroja sobre el escritorio de Maldini unas hojas impresas. Maldini lee:

De: Maldini
Para: Liácono
Fecha: Miércoles, 13:06 hs
Asunto: Tengo que decirtelo, lo siento.

Loiácono: Con pesar tengo que decirte que tu mujer te engaña con Pérez. El sábado pasado, alrededor de las diez de la noche, los vi saliendo de un hotel alojamiento en Panamericana. 





Maldini se lleva las manos a la cara y se la frota enérgicamente, mientras murmura algo como "quepedazodehijodemilmmmppfffutas". Se pone de pie y le dice en voz baja a Loiácono, que sin pensarlo baja la cabeza para acercar su oreja a Maldini:

Maldini: Yo no escribí eso. La semana pasada me pasó algo parecido, olvidé bloquear mi PC cuando salí a almorzar y Dagnino recibió un mail...  -Maldini hace el universal gesto de flexionar los dedos índice y mayor dos veces, con las manos elevadas para indicar que lo que continúa se debe entender entre comillas - ..."mío" donde yo le... -Maldini repite el gesto- ..."confesaba" que era gay y que estaba perdidamente enamorado de él. No tengas dudas, fue el idiota de Ramírez. Si te das vuelta vas a verlo escondido detrás de Beatriz, muerto de risa.

Y ahora qué le pasa? ('Nkosi sikeleli 'Afrika)



No me gusta el fútbol

No tanto como a Bugman, pero no me gusta. De hecho, estoy escribiendo esto mientras se juega Argentina-Grecia. (lo vería, normalmente, pero cayeron unas 20 amigas de mi hermana menor a verlo, y si hay algo que odio más que al fútbol, es a esas arpías)

Paradójicamente, me encanta Sudáfrica. En serio. Es mi área de estudio. Llevo unos 7 meses estudiando al país para un trabajo que tengo que presentar en agosto.

Pero con el mundial me di cuenta de que, pese a que leí toneladas de libros sobre el apartheid, sobre los terribles indicadores socioeconómicos, demográficos y sanitarios que aún hoy muestra Sudáfrica, había pasado absolutamente por alto uno de los más terribles episodios de la historia de ese país:

La invención de la Vuvuzela.

Por si faltaba algo para sacarme las ganas de ver los partidos, está esa corneta horrenda haciendo un ruido insoportable!!! Vi un par de programas con periodistas deportivos (perdón!!! "personas con capacidades especiales!" por favor, no me denuncien! Fue sin querer!) haciendo conjeturas sobre por qué hasta ahora los resultados fueron tan pobres (excepto el 7-0 de Portugal - Corea del Norte. Kim, la tenés adentro)

ES POR LA CORNETA; IDIOTAS!!! TRATEN DE JUGAR USTEDES CON EL SONIDO DE 20000 ABEJAS DANDO VUELTAS ALREDEDOR SUYO!

Dios!

Los sudafricanos sostienen que la vuvuzela fue inventada en algún momento de 1965 por Freddie "Saddam" Maake (les juro que en serio se llama así. Para mí que es una manera de admitir que la Vuvuzela es un Arma de Destrucción Masiva), quien alteró la bocina de una bicicleta. Originalmente era de aluminio y mucho más corta que la actual (o sea, era una trompetita), pero aparentemente las autoridades sudafricanas de la época consideraron que podía usarse como arma y las prohibieron, lo que lo llevó a comenzar a fabricarlas de plástico.

Cómo hizo la Vuvuzela para hacerse popular en Latinoamérica (y por qué nosotros estamos convencidos de que la corneta es menos africana que el mate amargo) es un misterio fácil de explicar:

El uso de las vuvuzelas por parte de los sudafricanos no fue notado por el resto del mundo por la simple razón de que, en represalia a la política del Apartheid (léase apárt-jáid) la República Sudafricana estuvo vetada de todos los eventos deportivos internacionales (excepto del criket.. pero, seamos buenos, a quién le importa el criket?) desde 1961-62 hasta 1992.

Pero, claramente, eso no quiere decir que Sudáfrica haya desaparecido del mapa. Pese a que, legalmente era una nación paria, el resto del mundo seguía comerciando con ella (el hecho de que fuera el primer exportador mundial de oro tal vez tuvo algo que ver con eso)

Además, sus increíbles atractivos naturales y sus famosos safaris atrayeron a las autoridades de otra nación paria, que lamentablemente no contaba con eso del oro: el Proceso de Reorganización Nacional.

Es vox pópuli que "Joe" Martínez de Hoz solía tomarse vacaciones para realizar safaris en el Parque Kruger, y de paso, intercambiar con los Afrikaners distintas técnicas para mantener a la población alegre, próspera, y, sobre todo, feliz.

Podemos suponer que en alguno de esos viajes se percató del sonido de esas cornetas (Con las orejas que tiene, no debe habérsele pasado desapercibido) y decidido importarlas a la Argentina para el Mundial '78.

El resto es historia.


En fin... Respondiendo a las preguntas de los lectores:


Sir Lothar Mambetta dijo...
Todas las dudas que me abordan en estos tiempos son referentes al Mundial y me preguntaba: ¿qué pasaría si el Sr. Bugman, antes de apoderarse del universo, pudiera hacerse del control de la AFA y la Selección? ¿Podría poner en vereda a esos gandules mundialistas?

Me da miedo pensarlo, Lothar.Sobre todo lo de la AFA. Creo que con Grondona estamos mejor.

Con respecto a la Selección, conociendo la creatividad deportiva de Su Gloriosa y Nunca del Todo Bien Ponderada Alopecia, su confianza en sus subordinados, sus incalculables conocimientos futbolísticos y su pasión por el orden, formaría a los jugadores en un 3-4-3 rígido, y convencería a la Fifa de que lo deje colocar unos caños perpendiculares a la cancha, para marcarle a los jugadores su posición, mientras el los mueve por control remoto.

El resultado sería algo así:



(Bugman sería el equipo rojo, claro. O el colorado, mejor dicho)



Saludos!!!

África mía

No se cuando estarán leyendo esto o si tan siquiera lo estarán leyendo, pero considero que debo aprovechar el incierto tiempo que me queda para explicar el por qué de mi actual situación.

La cosa fue mas o menos así…


Quizás por ahí no se hayan enterado porque no es algo a lo que se le haya dado mucha difusión, pero hace unos días arrancó el Mundial.
Por ello, y como no podía ser de otra manera, en la redacción de inmediato nos pusimos a tono con la situación porque somos todos hombres y a los hombres nos gusta el fútbol (y además, también, un poco porque, como siempre digo, cualquier cosa es mejor que trabajar, y también somos hombres que disfrutamos de rascarnos el higo como cualquier cristiano).
Claro que, antes, y en un, digamos “afectuoso”, intento por continuar alimentando esta nueva predisposición que tenemos de seguir mejorando nuestra relación con el Amado Líder luego de su magnánimo gesto de proporcionarnos aquel valioso frasquito de café, con los muchachos nos abocamos a la tarea de tratar de explicarle, así a grandes rasgos, algunos lineamientos generales de lo que es el fútbol ya que, como saben, su Lustradísima Calva es una persona que no siente atracción alguna por este deporte y, la verdad, nos daba un poco de penita verlo ahí parado en silencio, medio apartado, mirando los partidos con el gesto vacío de quien mira un documental sobre la fabricación del abono orgánico narrado en chino mandarín.
Afortunadamente, haciendo gala de una gran capacidad de aprendizaje, no tardó mucho en comprender nuestras explicaciones (aunque seguramente después dirá que aprendió solo, nada mas de mirar algunos partidos), y ahora ha dejado de ser alguien que no sentía el mas mínimo interés por un deporte del que nada sabía, para convertirse en alguien que no siente el mas mínimo interés por un deporte del que, mas o menos, algo entiende.

Lo que nunca nos imaginamos es que esta recién adquirida comprensión del fútbol de nuestra Brillantísima Ceja Levadiza, tendría consecuencias inesperadas para nosotros.
Y no me refiero a tener que aguantarlo interrumpiendo a cada rato con preguntas, o escucharlo decir cada cinco minutos lo ridículo que le parece todo lo que sucede durante los partidos y lo gandules que somos por entusiasmarnos con eso, sino algo todavía mucho mas imprevisto.

-Tengo una idea y, como siempre, es brillante- llegó exclamando de repente el otro día, mientras estábamos preparándonos para ver el partido en el televisorcito de 14 pulgadas que a duras penas pudimos conseguir para poner acá -Ya que les gusta tanto esto del fulblo, fublot o como se llame, quiero que algunos de ustedes vayan hasta allá donde se está jugando esto del Mundial para escribir sobre eso in situ.

Un silencio sepulcral se adueñó instantáneamente del cubículo donde estábamos amontonados.

-¿¿Está diciendo que quiere que vayamos a Sudáfrica a cubrir el Mundial?? - exclamó el Sr. Briks con cierta incredulidad en el tono de su voz.

-Así es- respondió el Sr. Bugman -A mi realmente esto del fucblol no me llama la atención para nada pero, evidentemente, a la gente así a la que medio como que mucho no le da como ustedes y, probablemente, la mayoría de nuestros lectores, parece gustarles, y MIB, como sitio de actualidad, no puede darse le lujo de quedarse afuera de este acontecimiento. Creo que hay que hacerlo, cueste lo que cueste. ¿Quienes se ofrecen como voluntarios para ir?

Todos nos quedamos inmóviles producto de la sorpresa pero, dos segundos después, reaccionamos y nos abalanzamos al mismo tiempo, levantando la mano, gritando y atropellándonos unos a otros hasta caer al suelo en una especie de bola humana amorfa y gimiente.

-¡¡Atrás!! ¡¡Atrás manga de salvajes!!- gritó el Sr. Bugman mientras hacía sonar su látigo en el suelo cerca nuestro –Así no ¡Así no! Evidentemente, ustedes por si mismos no podrán llegar a nada así que, como de costumbre, voy a tener que ser yo el que decida, ayudado por el “azar” (Y dijo “azar” haciendo el gesto de comillas en el aire).

Nosotros comenzamos a reincorporarnos lentamente mientras nos proferíamos mutuamente todo tipo de reproches ya que sabemos muy bien que cuando el Sr. Bugman habla de azar, definitivamente no se está refiriendo a anotar nuestros nombres en papelitos para hacer un sorteo, o hacer un inocente campeonato de piedra papel o tijera.
No. Sabemos que se está refiriendo a la temible “Ronda de los gandules”.
Este sistema, ideado hace poco por el retorcido ingenio del Amado Líder, consiste en hacernos formar en círculo alrededor suyo y comenzar a trotar (en círculos, obvio), mientras él se ubica en el centro con los ojos vendados y arroja latigazos al voleo en cualquier dirección. De esta manera, aquellos que sean los primeros en recibir el doloroso “premio”, son los afortunados seleccionados para la tarea que haya que hacer.

Y la fortuna quiso que, tres latigazos después, fuéramos el Sr. Briks, el Sr. Bigud y yo los elegidos.

-¡Ah no, a mi nunca me toca nada! ¡Renuncio! ¡Me voy y no vuelvo mas!- exclamó enérgicamente el Sr. Mariano al culminar el sorteo, para luego dirigirse a su cubículo y ponerse a escribir su próximo artículo.

-Buenobuenobueno – dijo el Sr.Briks con una gran sonrisa y una valija en la mano en la que ya había preparado su ropa mundialista (una zunga celeste y blanca y medias de fútbol) -¿Dónde paso a retirar los viáticos Amado Líder? ¿Me los da Ud. o voy a contaduría?

-¿Viat… viati …? ... PFFFFMUAAAAHAHAHAHAHAAAAAA ... ¿Viáticos? …. AAHHHJAJAAJAJAJAJAJAAAAA

(Cinco minutos después)

-AAAAHHHJAJAAJAJAJAJA ... Viáticos ... MMMMMFFFJAAAJAJAJAAAAAAAJAJAJAJAJA … Ay dios que risa ... Ayayayay … Estos pibes … Jejeje … AAhhh … Ufff … jeje … No, nada de eso – dijo el Sr. Bugman recuperando un poco el aliento -Van por su cuenta. O sea, todos sus gastos les serán descontados de sus sueldos. Y para que sea parejo, se descontará de los sueldos de todos, no solo de los que viajen.

-¡Pero eso no es parejo! ¡Eso de parejo no tiene nada! ¡Eso es lo menos parejo que hay!¡Eso es lo opuesto a algo parejo! ¿¡Y de que sueldos habla, por el amor de Sócrates, si jamás cobramos nada!?- exclamó algo molesto el Sr. Pablo.

-¡Pero por favor Sr. Pablo! No sea egoísta. Me extraña de Ud.. Esto es por el bien del blog. Hay que ser solidario- le reprochó el Sr. Bugman.

-Pe… pe …pero …

-Pero nada. Debería darle vergüenza ¡Esta semana no hay café para Ud.! Cambio y fuera.

Y así el Amado Líder puso fin a la reunión, tan repentinamente como la había comenzado.

El Sr. Pablo se retiró en silencio, cabizbajo y algo confundido a su cubículo.
También lo hicieron el resto de los muchachos, pero no sin antes lanzarnos furibundas miradas a los que fuimos elegidos para viajar, mientras nos hacían gestos algo inquietantes, como señalarnos mientras se pasaban una mano por el cuello (Menos el Sr. Viejex que en lugar de pasarse la mano por el cuello nos apuntaba con un soplete encendido).

Y así fue como pasó.

Tengo entendido que el Sr. Briks ya está en Sudáfrica.

Del Sr. Bigud todavía no tengo noticias.

Yo, por lo pronto, me dejé llevar por la emoción de haber sido seleccionado para viajar, porque me encanta viajar, y también porque es la primera vez que la Diosa Fortuna se digna a tocarme (aunque ese toque haya sido un doloroso chicotazo), y quizás por eso, desbordado de entusiasmo y decidido a cumplir de la mejor manera con la tarea que me fue encomendada, sabiendo que la regla dice que para ganar algo primero hay que invertir, decidí hacer un esfuerzo y adquirir una notebook para poder escribir en cualquier momento y realizar así una crónica bien actualizada.
La tuve que sacar en ciento veinte cuotas y me endeudé hasta el culo, pero convencido de que, al final de cuentas, valdrá la pena y que, tal vez, esta sea la oportunidad que estuve esperando para, finalmente, hacer algo que merezca el reconocimiento del público y los lectores.

Lamentablemente, cuando llegó el día de la partida, mi falta de experiencia en viajes internacionales (sumado a que soy bastante abombado), me jugó una mala pasada.
Y digo falta de experiencia por no decir que nunca antes en la vida había pisado un aeropuerto y que, quizás, puede ser, por ahí, capaz, no sé, que esa haya siso la causa de que me haya confundido bastante fiero al momento de sacar el pasaje (al que saqué en doscientas cincuenta cuotas) y tomar el vuelo.

La cuestión es que, no se bien como pasó, pero terminé en Kenia.

Ya cuando llegué me pareció medio raro que no hubiera ambiente mundialista ni nada de eso. No vi banderas, ni camisetas de fútbol, ni gente entonando cantitos.
También sospeché que algo no estaba bien cuando, al salir del aeropuerto, el taxi que tomé me haya llevado hasta una pista medio alejada de la ciudad desde donde, según lo que me dio a entender el morocho que manejaba cuando se lo pregunté, debía tomar otro vuelo (en una avioneta bastante sospechosa) para llegar a Pretoria.
Pero creo que fue cuando, después de algo mas de una hora de turbulento vuelo, la avioneta aterrizó apenas por cinco minutos en el medio de la sabana y me bajaron de una patada para luego irse sin saludar (y con casi todo mi equipaje) cuando finalmente terminé de redondear la idea de que, evidentemente, en algo me había equivocado.

Ahora estoy aquí, solo, y perdido en esta tierra salvaje.

Fútbol no hay. Gente civilizada tampoco.

En este momento, por suerte y luego de caminar como cuarenta kilómetros bajo un sol abrasador y de evitar un par de veces el ser devorado por animales salvajes, me estoy quedando en una aldea de una tribu Masai que me encontré de casualidad.
Gracias a mi ya reconocida capacidad para los disfraces (hice un fueguito y me tizné todo el cuerpo con la madera quemada), me estoy haciendo pasar por un miembro de otra tribu que vino de visita.
Debo reconocer que adaptarme a vivir aquí es medio complicado pero, por ahora, la estoy llevando.
A veces, medio que los nativos sospechan porque siempre me ven con la notebook bajo el brazo, pero hasta ahora los dejo tranquilos diciéndoles que solo es una tabla que siempre llevo conmigo para tener donde cortar la carne de los animales que cazo.

Acá les mando una foto con mi familia adoptiva, tomada por un turista. Por si no se nota yo soy el del centro.

Igual, no se cuanto tiempo mas voy a poder sostener este personaje. En cualquier momento los grones se van a apiolar. Y no se que es lo que me pueden llegar a hacer si se enteran de mi engaño. No tienen pinta de ser muy comprensivos con los extranjeros.

Por eso, si están leyendo esto, vean si me pueden mandar a buscar cuanto antes, porque, además, no se cuanta batería me queda y no se si voy a poder volver a escribir.
No sabría decir exactamente donde estoy pero, que se yo, pónganle onda. Tan difícil no puede ser encontrarme. África no puede ser tan grande.

Y, repito, por favor que sea rápido, porque parece que a Mogekombo, el jefe de la tribu, le caí bastante bien y ya me está queriendo casar con una de sus hijas.

Y es la mas fea.

Bueno, eso es todo por el momento.

Ahora me tengo que ir.

Debo ir con los demás hombres de la tribu a cazar la comida para la noche.


Olesérè (Esto significa “adiós” en Maa, el dialecto que se habla acá. Creo … La verdad es que mucho no les entiendo).


P.D.: ¡Por favor, sáquenme de acá!

No ignoren este artículo


El mal moral -dice Sócrates- no es otra cosa que ignorancia. Puestos a elegir entre un bien que nos realiza y otro que no lo hace o lo hace solo parcialmente, elegir este bien menor no tiene otra explicación que ignorar el bien mayor. En el último artículo, el señor Bugman nos ha mostrado irrefutablemente que en lo que se refiere al fútbol (y quiero hacer especial hincapié en que sólo lo digo a este respecto) él no es malo sino, simplemente, ignorante.

Ahora, dice Sócrates que no hay nada sobre lo que sea más nefasto ignorar que sobre la existencia y desarrollo de ese maravillosos deporte conocido como fútbol. ¿Cómo que Sócrates no dijo eso? No, no hablo del filósofo griego del siglo V antes de Cristo sino del defensor brasilero de los 80's.



"Sudáfrica siempre estuvo cerca" diría Fito Páez.

Pues bien, cuando usted fantasea con que explote la antena del cable y nadie pueda ver más el mundial; incluso cuando se imagina a esa misma antena cayendo sobre ese ser que grita en calzoncillos que alguna vez presentó como su marido; aún cuando no pueda evitar sonreír pensando en las pataletas de esos muchachos que en otro momento del año usted identifica claramente como sus amigos; en ninguno de esos casos usted lo hace por maldad, sino solamente por ignorancia. Excepto por lo de la antena, eso quizás haya sido demasiado.

La cuestión es que, desde este humilde espacio, lo ayudaremos para salir de esa nefasta ignorancia a la que hemos hecho referencia como quién ayuda al 2 a no quedar enganchado en el off side. ¿Que no entiende? Deje. Ya lo hará. Disfrute del único, irrepetible y sumamente útil


DICCIONARIO FUTBOLÍSTICO DEL REAL MIB



Arquero:

1. persona que domina la pelota con seguridad.
2. persona infeliz que se tiene que poner las manos.

La acepción depende del resultado.

Defensa:

1. "Te juro que yo no fui, estaba en otra parte".
2. bloque conformado por jugadores cuya misión más importante es sacarle la pelota al rival.
3. En algunas tribus bilarditas: equipo.

Director técnico: hombre que no toca la pelota ni entra al campo de juego y que sin embargo es el responsable de las derrotas. Ver también: entrenador, director táctico, buzo táctico, buzo de entrenamiento, entrenamiento directivo -managment-, estrategia directiva, táctica y estrategia, TEG.

Ética futbolística: ver lealtad.

Fáu: argentinismo para Faul (falta) que es cuando una pierna sobra.

Grande:

1. adj. de tamaño considerable.
2. que ha hecho méritos. Título honorífico. i.e. "Es un grande".

Grosso:

1. it. Grande.
2. arg. Grande.

Gol:

1. modelo de automóvil de la Volkswagen.
2. ingreso del balón en la portería contraria, que adjudica un punto al equipo que lo logra y sirve para enrostrárselo al cuñado o insultar a la defensa del propio equipo (ver puta, hijo de mil)


Hamacar:

1. reflexivo (hamacarse): acción de cambiar de perfil mientras se corre con la pelota a fin de desorientar al marcador que retrocede.
2. lo que se puede hacer en la vida si uno sabe dominar la primera acepción.

Hincha: sust. seguidor del fútbol en general o de algún equipo o selección en particular.

"...fanático": seguidor de gran ímpetu.
"...pelotas": seguidor de gran ímpetu desde la perspectiva de un no-seguidor de fútbol.

Impotente: ver pecho frío.

Jugada :

1. acción realizada durante el juego y que tiene que ver con él (por eso, mear los carteles publicitarios no se consideraría una jugada)
2. adj. lo que está la defensa argentina.
3. ...preparada: jugada ensayada durante los entrenamientos semanales (también "...de laboratorio") A veces, justificación de carambola.

Ladrón:

1. sin. árbitro.
2. adj. jugador propio que cobra más plata que uno y que no juega como uno espera.

Lealtad: ver ética deportiva.

Matar:

1. mod. imp. patear salvajemente a un rival que corre peligrosamente hacia el arco (generalmente con el balón). i.e. "Matalo. Matalo que se va".
2. reflexivo (matarse): lo que uno quiere hacer si le rival que corre peligrosamente hacia el arco escapa a la patada salvaje.

Muerto:

1. adj. sin vida. Inerte.
2. adj. sin talento.

En algunos países, la segunda acepción puede devenir en la primera.

Offside: ver orsái.

Orsái:

1. regla incomprendida por las mujeres. A menos que se trate de rugby, en cuyo caso también es incomprendida por los hombres.
2. posición de un jugador contrario detrás de la línea imaginaria que se traza sobre el último jugador del equipo que defiende, sin incluir al arquero y siempre que esto se dé después de la mitad de la cancha del equipo que defiende. La línea de la que hablo es imaginaria y no tiene que ver con las líneas que marcan la cancha, que no son imaginarias. Además, esta línea debe ser paralela a la de mitad de cancha ya que si no bien se podría atacar por la derecha sin caer en orsái, si así se dispusiese. O por la izquieda, depende. No, los puntos cardinales no tienen nada que ver aquí. La política tampoco.

Pecho frío: adj. que no rinde en los momentos importantes.

Presionar:

1. marcar de cerca.
2. hacer una oferta que el otro no pueda rechazar.


Puta, hijo de mil: adj.

1. jugador contrario que hace algo bien.
2. jugador propio que hace algo mal.
3. jugador brasilero.

Puto:

1. adj. lo que son todos los contrarios.
2. sin. David Beckham.
3. jugador brasilero.


Salud: cualidad con la que le deseo que disfrute de este artículo.



Football for dummies

Este asunto del Mundial me tiene harto. Todo el mundo habla de fútbol, fútbol, y nada más que de fútbol. Y yo no sé nada de fútbol. Mejor dicho, no sabía. Porque me puse a ver unos minutos de un partido (Checoeslovenia-Australasia, creo) y por simple deducción obtuve un completo panorama acerca de las reglas de este inexplicablemente popular deporte. 


Resulta que los tipos que corren en camiseta y calzoncillos tienen que patear esa cosa redonda para un solo lado. Los de un lado para el otro, y los del otro para uno. Los tipos se diferencian porque usan calzoncillos y camisetas de distintos colores, y por eso saben para qué lado tienen que patear la cosa redonda.

La cosa redonda se patea hasta que pasa por abajo de una cosa en forma de arco, y que se llama, precisamente, cosa. Pero hay un tipo que tiene una camiseta de otro color que los otros, que está abajo de la cosa y trata de que la cosa redonda no entre por debajo de la cosa. Pero si entra, los de lado que patean para donde está la cosa en forma de arco por debajo de la cual entró la cosa redonda, se ponen contentos, y los otros, no. Eso se llama ¡¡¡OOOOOHHHHHHHAAAAAHHHHH!!!, según entiendo por los gritos de los espectadores, porque me olvidé de decir que hay espectadores, cuya función es hacer mucho ruido para que los tipos que patean la cosa redonda no puedan patear tranquilos.

Además de los tipos en calzoncillo y camiseta y los que están abajo de la cosa en forma de arco, que son dos, uno por cada cosa en forma de arco, hay otro tipo que usa calzoncillos y camiseta distintos a los de todos los demás, pero que no patea la cosa redonda, sino que se la pasa corriendo y diciéndoles cosas a los tipos que sí patean la cosa redonda. De vez en cuando sopla un silbato y todos dejan de hacer lo que estaban haciendo para ver lo que dice. A veces saca un papelito con un gesto de lo más exagerado y anota el teléfono (o quizás la dirección de correo electrónico) de un jugador. Ah, porque los tipos en calzoncillo que patean la cosa redonda se llaman así, jugadores. Los jugadores que le dan el teléfono o la dirección de correo electrónico al tipo no se ponen muy contentos, se ve que el tipo después los va a llamar para venderles un tiempo compartido o un seguro. Me pregunto por qué si no quieren que los llamen le dan el teléfono igual. 

Hay dos jueces corriendo por el borde de la cancha, que es como un rectángulo marcado con rayas blancas. 
Los jueces son necesarios porque si uno de los jugadores comete un delito cerca de la cosa en forma de arco le hacen un juicio penal. Y es un juicio sumarísimo, ahí nomás se dicta la sentencia, esto me escandaliza un poco porque no parece que esté garantizado el derecho a la defensa, pero bueno, ellos saben a lo que se arriesgan si cometen un delito cerca de la cosa en forma de arco. No tuve oportunidad de verlo, pero al parecer las penas son increíblemente severas, e incluyen la ejecución, que se hace efectiva mediante un tiro desde doce pasos. Calculo que una parte de la popularidad de este curioso deporte se debe al morbo que produce en el populacho la imagen de una ejecución pública. Qué primitivo.

En un momento el tipo con calzoncillo y camiseta diferente al de los demás hizo parar el juego, porque un jugador del equipo que pateaba para uno de los lados  estaba off line. Aparentemente el wifi no anda muy bien en Sudáfrica, pero igual me parece que no es momento de andar con el Facebook o el Twitter, justo en medio de un partido.

El juego termina cuando el tipo en calzoncillo y camiseta diferente de las de los otros tipos en camiseta y calzoncillos dice que termina. Y entonces se cuentan los ¡¡¡OOOOOHHHHHHHAAAAAHHHHH!!! de cada lado, y gana el que más ¡¡¡OOOOOHHHHHHHAAAAAHHHHH!!! hizo. 
A veces, nadie puede hacer un ¡¡¡OOOOOHHHHHHHAAAAAHHHHH!!!, y el juego termina sin que gane nadie. O todos ganan, no estoy muy seguro.
Eso es el fútbol.
Aburridísimo.



DEPORTE DE HOMBRES

Esta claro que el Sr Bugman tiene una relación amor/odio en lo que a mi persona se refiere.
Él me odia
y ama que yo esté lejos de las oficinas del MIB.

Con lo antedicho en vista, usted, querido lector, comprenderá el por qué de mi partida a tierras sudafricanas.

- Cómo? Lo manda a cubrir el mundial de fútbol? Si el Sr Bugman odia ese deporte – pregunta una señorita.
– cierto es; lo mismo pensé yo, mas intuyo que mi viaje al continente africano tiene más que ver con ESTO que con la justa deportiva que en estos momentos se lleva a cabo allí.
- De todas maneras…ustedes se viven quejando que no les paga un sueldo, que las condiciones de labor son infrahumanas, que el café esto que la tele aquello…y lo envía a Sudáfrica?? – espeta, otro lector, con una mezcla de incredulidad y fastidio, mientras me hace un “montoncito” con los dedos.
- si, bueno… la intención primigenia del Sr Bugman era enviarme en un barco Congolés (y no precisamente en un crucero), de hecho, se debatía entre hacerme embarcar como el marinero más raso de la tripulación o directamente acomodarme entre los bultos de la bodega (en una jaula para trasporte de monos).
- Si, si, pero lo cierto es que eso quedó en la nada. Ud viajó en avión. NO SE QUEJE ! – grita una señora de mediana edad y gran porte. Me desconcierta la vehemencia de su protesta. Trato de adivinar en ella algún rasgo familiar con el Sr Bugman
- Es cierto señora…pero lo hice en medio de los barras bravas…para peor el Sr Bugman me dio, para el viaje, una remera rosa que dice Fair play…
- Y el pasaje ? quién paga el pasaje, eh ??! – interrumpe, ofuscado, un señor de lentes gruesos y bigote frondoso (del fondo vuela un cenicero que impacta en la pared, cerca de mi hombro derecho)
- eso será descontado del sueldo de todos los muchachos. Sueldo que nos vienen prometiendo desde el principio y del cuál aún no vimos un peso
- Y todavía quieren un sueldo ?? Por las porquerías que escriben ?! si querés cobrar VAS A COBRAR una multitud enardecida se me abalanza, alcanzo a divisar antorchas encendidas, garrotes y hasta una horca improvisada mientras apenas logro escapar por una puerta lateral.

El Sr Bugman insiste en realizar este tipo de reuniones. Generalmente, después de alguna de nuestras solicitudes. Frente a nuestros reclamos él sostiene que son infiltrados. Será así, nomás.

Llegado al Wonderboom airport, soy recibido por “pit cuna” (Pete Kuhnert) Mi contacto en Sudáfrica. Le pido ir de inmediato a la concentración de los jugadores Nigerianos puesto que este artículo debe salir antes del partido de Argentina

- Chau “rosita” – me grita uno de los barras. Buena gente. Agradezco a Yisus por el hecho de que en la nave viajaran unos cuantos chinos. Los muchachos se entretuvieron con ellos y se olvidaron de mi.

Pete no entiende nada. Prometo explicarle después y sigue sin entender. De hecho, no entiende nada de lo que le digo. Mi inglés no es excelente pero nunca antes tuve problemas. Afortunadamente el chofer del automóvil que nos transportará es un Argentino radicado en Pretoria desde hace años.
Él me explica que en Sudáfrica hay 11 idiomas oficiales y 8 más no oficiales pero reconocidos como lengua nacional. El principal dialecto utilizado es el ZULU, en tercer lugar el Afrikáans (el idioma que maneja Pete) y el inglés recién se encuentra en sexto lugar. Maldito Bugman

Miguel es un buscavidas. Durante el viaje me hace saber que él es quien introdujo en estas tierra a la famosa Vuvuzuela. “un recuerdo del mundial ’78, papá. Estos negros no entienden nada” y agrega “acá, si sos Argentino, te cansas de ponerla, las minas se mueren por vos, querido”. Sospecho que Miguel se cansó hace rato o que nadie se ha enterado que es Argentino puesto que no tiene el aspecto de un amante muy solicitado.

Llegamos a la provincia de KwaZulu-Natal, donde se concentra Nigeria. Nos informan que el plantel se encuentra en medio de una sesión de masajes y nos invitan a pasar. Sabiendo que el técnico del seleccionado nigeriano es el sueco Lars Lagerbäck no lo dudo ni un instante, no puedo esperar por ver a las masajistas suecas.

El escenario es bien distinto al imaginado. Un bacanal de negros desnudos que se acarician sin pudor. Nos quedamos – los tres – petrificados.

- Wat is dit ?!  - Pete es el primero en reaccionar
- Bonke abantu bazalwa bekhululekile belingana ngesithunzi nangamalungelo. Bahlanganiswe wumcabango nangunembeza futhi kufanele baphathane ngomoya wobunye (Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros) responde Akanni (encuentro rentable. Tal el significado de su nombre) y el resto explota en un solo grito mientras se profesan mimos en forma descarada
- Degen slikker – sentencia Pete con una mueca reprobatoria mientras Miguel, con gestos obsenos me traduce el Afrikáans de Pete
- El nuestro es un equipo distinto al de otros mundiales – dice Lars en un perfecto inglés – aquí, por ejemplo, lo tenemos a Adebayo (Es feliz). Este muchacho toca las pelotas de primera. Sabe jugar de espaldas y va muy bien abajo. Aquel otro, Akanni (encuentro rentable) – señala a un morocho al que le están masajeando las nalgas con la misma grasa con la que untan los botines – es un tiempista excelente. Se la toca a los compañeros y se abre buscando la descarga. Uno sabe que se la puede mandar por la raya hasta el fondo, él se las arregla solito para meterla…

Todavía shockeados por el espectáculo y un poco mareados por el vaho de los aceites con el que embadurnaban sus cuerpos no advertimos que uno de ellos, de nombre Akono (mi turno), se acerca a nosotros y me entrega un objeto romo de inequívoco aspecto fálico; a la par que se recuesta boca abajo en una camilla me dice:
- Mandela – señalando la escultura
- Si, si – respondo buscando una relación entre ese objeto y el gran estadista
- Mandela, mandela !!
- Si, claro, Nelson?
- Disculpe maestro – interviene Miguel – él grone quiere decir… mándela

Partí en forma veloz
Aún ahora, al evocar la situación, siento escalofríos
Estos muchachos no son rivales de nuestro seleccionado
El sábado les whomp esel !!

- een na nul, Heinsen goal – dice Pete mientras Miguel nos conduce al Hotel (*)



(*) un error en la programación motivó que el artículo se publicara en el día de hoy, tornando ineficaz la magistral predicción de Pete Kuhnert

(*) El significado de los nombres que se acompaña entre paréntesis es absolutamente verídico



Miserias mundiales



Acápite: Mundial de fútbol. Preparativos. Pequeño inconveniente. Su mujer y sus amigos. Solución sugerida.



Comienza el campeonato mundial de fútbol —algún día tenía que pasar—, y usted, que ha venido concentrando para el evento desde hace quince días, ya se relame imaginándose a sí mismo desparramado en el sillón del comedor diario en calzoncillos, con el fixture sobre la buzarda, un aperitivo de moderado contenido alcohólico y una bolsa de papas fritas bien grasosas. El acontecimiento demanda la mayor de las diligencias a la hora del planeamiento y la ejecución, por lo tanto ha hecho los deberes con una dedicación que no demuestra ni siquiera en aquellos temas de la vida familiar o laboral que pueden calificarse como responsabilidades a su exclusivo cargo. Y no está mal, no se sienta culpable. Una celebración que se lleva a cabo una vez cada cuatro años debe ser atendida con el mayor de los entusiasmos, aun en desmedro de los propios intereses.

El problema radica en que su concepción de la felicidad, tan clara, tan concreta y tan acabada, ha venido a diferir —una vez más— de la de su mujer. Más allá de la actitud diligente que ha exhibido en este último instante crítico (comprando las papas fritas, el aperitivo y el fixture en tiempo y forma), ni en la peor de sus pesadillas contaba usted con la siguiente declaración:

“Mi amor, mañana vienen mis amigas a ver el partido de la selección. Por suerte también vienen los maridos, así que vas a poder verlo con ellos y no te va a resultar tan aburrido”.

La bomba explota dentro de su cabeza con una potencia inusitada. Las preguntas se agolpan pidiéndose permiso unas a otras para salir.

¿Qué le hizo pensar a su mujer que usted, habiendo declinado incluso la invitación de sus propios amigos para no ser perturbado por ninguna circunstancia que se pareciera a una distracción, ardía en deseos de ver el primer partido en compañía de los esposos de sus amigas?

¿Exactamente cuántas amigas ha invitado?

¿Por qué no consultó el simpático programa con usted?

¿Va a tener que compartir sus papas fritas y su aperitivo?

¿TAN aburrido?

¿Puede, de todos modos, ver el partido en calzones?

Es probable que en la mente del miserable de ley, el asunto de las papas y el aperitivo se represente antes que todo lo demás, pero más tarde o más temprano el resto de los ítems también saldrán a la luz.

Cualquiera sabe que existe una diferencia sustancial entre amistad y tolerancia. Usted se tolera con los esposos de las amigas de su mujer, pero nada más. Una cosa es una cena en un sábado cualquiera del mes, y otra bien distinta es un partido de la selección argentina en el marco de un campeonato mundial. Usted lo siente así, y está seguro de que ellos lo sienten de la misma manera. Vendrán, claro que vendrán, pero a contra voluntad y con una cara de ‘yo no quería pero me amenazaron’ muy difícil de disimular.

Y mejor no entremos a considerar la posibilidad cierta de que la parejita que usted más detesta llegue de la mano de ese nene que tan simpático le cae. Sí, ese que por lo general exhibe un comportamiento que bien podría valerle un pasaje de avión a Sudáfrica (por supuesto costeado por la AFA) junto con los miembros más destacados de la ONG Hinchadas Unidas Argentinas, y —por qué no— la correspondiente deportación apenas habiendo puesto el primer pie en el aeropuerto de destino.

El panorama no puede ser más desalentador. Es hora de que el miserable que lleva dentro defienda sus preciadas papas fritas y, de paso, trate de aportar una solución de último minuto que salve a los otros cristianos de una expedición que obviamente no desean emprender.

— No mi amor, perdón pero yo ya arreglé para verlo en la casa de mis viejos. Van todos mis hermanos.

— ¿Pero entonces qué van a hacer Daniel, Mario y Tito?

— Y… que arreglen con SUS amigos. Además seguro que eso es lo que prefieren hacer.

— Ah, pero entonces las chicas no van a poder venir. Solas y de tan lejos… ninguna maneja, y en tren son mil horas.

— Qué pena.

— ¿Y por qué no van todos a lo de tus viejos?

— Noooooooooo… no puedo llenar la casa de desconocidos; mi viejo se va a sentir incómodo.


Y ese es el final de la discusión. Jaque mate. Por supuesto que toda victoria tiene su precio… ahora deberá ver el partido de visitante, estar vestido y compartir su comida rica en grasas. Pero la casa paterna siempre está bien provista en lo gastronómico, no me diga que no. Lo que le darán a cambio superará en cantidad y calidad a su mísero paquetito de papas y su aperitivo barato.

¿Qué le pasa? ¿Por qué se sigue quejando?

Qué quiere que le diga… si no le gusta hubiera roto el chanchito para irse a Sudáfrica todo el mes como hicieron sus amigos (ahora veo por qué estaba solo en su casa). Ahí nadie lo estaría molestando.

No, no le costaba nada. Y además, en ese tren de ahorro que parece ser el norte de su vida, habría podido orientarse con la “Guía Mundial 2010 para el Miserable de Ley”, que estará disponible próximamente en este humilde espacio.

Ahora a llorar a la iglesia. O a la casa de sus padres. Como usted prefiera.


Tengan ustedes muy buenas noches.

El efecto Doppler-Ramírez

El efecto Doppler es el cambio en la frecuencia del sonido (en rigor, de cualquier fenómeno ondulatorio) que percibe observador cuando la fuente del sonido está en movimiento respecto de este observador.
Un ejemplo al alcance de cualquiera es el conocido sonido del motor de un vehículo de carrera, que al acercarse al observador se escucha muy agudo y que tras pasar por la posición del observador y luego alejarse el sonido se percibe más grave.
http://es.wikipedia.org/wiki/Corrimiento_doppler






Oficinas centrales de Kag & Onos. Viernes 11:34 hs



Beatriz se levanta de su escritorio como impelida por un resorte. Toma los papeles que están sobre el mismo y se dirige con paso resuelto hacia el escritorio de Ramírez, rezongando a viva voz:

Beatriz:- No puede ser, Ramírez, ¡siempre lo mismo! ¿Cómo hay que hacer para que firmes los memos? ¿Que soy yo? ¿Tu mamá diciéndote que tenés que hacer la tarea? ¡Que cosa!

Beatriz llega al escritorio de Ramirez, arroja los memos y se cruza de brazos, mientras golpetea con uno de sus pies el suelo, bufando. Ramírez se pone de pie e inmediatamente se agacha para mirar debajo del escritorio, murmurando.

Ramírez:-¿Donde está? ¿dónde quedó?

Beatriz:-Si buscás tu lapicera está ahí, ¿no la ves?

Ramirez (rebuscando entre los papeles del escritorio):-No, no...no es eso...

Beatriz:-¿Y qué buscás, se puede saber?

Ramirez:-Tu sonrisa, corazón....vos tenías una sonrisa...hermosa, tu sonrisa (simulando buscar)...estaba por acá....

Beatriz (sonriendo):- ¡Que bobo sos!

Ramírez:- ¡Ahí está! ¿Ves? No podíamos perderla...hasta enojada sos un bombón, pero con esa sonrisa sos irresistible...¿cuando vas a aceptar salir conmigo?

Beatriz (sonriendo más):- ¡Epa! deberías primero divorciarte vos, divorciarme yo, y después vemos...yo que vos espero sentado, chiquito...

Ramírez(firmando los memos):- Soy paciente, chiquita....

Beatriz:- Si, claro....hacete el piola.... si te llego a decir que sí vas a arrugar como frenada de gusano...

Ramírez (entregándole los memos firmados):-Probame....

Beatriz:- (yéndose) ¡ja ja ja ja! ¡Seguí participando!


Maldini se acerca al escritorio de Ramirez, mirando el sugestivo bamboleo de caderas de Beatriz

Maldini:-¿Y eso que fue?

Ramírez:-¿Eso? una instancia práctica del "Efecto Doppler-Ramírez", también conocido como "Efecto del cambio de tono del rezongo de la mujer conforme se acerca o aleja de la fuente de piropos"...

Maldini:-No podés ser tan nerd...

Ramírez:-No, no puedo pero de alguna manera me las rebusco....




¿Y Ahora qué le pasa?



Fantasías inanimadas de ayer y hoy, by El Sr. F.

Qué lindo que es estar de vuelta, lector. De vuelta. Volver a volver. Con la frente no marchita, pero sí algo chivada. Tuvimos que correr bastante.



Estoy empezando a pensar que debería haber negociado mejor mi contrato de trabajo. Digo, en menos de tres meses, tuve que batirme a duelo con Harry Potter, y huir de un pac man enviciado. Aunque sea, debería tener ART.

No sé, voy a tener que hablar con los muchachos del SUABA a ver si me consiguen algo.

Por lo menos, como el resto de la gente del MIB se sigue negando a entrar al baño de mujeres, (y tampoco leen mi columna) nadie se avivó de los cambios que le hice a mi oficina. Estoy tratando de averiguar como hacer un encantamiento confundidor, para poder darle sillas, escritorio y una máquina de café al resto de los muchachos sin que Su divina Alopecia se entere, pero por ahora los resultados no son óptimos.

Más bien lo contrario. En mi último intento, le disparé a Lavallos, el contador de MIB, para que girara recursos para comprar papel higiénico (Bugman sostiene que se agotó mientras nosotros dormíamos.. sospechoso), pero lo único que conseguí fue que se olvidara de pagarle a Edesur. Casi lo rajan, pobre.

¿Cómo, F, tienen contador?

Por supuesto, lector. Probablemente ustedes no se dan cuenta, pero MIB es mucho más que siete gandules siendo guiados por un Calvo maléfico. MIB es una Pyme, que necesita un personal para atender las necesidades de todos los días. (para otras necesidades, también necesitaríamos papel higiénico. Pero ese es otro tema)

En artículos anteriores, ya mencioné a González, el de limpieza. Un buen tipo, con un sentido del humor parecido al del conserje de Scrubs, pónganle. También está, en teoría, Fernando, el chico de sistemas... que hace como cuatro meses que viene prometiendo arreglar la red LAN. Desde febrero que no se lo ve. No se si porque Bugman lo despidió, considerándolo innecesario (claro, él sí entiende algo de computadoras), o si simplemente consiguió un mejor laburo. El tema es que seguimos sin LAN.

Además, está el contador, claro, y no podría olvidarme de Victoria, la secretaria personal del Sr. Bugman... mamita. Los redactores tenemos estrictamente prohibido hablarle desde noviembre.. no sé por qué, pero sospecho que Briks tuvo algo que ver con eso.

En fin, como verá, hay bastante gente. Tercerizamos algunos otros servicios, también.. De ahí nuestro vínculo con Kag & Onos, por ejemplo.

En algún momento volveremos hablar del resto del personal.. González me pasó un par de dudas para el YAQLP, pero me pareció que calificaban más para la sección de Briks.. o la de yoni. O las dos a la vez. En cualquier caso, prefiero dejarle esos temas a mis abogados (Briks y Yoni, justamente)

pasando a lo que nos compete..

Aldo, de San Miguel, nos pregunta:

Dígame, F, ¿Por qué la gente duda? Realmente no puedo entender a la gente que se pasa preguntándose cosas. Yo siempre digo que no dudo nunca, que la duda es una jactancia de los intelectuales. A ver si me lo puede explicar.. y no me venga con paparruchadas filosóficas, tireme la posta, zurdito pusilánime!

Bueno, Aldo.. La gente duda porque el mundo es un lugar complejo en el que todo el tiempo se presentan distintas alternativas a seguir, cada una con distintos resultados, muchos de los cuales son deseables, pero contradictorios.

Por ejemplo, yo hace dos horas dudé entre escribir esta sección o terminar el TP que tengo que hacer para mañana a la tarde. Como el TP es una cosa bastante sencilla y no quiero ser azotado por Bugman, elegí completar primero la sección de MIB y luego hacer el trabajito.

Pero después voy a tener que hacer el trabajito, si no, recurso esa maldita materia.. cosas de la vida.
La vida, querido Aldo, es como un "Elige tu propia Aventura" a tiempo real. (ah, Aldo, le aclaro. "Elige tu propia aventura" es un libro para chicos. Un libro es una serie de hojas de papel, encuadernadas de modo tal de que sigan algún orden lógico. O no. Y los chicos son los seres humanos en edad de desarrollo.. o mejor dicho, los menores de edad. O sea, los que todavía no pueden ser conscriptos. Se entiende?)

Por otra parte, usted se da cuenta que lo que usted acaba de hacer es una duda, no?

NO; ALDO, QUÉ HACE? PERO BAJE ESA ARMA, POR FAVOR! SI, CLARO QUE ES UNA DUDA! SI, NO TENGO NINGUNA DUDA AL RESPECTO, GUARDE ESA PISTOLA, POR FAVOR! PERO NO, NO LO HAGA! SI, POR SUPUESTO QUE TIENE OTRA OPCIÓN, PIENSELO!

Se mató, nomás. Qué enchastre.Y manchó el tapizado, el muy guacho.

A González más le vale no hacerse el gil, si no me ayuda a limpiar esto le digo a Bugman qué es lo que está haciendo con su café, exactamente...


Saludos!!!!

pd:

Como siempre: En caso de tener alguna duda que quieran que conteste en la próxima edición, déjenla en los comentarios!!!

Raro ... Todo muy raro

Fugaces imágenes de los extraños acontecimientos que ¿viví? estos días todavía destellan en mi cabeza.
Y es que sigo sin comprender aún que fue lo que pasó en verdad ¿Habrá sido real? ¿Habrá sido solo un sueño? ¿Habrá sido una alucinación producto de una intoxicación por colorante? ¿Habrá sido una distorsión en la curvatura del espacio tiempo que me trasladó astralmente hacia múltiples universos paralelos en una fracción de segundo? ¿Habrá alguna posibilidad de pedir una indemnización por haber pasado por esto? ¿Tengo que denunciarlo a la A.R.T.?
No lo sé. Son preguntas que, para mí, quizás nunca tengan una respuesta. No porque me sea imposible responderlas, sino porque la verdad es que me da un poco de fiaca ponerme a averiguar.
Al fin y al cabo ya pasó, ya estoy acá de vuelta y dentro de todo salí bastante entero.
Podría haber sido peor, que se yo...

La cosa es que, aparentemente, aunque los sucesos anormales parecen haberse terminado, es como que no pasaron así nomás, sin dejar consecuencias.
Algo raro pasa acá en la redacción.
No se bien qué es, pero es raro.
Todo parece estar igual que antes, pero distinto. O sea, es distinto, pero como que no mucho. No se si se entiende. ¿Ah no? Bueno, traten. No puedo hacer todo yo.
Lo que quiero decir es que es como si algo hubiera quedado impregnado en el ambiente. Y no me refiero al olor a humo producido por los múltiples incendios provocados por el Sr.Viejex. No, no. Es otra cosa. Algo mas profundo. Es como si algo en nuestro interior hubiera cambiado, pero de forma sutil. Tan sutil que es casi imperceptible. Pero sin embargo se siente. Se nota. Poco, pero se nota. Aunque uno trate de ignorarlo. Como los gases de las visitas. Todos de dan cuenta de que están ahí, pero nadie se hace cargo.

Pero eso, dentro de todo, no es lo mas extraño del caso. Porque acá pasa algo extraño, no se si lo dije. ¿Ah si? Bueno, no me acordaba. Es que estoy un poco disperso por esto de que acá las cosas están medio raras. ¿Ya dije que acá las cosas están medio raras? ¿Si? Ok, me parecía.

A lo que iba es que, luego de todo lo que pasó, no solo los muchachos y yo quedamos medios tururulos.
Algo aún mas extraño es que, además de nosotros, algo raro pasa también con el calvo esclav … ejem … digo, con el Amado Líder.
Sucede que, desde que volvió de su viaje de negocios (uno que no sabíamos que había realizado ya que nos volvió a engañar con el viejo truco de dejar un maniquí sentado en su escritorio como reemplazo), que se lo ve cambiado.

Está distinto. Está como mas … humanizado, aunque cueste creerlo.

Sin ir mas lejos (porque me canso), el otro día me tocó a mi, luego de arduas negociaciones con el resto del grupo (en realidad hicimos un campeonato de Chinchón y yo perdí miserablemente) ir a solicitarle autorización para que con los muchachos podamos ver los partidos de la Selección cuando caigan en horario laboral (lo cual asumimos que ha de ocurrir seguido ya que nuestro horario laboral es de 00:00 a 24:00 hs.) y, contrariamente a lo que esperábamos, nos dijo que si sin poner objeción alguna.
Y no solo eso sino que durante la reunión, lejos de lo que suele hacer cuando vamos a pedir algo (azotarnos con el látigo al grito de “¡Dejen de sacarme cosas y trabajen, manga de gandules!”) noté que me miraba casi con ternura (y medio que también parecía como que contenía la risa, pero eso puede haber sido solo una apreciación mía. No creo que yo le cause gracia. Yo soy un tipo muy serio).
Pero eso no fue todo.
Lo mas impactante fue que, un rato después, se nos apareció sorpresivamente en los cubículos con una bolsita en la mano.

-Tomen- dijo con tono paternal –Ya se viene el invierno y van a querer tomar algo caliente.

El Sr. Pablo se adelantó lentamente, tomó la bolsita, y al mirar en su interior estalló en llanto.

El Sr. Bigud se acercó a consolarlo.
-¿Qué pasa?– preguntó.

El Sr. Pablo, visiblemente emocionado y sin poder emitir palabra solo atinó a tomar la bolsa y extraer lo que había en su interior.
Todos nos quedamos sin habla, con los ojos húmedos por la emoción de lo que estábamos viendo.

Un frasquito de café, de verdadero café, era exhibido por la temblorosa mano de Pablo.

Está bien que era un frasco chico, que nosotros somos siete, y que se nos aclaró que debía durar todo el invierno y que su valor nos sería descontado si alguna vez logramos que se nos pague por lo que hacemos pero, al fin y al cabo ¡Era café de verdad!

-Gracias Amado Líder- apenas atinó a decir el Sr. F. haciendo pucheros.

-Gracias, pero yo no voy a tomar café– dijo el Sr. Mariano mientras ponía el agua a calentar.

-Si, gracias- exclamó el Sr. Viejex mientras le arrebataba la bolsita al Sr. Pablo y la prendía fuego.

-No hay de que, muchachos. No hay de que– respondió el Sr. Bugman mientras se retiraba a su oficina.

-¿Vieron? No nos llamó “gandules”– dijo el Sr. Briks acercándose a la pequeña hoguera iniciada por Viejex para calentarse un poco, ya que solo vestía su traje de invierno (una zunga de lana, medias tres cuartos y una bufanda).

Casi sin emitir palabra nos preparamos un cafecito cada uno (livianito, muy livianito. Casi diría que era agua sucia, pero bueno, algo de gusto a café tenía y fue mucho mas agradable que el gusto del colorante) y volvimos a nuestros cubículos, apenas pudiendo creer lo que había pasado.

Al rato, escucho que el Sr. Bugman me llama por el intercomunicador (bah, me gritó desde la puerta de su oficina).

“Claro, lo imaginaba. Sabía que era demasiado bueno para ser cierto. Ahora seguramente se vienen las represalias y, para variar, la voy a ligar yo” me dije a mi mismo mientras me dirigía hacia la oficina del Amado Líder.

Apenas llego, me recibe con un inusual único latigazo de bienvenida.
Lo dicho, está raro. Generalmente son varios latigazos, dependiendo del humor con el que ande.

-Luego de nuestro encuentro de los otros días, no puedo dejar de notar que Ud. siempre está muy bien dispuesto para pedir cosas Sr. Renegado– me dijo mientras le daba un largo sorbo a una humeante taza de café con cognac.

-Bueno, si, pero no es que sea una decisión mía. Lo que pasó fue que jugamos al Chinchón y …

-¿Qué tal si muestra el mismo entusiasmo para trabajar, ya eso es por lo que no le pago?- me interrumpió levantando una ceja y acariciando suavemente a Pupi, que, acurrucado en sus brazos, me miraba torcido mientras me gruñía mostrándome los dientes.

-¡Pero si eso es lo único que hago desde que estoy aquí Su Brillante Majestuosidad!- le respondí, llamándolo de una de las formas que estipula el contrato.

-Si, pero… es como que lo que Ud. ofrece ya no me alcanza. Quiero mas- me dijo -Quiero un cambio. Quiero que haga como el resto de sus compañeros cuyos artículos, además de ser mucho mejores que los suyos y muchísimos mas comentados, brindan un servicio a los distinguidos lectores de este sitio. Los hacen pensar … o algo parecido.

-¿Un servicio Su Calva Eminencia? ¿Pero qué servicio podría brindar yo, que no se hacer prácticamente nada?- respondí con esa humildad que nos caracteriza a los grandes de verdad.

-Eso lo tengo bien claro mi estimado gand … eehhmm … jov … no … eehhh … bueno, Ud., pero no me interesa. Si Ud. no sabe de nada, cosa que no le discuto, vea si puede encontrar a alguien que sepa de algo y bríndele su espacio. Que se yo. Ingénieselas. Póngale onda. Por su bien le digo. La cosa es que quiero que en alguno de sus próximos artículos se brinde un servicio. Quiero que dé. Hay que dar. Como yo, que siempre doy- me dijo mientras me daba otro latigazo.

-Pero, Su Divina Alopecia, ¿Quién aceptaría venir a trabajar aquí como nosotros, o sea, sin obtener una retribución monetaria a cambio?

-Ahhh el vil metal. Siempre el vil metal- respondió meneando la cabeza –Ud. no debe preocuparse por eso. Yo, como empresario, hombre de negocios y futuro Emperador del Universo, sé como funcionan estas cosas y obviamente, me ocuparé de que quien realice el trabajo sea debidamente remunerado. Quédese tranquilo.

-Pero ¿Y entonces por que a nosotros no …

-¡Suficiente! ¿Por qué a ustedes que? ¿No acabo de llevarles el café que tanto querían? ¿No les voy a permitir ver esa cosa que les gusta a ustedes … Ehhh, eso de los tipos corriendo … Eso con la cosa redonda …. Peero ¿Cómo es que se llama?

-Fútbol, su Iluminadísima Calva Sagrada.

-Bueno, si eso. ¿No les concedí que vean fulbot, fucbol o como se llame eso, incluso en horario laboral?

-Si, pero…

-¡¿Pero?! ¡¿Todavía tiene un pero?! ¡Ustedes son insaciables!

-Perdón. Si, tiene razón. No dije nada. Gracias Amado Líder. Gracias– dije mientras retrocedía haciendo reverencias.

-Bue, está bien, no se preocupe. Vaya nomás– me dijo mientras me daba otro azote, casi cariñoso, y me concedía unos generosos tres segundos de ventaja (¡Es increíble lo cambiado que está!) antes de soltar a los perros.

Abandoné la oficina, y mientras me dirigía a mi lugar de trabajo pensaba que, la verdad, esta vez un poco de razón tiene.
Nos deja ver el Mundial, nos dio café de verdad, le sacó las puntas metálicas al látigo; es como que el calvo está haciendo una esfuerzo por tratarnos mejor.
Quizás esto sea el principio del cambio que tanto anhelamos.
Quizás dentro de poco nos permita disfrutar de un franco, nos ponga sillas en los cubículos y hasta nos conceda mas de los dos minutos que tenemos ahora para ir al baño.
Quien sabe.

Por las dudas, creo que esta vez debo hacerle caso.
No vaya a ser que se arrepienta, se le pase el ataque de bondad y después la culpa la tenga yo.

Voy a ver si me pongo en campaña para conseguir a alguien que pueda utilizar mi espacio para ofrecer alguna clase de servicio o enseñanza útil para los que leen.
Al fin y al cabo, teniendo en cuenta la bola que le dan a lo que yo escribo, es obvio que cualquier cambio va a resultar beneficioso para el sitio.

Es mas, quizás todo esto sea una señal, un mensaje del destino, y sea tiempo de dar un paso al costado en nombre de un mayor bien común.

Si, quizás sea lo mejor.

Total no creo que se me extrañe demasiado.
Capaz que es lo mej …. No… A ver, pará … Momentito … Pensándolo bien … ¿No será todo una treta?

¿No será que estos supuestos cambios de actitud no son mas que otro de los perversos juegos mentales a los que parece haberse acostumbrado el Sr. Bugman?

¿Y si es todo una tramoya para hacerme bajar la guardia?

¿Y si resulta que traigo a otra persona y me termina serruchando el piso?

¿Y si esa fue la idea desde el principio?

¡¡¿Y si resulta que todos están confabulados?!!

No es que yo sea paranoico pero … ¡¡¡¡¿¿¿¿Y si están conspirando entre todos para hacerme a un lado????!!!!!

No, no creo. Bueno, no se… ¿Será? No, no. No ... ¿O si? ... Mejor, por si acaso, voy a andar con cuidado.

Después de todo lo que pasó acá, nada me extrañaría.

Como dije, esto está raro. Muy raro.