DIARIO DE GUERRILLA - DIA UNO


Apuntes de combate. Reflexiones y elucubraciones de un BRIKS que resiste a las fuerzas invasoras desde su muy secreto escondite de calle San Martin 328 piso 2 Dpto. A (el balconcito de rejas verdes)



El calor es agobiante.
El sol inclemente y la arena que traje en las zapatillas con las que bajaba a la playa evocan, en mi, las imágenes de “la tormenta del desierto”.
Me desalienta pensar que las fuerzas que enfrento tienen más experiencia que yo en el combate entre las dunas; sin embargo, ahora sé que no fue en vano haber pagado esas dos horitas en el paint-ball de Pinamar.
Me felicito por eso mientras miro de reojo el trofeo que obtuve en esa oportunidad. Aún no comprendo los reclamos de algunos padres.
Es sabido que en la guerra, cuando uno se queda sin municiones, resulta lícito utilizar cualquier elemento para defenderse. Incluso si el enemigo es un niño de 12 años.
Acaso en Angola no hay milicias enteras de infantes?
En una semana a ese niño no le quedará ni el recuerdo del chichón, por el contrario, le he regalado una enseñanza que difícilmente pueda olvidar durante el resto de su vida.
Y eso no me lo han agradecido esos malos padres.

Que calor !
El servicio meteorológico anuncia una sensación térmica de 45 grados. No es normal.
Claro que no lo es.
Bajo la administración Reagan se anunció con bombos y platillos y desfiles y fuegos artificiales y porristas y barbacoas y carteles luminosos...en fin todo eso que le encanta a los yankees, la llamada “guerra de las galaxias” y de buenas a primeras..ZAS! no se habló más del tema.
Denuncio, hoy y aquí, que Barack Obama – en pos de llevar a cabo su maléfico plan - esta utilizando la tecnología de aquellos años.
Básicamente se trata de recalentar ciertas zonas del globo a fin de aniquilar sus recursos naturales.
Adjunto un croquis casero.


Maldito calor !!
No ayuda que tenga vidrios y persianas cerradas. Es para evitar ser observado por satélites enemigos. Ninguna precaución es poca con las fuerzas imperialistas.

El teléfono no cesó de sonar desde que volví.
Sé que son mis padres porque han dejado como 28 mensajes de voz. No pienso atender. Estoy convencido que las líneas están intervenidas, por otro lado…es probable que mis progenitores se encuentren – a esta altura – amenazados y disquen a punta de pistola. Esto último es, para mi, una certeza.
Refuerza mi idea el llanto angustiado de mi madre, disimulado tras una falsa preocupación por mi paradero y sus reclamos por no saber nada de mi desde que anuncié mi regreso a la ciudad, hace ya casi una semana.

Uff. Lo peor es este calor…

No pierdo de vista que ésta – MI sección – es una columna de sexo.
Debería escribir algo al respecto, como señal a los lectores. Un guiño cómplice.
No me rindo ! Estoy aquí !!

La soledad y el encierro al que me he sometido voluntariamente me inspiran a documentar las 224 distintas maneras de autosatisfacerse. Vislumbro la posibilidad de escribir un tratado. “Onanismo para egoístas”. Podría ser un libro de autoayuda (ji ji ji) o un manual (ji ji ji). Mientras me alegro por no haber perdido el buen humor, a pesar del agobiante calor, pienso en algún editor que me pueda dar una mano…
Para peor, el asedio psicológico es terrible (culpo a Obama. Tomen nota los organismos internacionales). El televisor no deja de bombardearme – día y noche - con mensajes...no ya subliminales...ni siquiera con doble intención sino más bien bastantes explícitos: “mandá chancha, mandá gomas, mandá caliente, vecinita, tanga, poto, carne, bebe, fiesta”… AAAAHHHHH.

Con el objeto de no perder la cordura cedo a los deseos de la carne y me arriesgo. He citado a una señorita que ofrecía sus servicios por Internet: Anita – "la guerrera".
Su mote se me figura como una señal, un mensaje…una revelación! (además, por $ 50 te hace de todo)
Se trata de una morocha de curvas generosas y rasgos marcadamente latinos. La foto que ilustra su mensaje la muestra tremendamente parecida a Pamela David. Es más, juraría que se trata de ella. Descarto la idea casi de inmediato. Que haría Pamela en Bahía Blanca en el mes de enero?
Al pie de la imagen una leyenda me informa que Anita (la guerrera) promete cumplir todos mis deseos…
Podrá devolverme al lugar que nunca debí dejar en el MIB?
OOPS!
Por qué surge – ahora – el nombre del MIB? Qué tiene que ver esta desconocida??
Un halo de sospecha maldiciente me invade, siento un escalofrío que recorre mi espalda… es una gota de sudor. Realmente hace mucho calor. Me falta el aire, las paredes se ciernen sobre mi y se me nubla la vista.
TIMBRE.
Me maldigo por no haber convenido una contraseña; algo del tipo “grazna el ganso salvaje en los esteros correntinos con el crepúsculo de invierno?”
graaa graaa” – debería responder ella; parada sobre su pierna izquierda, recogida en el aire la derecha y batiendo ambos codos como un avecilla inocente.
Ya es tarde.
Abro la puerta escondiendo en mi espalda un bate de béisbol, recuerdo de mis vacaciones en Puerto Rico. Ya les contaré.
La hago pasar y con la mano libre le extiendo un billete de $ 50.
Qué es esto?” pregunta ella mientras guarda el dinero en su escote. Lindo escote.
tu dinero” – respondo firme y agrego, señalando el monitor de la PC con el mentón, “ahí dice que por $ 50 haces de todo”.
Ella sonríe maliciosa y me informa, con un gesto que interpreté como una mezcla de desprecio, sorna y superioridad…
dólares, darling, 50 dólares”.


Eso la perdió.
Se trataba, sin duda, de un agente de la CIA. El uso involuntario de su lengua natal y la referencia a su moneda nacional me dieron la clave.

Le abrí la cabeza de un batazo antes que atinara a nada. Dejé el cuerpo en la bañera mientras evalúo cómo deshacerme de él.
Quizá lo mejor sea cortarlo en trozos pequeños fáciles de transportar...o de meter en una empanada.
Ya veré.
Ahora me voy a tomar una coca zero helada.

QUE CALOR QUE HACE

Quién in blog II - Briks vs Obama

La dirección se complace en continuar con este escándalo. Huelgan las palabras.







Barack Obama:
Abogado afroamericano de modales refinados, actualmente ejerciendo el cargo de Presidente de los Estados Unidos de América. Brillante orador, ha logrado ser candidato al nobel de la paz y ganarlo siendo el comandante en jefe de una nación que, aún bajo su mandato, envía tropas de ocupación a países lejanos y capaz de decir sin inmutarse en su discurso de premiación que “algunas veces la guerra es necesaria” Un grosso
Briks: 
Abogado morochón, le faltan un par de tonos o un par de horas de sol para ser considerado afroamericano. Sus modales dejan bastante que desear, sin embargo es capaz de cautivar sino con sus intervenciones orales, con su convocante prosa, especialmente cuando la temática se basa en el sexo. Jamás lo postularán para el Nobel de la paz, pero en sus labios la frase “Hagamos el amor y no la guerra" suena mucho mas creíble que en los labios del negro hipócrita actual presidente de los EE.UU.


Barack Obama:
Obama admitió haber consumido marihuana, cocaína y alcohol en su adolescencia.(*)
Briks: 
Es un eterno adolescente


Barack Obama:
Después de trabajar durante cuatro años en Nueva York se trasladó a Chicago, donde fue un activo organizador comunitario.
Briks:
Si le dieran rienda suelta, Dios mio, ¡las cosas que podría organizar!


Barack Obama:
Su aparición en la siguiente fotografía fue amplísimamente comentada.
Briks:
Si Briks hubiese estado presente en esa reunión, nadie se acordaría de la participación del señor Obama.





(*)Disclaimer: Yo no lo escuché de sus labios, Mr Obama. Mis fuentes de información al respecto son Wikipedia.y el New York Times. Vaya y hágale juicio a ellos.


Hagan sus apuestas






¿Y ahora qué le pasa? (Edición veraniega)

"inserte frase tipo currículum para describir esta sección aquí", by El Sr. F.






aaah...

Queridos lectores, interrumpo mis vacaciones momentáneamente, para responder las preguntas que me mandaron.. antes de que Bugman (o Skeletor, qué se yo) me mate.

Imagínenme bajo una sombrilla al sol, sentado con mi laptop en una playa paradisíaca, mientras me tomo un mojito, me fumo un habano y divago. Y yo también me lo imagino, porque estoy en un ciber en algún lugar de la Provincia del Neuquén, son las 9:20 de la noche y no fumo.

Hace bastante frío, pero eso, después de haber estado 3 horas en la terminal de retiro, el viernes pasado, se agradece bastante. Está más para un whisky que para un mojito, pónganle.

¿Donde está, precisamente, F?

Lo siento, lector, pero no voy a contestar eso. Prefiero mantener mi privacidad.. no sea cosa de que mis fans vengan a seguirme hasta acá a que les responda preguntas.. en teoría mis vacaciones son de eso también.

¿Y por qué está respondiendo preguntas entonces? Y además... qué fans???

Estoy respondiendo preguntas porque esto es un servicio público, y por que si no Bugman me mata. Además, ahora que estamos en período de renovación de contratos, más vale ponerme las pilas.

Y bueno, mis fans, mis lectores..

PERO NO SEAS CHANTA; EFE! SI ACÁ TE LEEN CINCO GATOS LOCOS, Y NO ACTUALIZÁS LOS EXPEDIENTES SECRETOS F DESDE SEPTIEMBREEE!!

Es cierto, haco un mea culpa con lo de los Expedientes.. tuve otras prioridades el año pasado.. cuando vuelva a Capital (y termine con los finales) pretendo volver a escribir ahí, pero no prometo nada...

Aparte, lector.. no me falte el respeto, por favor.. usted no sabe nada de mi vida más allá del MIB (y por lo visto, de los expedientes). La "F" puede significar muchas cosas.. usted qué sabe que yo no soy Fito Páez o Ricardo Fort? ¿o Francis Ford Coppola?

Déjese de jorobar, F.. usted escribe demasiado bien en castellano como para ser cualquiera de esos tres. Y yo lo vi una vez en una de las reuniones de SUABA, y más que a Ricardo Fort, usted se parece a Harry Potter (por suerte)

Sí... me parezco.. OBLIVIATE!!!!

goddamn mugg..
En fin, donde estábamos?

Ah, sí:

Beatriz, de Villa Paranacito (Entre Ríos) nos cuenta que quedó fascinada por el espectáculo del mago Garabato, que hace poco actuó en el teatro de su pueblo. Quiere saber cómo hizo el mago para hacer aparecer un conejo de su galera, y a dónde fueron a parar los pajaritos que hizo desaparecer.

Primero que nada, Beatriz, dejemos en claro que, lamentablemente, todo eso fue una ilusión; la "magia" no existe, son puros cuentos de aquellos que tienen un talento especial para engañar a la gente con trucos bonitos y quieren ganarse la vida con eso, ok?

Después, no se muy bien como hizo para meter el conejo, pero espero que antes haya forrado con papel la galera. Y con respecto a los pajaritos, tampoco estoy del todo seguro de en dónde están, pero más le vale que los traiga de vuelta, o va a tener problemas con la Sociedad Protectora de Animales.

A menos que sean palomas, claro. A esas ni los hippies las quieren.

Saludos!!!

pd: No, por suerte, no estoy en Neuquén capital.

pd2: Tratarè de conectarme mañana para contestar las preguntas que surjan.

¡Molōn labe!



La frase Molon labe ó Molōn labe! (en griego ΜΟΛΩΝ ΛΑΒΕ), cuyo significado es "Venid y cogedlas", es una expresión clásica de desafío que, según Plutarco,Leónidas  pronunció antes de la batalla de las Termópilas y ante la demanda del ejército persa de que depusieran sus armas. (Wikipedia)




Una página destacada en la historia de la ignominia es la que acaba de escribirse en este, otrora prestigioso espacio.
Junto con un pequeño grupo de leales seguidores (que ahora no están conmigo porque me dijeron que tenían que salir a hacer unos trámites, pero en cualquier momento vuelven, me pregunto qué trámites serán que les llevan tanto tiempo, ya van tres días, lo que es la burocracia) me encuentro aquí firme y dispuesto a resistir en mi puesto, desafiante ante la ridìcula pretensión de desplazarme a raíz del resultado de una encuesta a todas luces irregular y fraudulenta.
Recordemos el muy específico procedimiento por el cual en casos excepcionales el Amado Líder puede ser removido del cargo:

1.- El voto unánime de una Comisión integrada por tres buzos tácticos, dos anacoretas, el último Campeón Mundial de Badmington y dos integrantes de MIB capaces de sostenerle la mirada al Amado líder durante cuatro minutos.

2.- Una lucha a muerte con toallas mojadas, cuyo vencedor pasará a ser el Amado Líder.

3.- El asesinato del Amado Líder.



Así las cosas, una encuesta, plebiscito, compulsa o consulta popular no resulta legítima, pero si a eso le sumamos la evidente manipulación de los resultados, estamos en presencia de un complot. Así, con todas las letras. Las dos oes, la ce, la eme, la pe, la ele y la te. Desconozco quien o quienes están detrás, al costado o al frente de esto, pero tengo mis sospechas. Tengo muchas sospechas. Sin ir más lejos, sospecho que eso del Reduce Fat Fast es un timo.


Por lo tanto, declaro nulo de toda nulidad el resultado de esta encuesta que además era nula desde el principio aunque no hubiera terminado con un 60% a favor de Skeletor, que además, vamos, si ustedes se quejan de mí no tienen idea de lo que es ese muchacho.


Así que señores, aquí estoy. No renunciaré. Estoy atrincherado.Vengan a buscarme si quieren. Digo, podrían esperar a que el pequeño grupo de leales seguidores que me acompañaba hasta hace unos días regresara de hacer esas diligencias que tan complicadas resultaron ser, pero no es imprescindible.



¡Molōn labe!




Quién in blog

Llega el cambio de año y con él el descanso, los momentos de solaz y esparcimiento para aquietar las turbulentas aguas del espíritu en el remanso…de los lugares...que…en fin, el momento para descansar. La cosa es que en MIB este tiempo está lejos de esos cánones: es el tiempo de la renovación de contratos. Por motivos que escapan a nuestra comprensión, aunque no recibimos un peso a cambio, nos vemos obligados a firmar voluminosos contratos que nos comprometen a un sinnúmero de obligaciones. Alguna vez hemos cuestionado el no recibir dinero a cambio de nuestros servicios, pero desde la dirección se nos dijo que el presupuesto asignado al personal se había acabado en la impresión de los voluminosos contratos que nos comprometen a un sinnúmero de obligaciones. Lo más raro de todo es que nos pone nerviosos que no nos renueven ese contrato. Algunos dicen que es una variante del síndrome de Estocolmo.

Este año la dirección de Recursos Humanos definió que el blog está buscando un nuevo perfil. Uno que les guste a los lectores básicamente. Es por eso que va a dejar que sean los lectores mismos los que decidan quienes serán los redactores que se queden y quienes los que serán reemplazados por alguno de los postulantes. Y les pareció que la mejor manera de hacerlo era una que implicase humillación e incertidumbre. Aunque dicen que la incertidumbre se puede negociar. Así las cosas, se presentan los currículums (bah, virtudes y defectos) de los redactores actuales para que el lector los confronte con méritos de los postulantes que han, bueno postulado para trabajar aquí.

Aquí los elementos para votar sobre nuestra primera vacante.


Bugman vs. Skeletor




Skeletor: Calvo sádico con intenciones de tener el poder para poder someter al resto de la humanidad. A pesar de que constantemente sus planes son desbaratados, les hace creer a sus cómplices que lo están ayudando mientras los expone a situaciones de las que salen lastimados. O sea, ambicioso, con tolerancia a la frustración y manejo de grupo.
Bugman: Básicamente lo mismo pero con manejo del office.

Skeletor: Víctima del encono personal de parte de un príncipe musculoso que no trabaja y su banda de obsecuentes (una especie de Ricardo Fort)
Bugman: víctima del encono personal de los noruegos.

Skeletor: de no quedar seleccionado, posiblemente recurra a la violencia física a través de la magia o de sus bestiales sicarios.
Bugman: de no quedar seleccionado, posiblemente desconozca el resultado y haga uso de sus conocimientos de SQL.

Skeletor: tiene un báculo que tira rayos mortales.
Bugman: tiene un palo de golf que tira 70 metros en un día bueno (con viento a favor)

Skeletor: gran aceptación en el segmento de truhanes con aspiraciones mesiánicas dispuestos a todo para vivir sin laburar (mayoritario)
Bugman: gran aceptación entre pelados de mediana edad con aspiraciones de vivir de un blog, o sea, sin laburar (minoritario)

Skeletor: si no fuese por un pequeño grupo que lo rechaza, ya hubiese conquistado Eternia.
Bugman: si no fuese por un pequeño grupo que no lo vota, ya hubiese ganado el concurso de bitácoras.com.

Esperamos que obren con sabiduría.



La magia de la motivación



Buenos Aires, miércoles 14:12. Charla motivacional en el Auditorio, oficinas centrales de Kag & Onos





Rossi: ...porque no debemos perder de vista el poder de una buena idea. Yo confío en el potencial de este grupo. - hace una pausa y recorre con la vista el auditorio- confío en cada uno de ustedes, sino no estarían aca.

Enfrentamos un año de grandes desafíos, grandes cambios y debemos enfrentarlos con todo nuestro potencial, con nuestro know-how y nuestra creatividad.

No voy a aburrirlos con la remanida historia de que los chinos usan el mismo ideograma para las palabras oportunidad y crisis, pero sí con una historia que muchos ya habrán oído.

Es la historia de cierto ejecutivo de marketing que ofreció a la compañia en la que trabajaba duplicar la venta de un producto de higiene capilar con una mínima inversión, a cambio de recibir un porcentaje en las utilidades de la empresa.

¿Saben de que se trata?

Pausa. Mira nuevamente al auditorio. Todos se mantienen en silencio.

Rossi: Pues bien, la mínima inversión se trataba de agregar en las instrucciones de uso del producto la leyenda "Para obtener mejores resultados, repita el proceso"

 Rossi sonríe, complacida al ver a varios de los asistentes asintiendo levemente.

Rossi: ¿Lo ven? El poder de una simple idea, un rapto de inspiración nos puede convertir en magos. Podemos crear valor donde no lo había. Una idea puede ser más poderosa de lo que nosostros mismos creemos. No dejen de intentarlo.

Aplausos. Rossi se retira del escenario y los asistentes lentamente se levantan de sus asientos y abandonan el recinto en medio del murmullo creciente. 


 Llegados a la oficina, Maldini dice por lo bajo a Ramírez, mientras toma asiento frente a su computadora: 

 Maldini: ¿Oiste lo que dijo nuestra "gerente de magía"? Viendo los resultados del año pasado, todo parece indicar que ultimamente no  contrataron a egresados de la academia donde estudió Copperfield, sino a algunos como uno que yo conozco. Mirá esto:

 

Encuentros cercanos en el Uritorco: Visitando Erks

Esribe Oscar Ángel "Marciano" Lunaretti - Investigador Profesional de Fenómenos Paranormales - Platovoladorólogo - Farmacodependiente en proceso.
El inicio de esta historia puede encontrarlo haciendo click aquí. Si quiere. Sino no haga nada.


Sábado 07 de Noviembre de 2009 - 10:05 hs.


Llegamos a Córdoba bien temprano.

Debo reconocer que las cosas, ya desde el vamos, no están resultando como deberían.

Primero, porque me volví a confundir de pastillas antes de subir al avión y, ni bien me senté, me quedé dormido. Otra vez me perdí la experiencia de volar y, encima, como no me despertaba, al llegar me tuvo que bajar un comisario de abordo a upa.
Fue un papelón.
Y segundo, porque resulta que mi papá arregló la estadía en el Spa solo para él y mi mamá.
A mi me dijo que como yo vengo a trabajar (y cuando dijo “trabajar” hizo el gesto de comillas en el aire, no se por que) y soy un profesional (comillas otra vez), seguramente no iba a querer perder tiempo en un Spa, y por eso solamente me alquiló una carpita para que pueda instalarme donde lo necesite, me dejó un poco de plata para movilidad y víveres, y se fue haciendo pasito de murga y riéndose a carcajadas.

Así que, así estoy. Solo, todavía medio voleado (se ve que las pastillas tienen efecto residual) y sentado en el cordón de una vereda abrazado a mi mochila medio con ganas de llorar, no se bien por que.
Pero, no importa. Estos también son gajes del oficio (aunque esto de tener un padre tan garca e insensible no sé. No estoy seguro. Habría que verlo) y no voy a dejar que un mísero contratiempo me detenga.
Además, es cierto, yo no vine a este lugar de vacaciones. Yo estoy en misión. Estoy tra-ba-jan-do y tengo montones de cosas que hacer. ¡Montones!.
Es hora de que agarre mi equipo, me tome una pastilla de esas que me levantan el ánimo, o mejor dos, y comience ya mismo con mi investigación.

Como siempre, lo primero que debo hacer es intentar contactar a un nativo.
En esta ocasión, además, es un punto importante de la misión, ya que lo necesito para ver si puede servirme como guía, debido a que el territorio me es desconocido y, aunque soy prácticamente una brújula humana y difícilmente pueda llegar a perderme, por todos lados hay carteles que dicen que si se quiere subir al Cerro se recomienda siempre contratar la asistencia de guías experimentados. No se, capaz que es como una ley de acá o algo así. Por las dudas yo hago caso. A ver si todavía me genero problemas con la justicia cordoberil.
Por otra parte, esto también me hace pensar que si se necesita siempre estar acompañado de un guía nativo puede que esto de subir sea una cuestión medio peligrosa. La verdad es que como las cosas se dieron tan rápido, no tuve mucho tiempo de hacer un briefing del territorio y/o ecosistema del lugar ¿Será que hay animales salvajes? O capaz que hay víboras venenosas. O plantas carnívoras. O abejas asesinas. O arañas pollito. O bicho colorado. Uy mamita querida… ¿Y si hay mutantes caníbales como en las películas? … Ayayayay … Necesito otra pastillita.
A todo esto, me pregunto si será absolutamente necesario subir al Cerro.
No es que me de miedo, pero supongo que si pasa un ovni desde acá abajo se vería igual. Total, yo con sacarle una foto o filmarlo así medio de lejos me conformo. No sea cosa que me esfuerce de gusto subiendo hasta allá. Y con el calor que hace.

Me encontraba así ensimismado deliberando (conmigo mismo, en voz alta y haciendo ademanes) acerca de esta situación cuando, de repente, siento que alguien me toca el hombro.
Me sobresalto, doy un grito algo femenino, y amago a salir corriendo pero, por desgracia, me tropiezo con mi propio bolso y caigo aparatosamente al suelo levantando una gran polvareda.
Intento recuperar la vertical, pero doy dos pasos y me caigo de nuevo, quizás porque seguía con el bolso enredado entre mis piernas.
Finalmente decido que tal vez lo mejor sea quedarme ahí en el suelo, simulando estar muerto, ya que dicen que los osos no atacan a un cuerpo inerte, pero a los pocos minutos desisto de esta estrategia fundamentalmente porque estoy casi seguro de que en este lugar no hay osos y, además, porque las posibilidades de que un oso me tocara el hombro antes de atacarme eran bastante bajas.
Lentamente entonces me doy vuelta (todavía desde el suelo) y veo parado allí a un joven nativo cordobeño que me mira extrañado, como si no entendiera que es lo que está pasando.
Ya mas tranquilo, sabiendo que al final no era un oso (las posibilidades eran bajas pero uno nunca sabe) me pongo nuevamente de pie y, mientras me sacudo un poco la tierra y junto de nuevo mis cosas, aprovecho este fortuito contacto para presentarme como corresponde y explicarle detenidamente los motivos que me habían traído hasta este lugar.
Es de suponer que, siendo este el lugar que es, los uritorqueños deben estar acostumbrados a recibir profesionales de la investigación como yo, así que sin muchos preámbulos, aprovecho para preguntarle al muchacho si no sabía donde podía contratar los servicios de un guía experimentado para subir al Cerro.
El joven esboza una gran sonrisa y con un visible entusiasmo me dice “¡Peero claro, aaacá lo teeené! Yo teee llevo al Cerro porteño. Yo soy guía califiiicado”.
“¡Faa antáaasticooo–o-o!” dije yo imitando a la perfección la tonada local (es una habilidad que adquirí haciendo un curso de postgrado ya que en mi profesión siempre es útil saber mimetizarse con el entorno) ¡Es justo lo que estaba necesitando! pensé, además, con una cierta euforia medicamentosa. O lo dije. O lo grité. No se. Desde que estoy tomando estos medicamentos como que se me confunden las cosas.
Pero bueno, la cuestión es que al fin mi suerte empezaba a cambiar y mi misión estaba en marcha.

Un par de horas después, con el ánimo renovado (quizás demasiado, así que tuve que tomarme una de las pastillas para bajar un poco) y luego de arreglar algunos puntos importantes con el guía (como por ejemplo pagarle por adelantado, y comprar, según sus instrucciones, un par de botellas de algo llamado “fernet” para el viaje ya que, según él, es un estimulante natural que nos proporcionará energía), casi sin darme cuenta ya estaba en plena ascensión.
El calor es agobiante y la botella de agua que traje conmigo apenas me alcanza para refrescarme.
El guía por otro lado, se apropió de una de las botellas de fernet y solo toma eso. Se ve que es bueno porque se lo ve cada vez mas alegre, aunque también algo menos estable en su andar.
Luego de un buen rato de caminar y caminar, y mas que nada como para quebrar el incómodo silencio que veníamos sosteniendo (de paso para ver si aunque sea para hablar este pibe paraba un poco porque yo ya no daba mas) se me da por preguntarle si, ya que conoce tanto este territorio, alguna vez había escuchado hablar acerca de la ciudad intraterrena de Erks.
El muchacho se detiene de golpe, se da vuelta y me mira.
En su rostro comienza a dibujarse una gran sonrisa. Es como si la cara se le hubiera iluminado de repente, con ese gesto que pone la gente cuando se le ocurre algo grandioso.
“Por suuuupuesto” me dice “Si yo hasta cooonozco la eeentrada ¿Queerés que teeee lleve?”.
“¡¡No!! Ni loco” fue la primer respuesta instintiva que se me cruzó por la mente, pero afortunadamente y gracias a los milagros de la química farmacológica (porque por suerte me vengo tomando una pastilla cada tanto como para mantener el efecto), recapacité de inmediato y pude darme cuenta de la grandiosa oportunidad que se me estaba presentando.
La entrada a la misteriosa ciudad de Erks es como el Santo Grial de los investigadores de lo desconocido.
Nadie nunca pudo encontrarla y, quizás por ese motivo, nadie nunca tampoco pudo atravesarla.
Se dice que solamente unos pocos elegidos, convocados por el gran chamán Sarumah, un descendiente de la tribu de los Comechingones (jejeje … “comechingones” … jeje es gracioso), de quien se dice era algo así como el portero de la ciudad (sería como el patova que te dice “Vos entrás, vos no” de los boliches) han podido siquiera contemplar de lejos el reflejo de la azulada luminiscencia de ese fantástico y metafísico lugar.
Y ahora ¡Yo podría entrar! ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo yo! ¿Yo? Si yo ... ¿Yo? Uy mamita querida …
Apenas si puedo contener la emoción que me embarga.
Estoy tan emocionado que siento intensos escalofríos, se me dificulta respirar y me agarran esporádicos calambres en músculos que ni sabía que tenía.
La verdad, pensándolo bien, me parece que lo que siento no es emoción. En realidad creo que me está por dar un ataque de pánico. O un infarto. No se. Por las dudas, mejor me tomo un par de pastillas de esas para calmarme. O mejor no. Mejor tomo de las otras. No vaya a ser que justo ahora me quede dormido y eche a perder esta oportunidad. O mejor dos de una y una de las otras, como para compensar. O tres y una. O dos y dos. O dos y una. O una y una y otra de las otras. O … una y dos y …. Otra de …. A ver …. ¿Qué estaba diciendo? …. Bueno, me perdí …

Luego de algo mas de una hora de descanso algo forzada debido a que por esto de mezclar las pastillas estuve intercalando momentos de euforia loca con momentos de llanto histérico en los que me arrojaba al suelo y me quedaba en posición fetal durante unos minutos, nos pusimos nuevamente en marcha.
Obviamente tuvimos que desviarnos del sendero principal que veníamos siguiendo ya que, según me dijo el guía, para llegar a la entrada de Erks hay que ir por un camino secreto que solo él conoce por ser descendiente directo del gran chamán.
Caminamos mas o menos dos horas más, durante las cuales, y a pesar de mis insistentes preguntas, el guía se negó a brindarme cualquier tipo de información.
A cada pregunta que yo hacía, él me contestaba “es un secreto”. Incluso cuando le pregunté si faltaba mucho para llegar. O la hora.
Me da la sensación de que medio ya me contestaba por reflejo.
Finalmente, el ahora misterioso guía se detiene frente a unas extrañas formaciones rocosas entre las cuales se distinguía una estrecha abertura.
Se tambalea un poco, mira para todos lados, bebe el último sorbo de su botella de fernet y me dice “Es aacá. Ya lleeegamo”.
No lo puedo creer ¿Quién se iba a imaginar que la entrada a tan fantástico lugar sería un sencilla abertura entre dos rocas comunes y corrientes?
La intensidad del momento es abrumadora.
Siento que se me corta la respiración y me flaquean las piernas. No se si por la ansiedad, por el pánico que empiezo a sentir, o porque mi estado físico es francamente deplorable y ya había caminado demasiado.
Por si acaso, me tomo otra pastilla con el último trago de agua que me quedaba, aunque no estoy muy seguro de cual porque agarré una sin mirar, simplemente por reflejo.
En tanto, el muchacho me dice que me aleje un poco porque él tiene que hacer el ritual y recitar las palabras mágicas (no suena serio pero dijo así) para que abran el portal.
Me alejo unos pasos.
Estoy realmente nervioso pero, gracias a los medicamentos, no solo consigo dominar el visceral impulso de salir corriendo ante la posibilidad de que algún ser extraño venga a saludar, sino que, además, aprovecho para sacar mi filmadora y comienzo a grabar todo el procedimiento, consciente de que este documento será de una importancia científica enorme y a mi regreso quizás me otorgue la admiración y respeto de todos mis colegas.

El guía se coloca frente a la abertura entre las piedras, me mira medio de reojo, cierra los ojos y levanta los brazos.
De repente baja un poco la cabeza y se cubre la boca con una de sus manos, como si estuviera intentando ocultarme un gesto o algo así, pero rápidamente retoma la posición, carraspea un par de veces y comienza con el ritual:
“Oooohhhh guardianes de la ciudad de … deeee …. Elpssh” comienza a decir medio titubeante.
“Erks” le corrijo “Es Erks”.
“¡¡Sssshhhhh!! ¿Quién es el pariente de Sandokan acá? ¿Vo o yo?” me retruca medio molesto y mirándome feo.
“No, no. Vos. Disculpá. No te interrumpo mas” le digo pensando en que, para ser descendiente del legendario chamán, le acaba de errar bastante feo con el nombre.
El guía vuelve a tomar la posición y comienza a gritar “Bambarabám pacapaca pan sacadam kulum pim pum (se ríe) sacalamuca chachara bum abrirum la tapuerum aca al porteñum pelotudazum (se ríe otra vez) oohhhhh bumburubum cuchu chu paca pum prrrrrrrrrr he hey culum culum que pedum que tengum (cierra fuerte los ojos como intentando contener una carcajada. Sacude un poco la cabeza y sigue) faaaaaaaaasasaaaarasaaaa sasasasasasasa fufuuuú y chucu chucu chucu”.

“Pero ¿Qué dialecto es ese?” pregunto medio bajito por las dudas.

“Sssshhhhhhhhh” me hace el muchacho “Ahora estoy recibiendo un mensaje telepático” dice apoyando sus dedos índices en la sienes y largando una corta carcajada.

“Ya eeestá” me dice luego secándose las lágrimas y poniéndose serio de golpe “Dicen que ya poodes entrar, pero eso si, teeenés que dejar todo ese equipo tecnológico aacá afuera porque ahí no se puede entrar con esas cosas”.
Por supuesto no dudé ni un instante y, apenas coordinando mis movimientos por los temblores que me provocaba la emoción (aunque tal vez también era un poco de pánico, así que por si acaso me tomé otra pastillita), le dejé el bolso con todo mi equipo al muchacho para que me lo cuide y lentamente, y no sin antes decir “Permiiiiiiso”, ingreso en esa estrecha abertura entre las rocas.
“Teeené que quedarte un rato aaahí, callado y sin mirar para aaatrás. Ahora te abren el pooortal y te vienen a buuuscar para llevarte a conocer … eehhh … bueno, la ciuuudad esa que querés conooocer” fue lo último que me gritó el guía desde afuera.
Yo me quede ahí parado en ese pequeño espacio entre las rocas, temblando, quizás de emoción, quizás porque tomé alguna pastilla que no correspondía, no se.
La cuestión que calculo que estuve ahí así como una hora.
Y después otra. Y otra mas.
La verdad ya empezaba a acalambrarme. Y a aburrirme.
La emoción poco a poco se iba desvaneciendo, al igual que la luz que provenía del exterior.
Está bien que son seres evolucionados y que se yo, pero esto de dejarte esperando tanto tiempo es de mala educación acá y en cualquier dimensión que pinte.
Por fin la ansiedad me vence.
“¿Faltara mucho?" le grito entonces al guía.
Pero no recibo ninguna respuesta.
“¡Eh muchacho!” repito “¿Faltara mucho para que me vengan a buscar?”.
Otra vez silencio.
Quizás se había quedado dormido. O quizás había ido al baño. No podía saberlo, ya que, como se me dijo, nunca me di vuelta.
La cuestión es que espere media hora mas y volví a gritar “¡Hey! No viene nadie. ¿Estas seguro que dijeron que podía entrar?".
Pero nadie me respondió.
Solo se escuchaba el viento silbando entre los árboles y las rocas.
Finalmente, mas por necesidad que por otra cosas (es que me agarraron ganas de hacer pichín), decido salir del hueco ese.
Quizás algo había fallado. Quizás el guía no había recitado el extraño conjuro correctamente. Quien sabe.
“¿Muchacho?” digo mirando para todos lados.
Pero solo escucho el ruido de la brisa y algunos grillos.

Llevo mi mano la mentón, entrecierro los ojos y mirando hacia el infinito, comienzo a evaluar detenidamente la situación.
Poco tiempo después, y gracias a mis extraordinarias dotes analíticas, llego a una inequívoca conclusión.

El guía evidentemente se había ido, y me había choreado el bolso con todo mi equipo.



Continuará ...

Si, continuará ¿Por? ¿Hay algún problema? ... Ah, me parecía ...

Artículo sobre cómo escribir este artículo


Uno no escribe en el aire. Y esto en un doble sentido. En el sentido metafórico de que siempre tiene en la cabeza algún tipo de lector -más no sea uno mismo- al que piensa que le puede gustar lo escrito, y en el sentido literal. Porque es terriblemente incómodo escribir sin apoyo. Después no se entiende nada. Ni le cuento escribir un blog en el aire. Sosteniendo el CPU casi me hernio la espalda. Como sea, la cuestión es que me proponía escribir este artículo cuando me vinieron a la cabeza los tipos de lector que pueden encontrarse frente al monitor y, debo reconocerlo, quedé francamente desorientado. ¿Quienes son estos potenciales lectores y (¡canallas!) qué pretenden de mí?

Lector n°1: persona que se encuentra de vacaciones.

En bermudas desde un ciber, después de un día de playa y antes de ir a comer (todavía no identifico si antes o después de bañarse) se hace una pasada para ver qué es de la vida de aquellos blogs que lo acompañaron durante épocas más difíciles. Sus preocupaciones -como bien mostró el Señor Bigud en el artículo anterior- son otras, en el caso de que lleguen a ser preocupaciones. La cola que pueda llegar a encontrar en "La gaviota feliz" es ciertamente más importante que si el Banco Central se prende fuego o si lo cambian por un McDonalds.

Lector n°2: persona que no se encuentra de vacaciones.

Desde el escritorio de su oficina, recorre la blogósfera para encontrar que hay algunos vacíos producidos por las personas que se constituyen ahora como lectores del tipo 1. Con una pizca de rencor, exige que se siga tratando de la diaria porque la pelota sigue rodando. Esto en un sentido metafórico, no en el sentido literal que se podría encontrar en el relato de un lector del tipo 1 (no se preocupe, yo le voy avisando cuando sea literal y cuando metafórico) Como se ve, el lector tipo 2 se trata de la némesis del lector n° 1. Como se ve, al lector n° 1 esto no le preocupa en lo absoluto.

Lector n°3: persona que vive en el hemisferio norte y no se encuentra de vacaciones.

Aunque se trate de equipararlo al n°2, se trata de otra especie totalmente diferente. No está de vacaciones pero, por otro lado, nadie que conozca lo está. No tiene que contemplar un día soleado desde un cubículo sino que se encuentra recluido por el frío, la nieve y...bueno, más frío. Descartado el rencor, lo que le queda es un interés casi sociológico en las disputas entre los n°1 y los n°2.

Lector n°4: persona que vive en otro lado del hemisferio sur y se encuentra de vacaciones.

Bueno, este cuarto tipo debe estar pensando algo así como "hey mates, anybody speacks spanish? I just dont´t understand what the hell says in here". O algo así.

A esta altura verá cuál es la causa de mi desorientación. ¿A quién escribirle? Si me pongo demasiado veraniego, el n°2 me lincha, el n°3 pierde interés y el n°4 no entiende lo que escribo. Si me pongo demasiado serio, los n° 1 y 3 pierden interés y el n°4 no entiende lo que escribo. Si hago un híbrido, los números 1, 2 y 3 se van a burlar de lo que escribí. Y el n°4 no va a entender lo que escribo. ¿Qué hacer? ¿qué hacer? ¡Ya sé! Escribir algo liviano, neutral... y en inglés. Ahí va:



The cat is under the table.



Uf. Me quité un peso de encima. Como la vez que traté de escribir con la CPU en el aire y después la dejé sobre la mesa. ¿Como que le parece una basura? Quizás no lo entendió. Es literal. The cat...bueno, bueno, no nos pongamos personales. Puede ser que me haya quedado un poco corto. Sí, sí, ya sé que esto es un blog de humor. Dejeme pensar.

¿Qué le dijo una impresora a la otra?

"Esta hoja es tuya o es una impresión mía?"

Buenísimo. Ahora pod...¿qué usted es un lector del tipo 1 y le parece demasiado oficinística? ¿y que los lectores tipo 4 se quejan de que no entienden? "What did a printer..." Esto no está funcionando.

Ya va, ya va, ya sé que le cobran por minuto. Y usted no se queje que bien que en la oficina y todo no está haciendo un pomo. Y el del fondo no me haga hablar porque con el frío que hace afuera no tiene nada mejor que hacer. And for the rest of you, i just don´t understand what are you doing here.

¿Saben qué? Quizás lo mejor sea que no escriba ningún artículo. Literalmente.

Y ya que estamos ¿usted qué tipo de lector es?


Reflexiones desde la orilla



Acápite: Reflexiones de una mente perturbada pero en reposo, desde la orilla de una playa cualquiera en un sitio cualquiera.



Buenas noches:

Año nuevo, tema nuevo. Dejemos de lado miserias y miserables hasta el fin de la temporada estival, y tratemos de hacer foco en cuestiones más triviales. Es cierto que esta no es una regla impuesta a látigo por el líder supremo de este espacio, pero a mí, simple titular de sección, condenado a sudar la jornada completa en condiciones insalubres y con un sueldo vil, me parece lo más justo para todos. No sé qué opinarán ustedes, aunque para serles del todo franco –y considerando las desventajas personales que acabo de describir- me importan un rábano las quejas o adhesiones que pueda generar con mi decisión.

Así las cosas, pasemos a lo nuestro.

Sepan ustedes que en este preciso instante me encuentro disfrutando de unas merecidas vacaciones. O licencia sin goce de sueldo, como le gusta llamarlas al líder supremo. O calvo explotador, como nos gusta llamarlo a nosotros. O bandada de esclavos irreverentes, como le gusta llamarnos a él.

Al calvo explotador, digo.

Desde mi humilde punto de vista, las vacaciones no son vacaciones si en la localidad elegida no hay arena y mar. Y con las licencias sin goce de sueldo me ocurre exactamente lo mismo. Por lo tanto he roto el chanchito y aquí estoy, con mi silla enclavada en la orilla, un libro no muy profundo y un montón de boletas que intentaré disfrazar a lo largo del año para que eludan el olfato del contador del blog adquiriendo forma de gastos administrativos, de gestión o sandeces por el estilo. Ya veremos con qué suerte.

La playa, estimados lectores, es un auténtico templo de desinhibición. Una hoguera de vanidades desarrolladas hasta el punto de provocar una desconexión absoluta entre la mente y el sentido del ridículo. Un sitio en el que algunas personas abandonan los filtros individuales y sociales para que se derritan al calor del sol sin cremas protectoras de ninguna especie. Un antro de perdición.

“Encima de que se desparrama en la orilla para dedicarse a la observación minuciosa de curvas y contra curvas ajenas a su círculo íntimo, tiene el tupé de valorar a sus víctimas con aires de crítico cinematográfico”, dirán ustedes un tanto indignados y con evidentes signos de no haber identificado claramente el tema que deseo abordar.

“Calma”, diré yo, que de tan relajado ya se me fueron hasta las ganas de insultar.

No me refiero –en este caso- a esas señoritas que dedican el año a moldear los detalles más ínfimos e íntimos de su físico (ya de por sí escultural) con el objeto de exhibirlo sin tapujos ni bien pisan la arena de tibia. No. No me atrevería a realizar apreciaciones negativas –ni siquiera irónicas- acerca de ese modo de vida. Así que guarden los cascotes para una mejor ocasión, que seguro la habrá.

Estoy hablando de bikinis donde debería haber mallas enterizas. De la vieja y querida zunga (o narigona) donde tendría que haber un pareo. De sombreros en clara desproporción con la persona que los luce (o con otros sombreros considerados aisladamente). De colores estridentes en territorios más propicios para los grises. De pozos sobreexpuestos. De prendas acordes con la moda playera vigente, aunque absurdamente reñidas con la estación en curso. Etcétera.

Todo eso observo yo mientras la silla se me hunde en la arena húmeda de la orilla. Y es que mi mirada tiende a posarse en el exabrupto. Se aferra al grotesco en desmedro de la elegancia, y puesto frente a tanto material de análisis se me instala una tenue sonrisa en el rostro. Una sonrisa que se parece más a una mueca, y que delata ante mi círculo más íntimo el verdadero tenor de mis pensamientos, habilitando de esa forma el camino de la censura.

“¿Y por qué la censura?”, se preguntarán ustedes, que han decidido no arriesgar más interpretaciones.

Verán, resulta que alguna gente que me rodea y que no deseo mencionar en este momento opina que bien podría usar yo una malla enteriza en tren de disimular algunas –solo algunas- de mis tantas imperfecciones. Que antes el divorcio que una zunga. Que las adecuadas proporciones de mi sombrero no redimen lo ridículo de su forma. Que mis grises son solo una muestra de piedad hacia los seres que me cruzan dentro de su campo visual. Que si de pozos se habla poseo un doctorado. Y que mis prendas no estarán reñidas con la estación en curso, pero sí lo están con el año, si no con la década.

En fin… como dije al principio de este artículo, no sé qué opinarán ustedes, aunque para serles del todo franco –y considerando las desventajas personales que acabo de describir- me importan un rábano las quejas o adhesiones que pueda generar con mis pensamientos. Aquí soy el jefe de la sección, y aunque me den licencia sin goce de sueldo en lugar de mis merecidas vacaciones, conservo la absoluta libertad de decir lo que me venga en gana. Excepto la palabra prohibida, claro está. Pero eso no lo puede decir nadie. Ni siquiera el líder supremo. O el calvo explotador, como nos gusta llamarlo a nosotros. O hatajo de malhablados improductivos, como le gusta llamarnos a él cuando no nos llama bandada de esclavos irreverentes.


Tengan ustedes muy buenas noches.

Edición de verano






31 de diciembre de 2009, oficinas corporativas de MIB.




Luego del brindis de rigor, hecho con champagne nacional, porque en MIB cultivamos las virtudes de la austeridad y el ahorro, me dirigí a los integrantes del equipo diciendo:
-Muy bien señores, supongo que querrán retirarse para reunirse con sus familias y realizar esos rituales paganos  característicos de gente que tiene vida privada, pero no quisiera desaprovechar la oportunidad para felicitarlos por estos meses de trabajo durante los cuales han puesto en juego sus mejores cualidades y recordarles que aunque hoy el éxito parezca lejano, ya verán que con el tiempo todo esfuerzo honesto tiene recompensa. Además, estoy al tanto de que algunos de ustedes practican esa extraña costumbre de desplazarse hacia lugares alejados de sus viviendas mientras hacen abandono de sus tareas habituales, y muy a pesar mío esa conducta no está penada por la ley, de manera que no me queda más remedio que tolerarla. Supongo que esta circunstancia afectará seriamente nuestra productividad y que mientras dure este período especial la publicación de artículos en MIB no seguirá exhibiendo esa regularidad casi helvética que nos caracteriza, pero repito, no se me permite tomar represalias ni proferir amenazas. Por lo tanto, disfruten de sus vacaciones (creo que así se llaman), y esperemos que los lectores habituales sepan comprender y disculpar el desorden y la probablemente escasa calidad que sobrevendrán en este espacio durante los próximos días.

Hubo un instante de silencio. Sólo se escuchaba la pesada respiración del Señor Bigud debajo de su máscara. Y fue él quien habló primero:
-Señor Bugman, no se de qué habla. Yo cumpliré con mis plazos de entrega como lo he hecho siempre. -y agregó, en tono ligeramente amenazante: -Su carencia de fe me resulta molesta.
El Señor F., desde lo alto de su caballo alazán fue un poco menos ceremonioso cuando dijo: -Bugman, ¿y ahora qué le pasa?
El Señor Pablo dejó sobre la mesa el ejemplar del Mermeladeburryngtonshire Times que estaba hojeando y tomando su sombrero mientras murmuraba algo parecido a "el viejo está chocheando otra vez", abrió la ventana y saltó a través de ella. 
A todo esto, el Señor Viejex sonreía mientras pintaba unos extraños símbolos sobre su torso desnudo con ayuda de un pincel embebido en jugo de moras.
Los señores Briks y Renegado estaban trenzados en singular combate con gladium , pero se detuvieron un momento para mirarme y golpear el peto de sus corazas de gladiadores al tiempo que gritaban "¡Ave, Bugman, morituri te salutant!"


La escena me pareció un tanto peculiar. Yo estaba bastante acostumbrado a las excentricidades de los integrantes de MIB, pero jamás había visto al Señor Pablo usando sombrero.


Entonces el Señor Mariano me llevó aparte y me dijo que existía la posibilidad de que él no pudiera cumplir con las entregas. Lejos de enojarme, le agradecí la sinceridad, porque en el fondo no estaba muy convencido de las manifestaciones teatrales de los otros redactores. Y fue cuando el Señor Mariano agregó: -Pero igual no se preocupe, tengo quienes me reemplacen- y sacó un enano de unos diez centímetros de altura del bolsillo, y luego otro, y otro más, y una familia entera, y tres del bolsillo de la camisa, y cuatro de el de las monedas, y otro más, y todos venían caminado hacía mí, y empezaban a trepar por mis pantorrillas, y uno lanzó una soga con un gancho y me atravesó la oreja, y estaban trepando por la soga, y subían hacia mi coronilla con una bandera atada a una pica y uno gritó que había conquistado el Monte Bugman y corrió por mi calva y las grampas de sus botas de escalador me picaban y levantó la pica para clavarla y yo grité.


Desperté todavía gritando y completamente bañado en transpiración. Inmediatamente mi cerebro se ajustó a la realidad y me informó: 
1) que todo había sido un sueño 
2) que mi mujer había apagado el aire acondicionado.


Me levanté, tomé una ducha, desayuné frugalmente y me dirigí a revisar mis mensajes de correo electrónico. Encontré varios que provenían de miembros de MIB. En distintos tonos, desde la amabilidad más impostada hasta la amenaza menos encubierta se me hacía saber que tal vez algunos redactores no estuvieran del todo dispuestos a mantener el ritmo habitual de publicación durante el período (me estremeció ver escrita esa palabra que solamente había escuchado en mi sueño) de vacaciones.
Les respondí que estaba muy bien. Que nos las arreglaríamos de alguna manera. Que los lectores tampoco iban a estar tan pendientes por un par de meses, salvo los que nos leen desde otros hemisferios, pero tampoco era tan grave. Que no era para que me clavaran una bandera en el cráneo. Creo que esto último no lo entendieron.

Señores, esta es la edición de verano de MIB, quizás más liviana, quizás menos previsible, quizás más intrascendente, quizás más divertida, o quizás todo lo contrario.


Bienvenidos a un nuevo año, y por el mismo precio, a una nueva década.